Capítulo 20: Solo... quiero verle.

3.9K 643 143
                                    

—Hoy te quedarás aquí. Mañana por la mañana, iremos a darle un gran cambio a nuestra imagen. La señora Yaoyorozu me tiene gran confianza, sé que va a funcionar.

POV Jirou Kyouka

Ya había amanecido, pero lamentablemente no pude dormir bien debido a los ruidos procedentes de los cuartos de al lado. Era como si esas personas hubieran estado toda la noche "trabajando".

—Qué asco... —maldije en voz baja y me levanté de la cama en la que me hallaba para dirigirme al baño.

Sentí un dolor reconocible en mis ovarios y supe en seguida lo que significaba.

"Genial..."

La idea de escapar de este antro e ir con Mitsuki a buscar a Bakugou era de mi agrado. Pero saber que tendría que salir justo cuando estaba en mis días era lo peor.

—¿Por qué tiene que venirme justo ahora...? —suspiré con frustración al haberme limpiado y podido ver la sangre.

—¡Kyouka! —oí a lo lejos la voz de Mitsuki, que al parecer ya había entrado y venido a por mí.

—Aquí... —dije lo suficientemente alto para que me escuchase después de haber abierto la puerta del baño para que pudiera verme.

—¡Ah! ¡Buenos dí... —pero se detuvo al ver la situación en la que me encontraba—. Oh, vaya. Tal vez no son tan buenos...

—Supongo... que ya estoy acostumbrada —respondí en un suspiro.

Todo me trajo recuerdos de cuando estaba en el calabozo y a Tsuyu y a mí nos venía. La menstruación era demasiado insoportable y más al no tener nada con lo que limpiarnos a excepción del agua de los pozos. Tener que haber estado manchadas de sangre por una semana, cada mes, durante algo más de tres años, había sido asqueroso. En momentos así deseaba ser un hombre, pero planteándomelo mejor quizás no podría aguantarlo. Cabía decir que el dolor era lo más horrible de todo eso. No obstante, se había vuelto inconsistente con el paso del tiempo y había meses en los que no nos venía. Supongo que se debía a la mala alimentación que teníamos.

—Dame un momento —dijo alejándose y regresando a los pocos minutos con ropa interior limpia, una caja de pastillas para el dolor y dos paquetes de compresas.

—Eso... —murmuré al ver cómo me lo estaba ofreciendo—. Gracias...

—¡No hay de qué! —exclamó con una sonrisa—. Tómate tu tiempo, cuando estés lista avísame. Ya le pedí permiso a la señora Yaoyorozu, de momento no podrá darse cuenta de nuestras verdaderas intenciones.

Supuse que era normal que Mitsuki y todas las que se hallaban en aquel burdel tuviesen los mejores servicios. Las compresas que me había dado eran las que solo podían permitirse comprar la gente con dinero. Yo, cuando aún no estaba en el calabozo, utilizaba toallas de tela desechable y algodón; para el dolor lo único que me quedaba hacer era soportarlo.

Cuando estuve preparada, Mitsuki me llevó de la mano a la salida y con gran facilidad conseguimos abandonar aquel antro.

—¿No es... demasiado fácil? —pregunté mientras avanzaba detrás de ella—. Y... ¿es necesario que caminemos de la mano?

—Quiero que te sientas segura —respondió girando su rostro para dedicarme una sonrisa.

"Pues sí que se parece a Bakugou..."

La única diferencia que había era que ella decía lo que realmente pensaba, mientras que él negaba sus sentimientos. Nunca se le había dado bien ser sincero.

—Mitsuki —comenté después de haberme puesto a pensar sobre lo que estábamos haciendo—, ¿qué es lo que planeas hacer después de encontrarte con tu hijo?

Yo ya había asimilado mi situación. Tratar de escapar de los nobles era algo imposible, tarde o temprano nos atraparían y lo más probable era que ambas fuésemos condenadas a muerte. Pero... lo prefería a ser utilizada como un objeto. Me hubiese gustado podido ver a todos por última vez, pero supuse que con Bakugou al menos sería suficiente.

"Entre tanta crueldad, siempre habrá alguna que otra buena persona."

—Solo... quiero verle —murmuró bajando su mirada; sus ojos denotaban cierta tristeza—. Nada más que eso.

"Supongo que cada quien tiene su propio pasado..."

—Entiendo —respondí y permanecimos en silencio durante unos minutos más, hasta que decidí hacer otra pregunta—. ¿Cuánto crees que tarden en saber que hemos escapado?

—No más de un día —contestó—. Pero... por eso vamos a cambiar un poco nuestro aspecto —prosiguió dedicándome una alegre sonrisa.

Dicho y hecho, así fue. Mitsuki me había llevado a un local especializado en productos de estética en el que habían teñido nuestro cabello de negro.

—No hay mucha diferencia en mí —comenté al verme solo con un color más oscuro al que ya tenía.

—Cambiaremos de ropa y verás que sí —aplicó dándome a entender que había que ir a otro sitio más.

A ella el cabello negro sí que le hacía ver diferente; a lo lejos no la podrían reconocer.

POV Narradora

Después de cambiar por completo su vestimenta, ambas se dirigieron hacia la plaza principal en la que se hallaban los mercaderes de schiavus. Cabía decir que iban a juego al estar vestidas con unos pantalones negros y unas camisas blancas.

—Así pasaremos desapercibidas, ¿no crees? —dijo Mitsuki mientras metía sus manos en los bolsillos.

—Supongo —respondió Kyouka; se sentía bastante cómoda al estar así.

Jirou reconoció perfectamente el lugar en el que había estado antes al ser comprada por Yaoyorozu y guió a Mitsuki hacia allá. La madre de Bakugou se veía realmente feliz al pensar que por fin podría ver a su hijo y, lo mejor, intentar comprarlo.

Mitsuki no era una schiavu y poseía todo el derecho a comprar a un clase baja.

—Disculpe... —dijo Kyouka a uno de los vendedores.

—Quiero comprar a un schiavu —intervino la mayor haciendo todo lo posible para ocultar a Jirou detrás de ella; era mejor que no la vieran.

—¡Oh! Por supuesto, aquí tiene las fotos con las respectivas descripciones de los que... —informó cierto hombre mayor llamado Gran Torino, pero fue interrumpido antes de poder terminar de explicar.

—Quiero comprar a Katsuki Bakugou —interrumpió Mitsuki.

Aquel vendedor se quedó en silencio durante unos segundos hasta cambiar de su tono alegre a uno serio.

—Katsuki Bakugou ya ha sido comprado.

[...]


Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora