Capítulo 9: Es patético.

5.1K 822 113
                                    


POV Narradora

Kirishima no había dudado ni un solo segundo en ir a por Kaminari. Aquel pelirrojo no tenía pensado volver a ser lo que fue hace años.

"No quiero arrepentirme más."

Aunque, en esta ocasión, la situación actual más que ser preocupante, tenía cierta gracia.

Eijirou no tuvo problema alguno en quitarse la camisa, entrar al río y sostener al rubio, que parecía traumatizado, mientras lo arrastraba hacia la orilla.

—Pensé que iba a morir —dijo Kaminari escupiendo agua entre jadeos y con miedo.  

—Qué idiota eres —se burló Kirishima con una sonrisa, hasta que aquella desapareció al notar que su schiavu estaba completamente desnudo—. Mejor... ponte algo —finalizó ofreciéndole aquellos pantalones marrones que aquel joven de cabello rubio había dejado cerca y evadiendo su mirada.

"No pienses en él, no pienses en él..."

—Ah, ¡gracias! —exclamó Denki recibiendo la vestimenta—. Había olvidado que esto aquí no es normal...

—¿A qué te refieres? —preguntó Kirishima totalmente extrañado al escuchar aquello.

—Bueno... en el calabozo era normal estar desnudos entre schiavus —explicó Kaminari mientras se ponía la ropa—. Digo, al estar en un espacio tan limitado y tener que hacer nuestras necesidades en ese sitio, ya no había nada que no hubiésemos visto.

—¿Tan mala era la situación...? —Kirishima no podía imaginarse qué clase de lugar era aquel en el que los de clase baja estaban obligados a vivir.

—Algo así —respondió Denki con ganas de cambiar rápidamente de tema—, pero ahora todo está bien —terminó con una pequeña risa mientras escurría el agua de su cabello.

—Kaminari —aplicó el pelirrojo que parecía notar que Denki no quería hablar sobre su pasado—, voy a mostrarte algo —informó acercándose hacia su schiavu y agarrándole de la muñeca izquierda para dirigirse de vuelta hacia la choza.

Dicho esto y una vez dentro de su humilde morada, sacó otra caja, esta vez de mayor tamaño, y le mostró al rubio una gran cantidad de lanzas, dagas, arcos, flechas y otros utensilios utilizados para la caza.

—Esta noche vamos a cazar —dijo Eijirou con gran emoción.

—¿Cazar...? —Kaminari no parecía muy convencido.

—¡Claro! ¿De dónde crees que saco el dinero suficiente para pagar los impuestos?

—Ah... ¿por eso te echaste una siesta tan larga?

No hizo falta que Kirishima respondiera ante ello. Solo tuvo que anochecer para que ambos jóvenes se pusieran en marcha. 

[...]

POV Yaoyorozu Momo

Mi madre no sabía que todo era un malentendido. Yo no sabía cómo decirle que Jirou no era lo que ella pensaba.

—¡Madre, ella es mi schiavu! —exclamé con cierto temor, pero al darme cuenta de que le había alzado el tono de voz me callé en seguida.

—¿Hija? ¿Qué te ocurre? —sus palabras sonaban bastante molestas—. Sabes perfectamente que al estar vinculadas todo lo tuyo es mío.

Era consciente. Conocía perfectamente la ley de los vínculos.

Cuando naces, eres automáticamente enlazado con tus padres y otros familiares. Al unirte, significa que todo lo tuyo pertenecerá también a los miembros de la familia de mayor edad. En este caso, a pesar de que Jirou era mía, mis padres tenían cualquier libertad para hacer con ella lo que quisieran.

Lo sabía, pero aún así... pensé que lo comprenderían. Me hice falsas expectativas.

—Momo —me llamó Jirou en un susurró—. Está bien —sus ojos se veían con resignación y tristeza.

"No. No lo está..."

—Además, sería una pena desaprovechar a tal joven —continuó mi madre—. ¿Cuánto te costó? —preguntó.

—140... monedas de oro —respondí cabizbaja y con frustración.

—¡Genial! Ese precio no es nada comparado a las ganancias que obtendremos con ella —informó con alegría—. Entonces, si no te importa, me la llevaré ahora mismo para que se vaya preparando.

"Sí me importa..."

Pero no podía hacer nada. Nunca tuve el valor para contradecir a mis padres en algo, y mucho menos a mi madre. Lo único de lo que fui capaz fue de asentir y ver cómo ella arrastraba a Jirou del brazo y se la llevaba al burdel.

Ese era el negocio de mis padres. Prostituían a la gente sin derechos y ganaban dinero sin ningún problema. Era algo horrible y aún así...

"No puedo hacer nada."

Esa impotencia de verla alejarse tan rápido de mí, me hacía ver la gran inseguridad que se hallaba en mi interior.

Podía haberle dicho a mi madre el motivo por el cual la había comprado. Le podía haber explicado aquella razón; le podía haber pedido que por favor no se la llevase.

Pero no. Opté por callar y acatar todo lo que me dijeran.

"Nunca puedo decir lo que de verdad pienso."

—¿Tienes algo que replicar? —mi madre se giró antes de atravesar la puerta de salida junto a mi schiavu.

—No... —respondí con un tono quebrado y débil.

—Muy bien —finalizó y se retiró de nuestro hogar.

"Siempre igual..."

Incapaz de afrontar la situación, me dirigí a mi habitación y me encerré hasta que anocheció. No quería ni imaginar lo que le iba a ocurrir a Jirou.

"Lo siento tanto..."

POV Jirou Kyouka

Tal vez todo había sido demasiado perfecto para ser verdad. Momo había sido tan amable, pero lamentablemente duró poco. Supe en seguida lo que su madre quería hacer conmigo.

"Ah... qué triste."

Iba a caer demasiado bajo. Entregarme a cualquier hombre... me daba asco. Me daba mucho asco.

"Pero no me puedo negar."

No había nada que una schiavu como yo pudiera hacer para evitarlo. Obedecer órdenes... solo eso.

Es patético... —murmuré con una voz casi inaudible.

—¿Pasa algo? —preguntó aquella señora.

—No es nada —respondí mientras subía en la carroza que me llevaría a mi repugnante destino.

[...]


Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora