Schiavus [Boku no Hero Academia]

Capítulo 36: Pase lo que pase.

—Todoroki —dijo Asui con alegría, levantándose y dirigiéndose hacia el chico de cabello bicolor para abrazarle amistosamente.

Shouto correspondió el abrazo para luego separarse y volver a mirar a la persona que aún no se había levantado y que se había vuelto a girar para ignorarle por completo.

A Bakugou toda la situación se le estaba haciendo complicada; mucho más porque no sabía cómo debía reaccionar ante Todoroki.

[...]

POV Bakugou Katsuki

"Y ahora... ¿qué mierda se supone que debo decir?"

No esperaba ver a Todoroki, mucho menos que se acercase hacia mí y se posicionara a mi lado.

—¿Qué mierda quieres? —inquirí con rabia evadiendo su mirada.

—¿Qué te ha pasado? —ignoró por completo mi pregunta para resaltar las vendas que tenía en los brazos.

—No tiene importancia, bastardo —respondí levantándome y a punto de alejarme de él.

Siempre había sido difícil.

—Me alegra que estés bien.

—Cállate.

POV Narradora

—¡¿Lo... ves?! —exclamaba Kaminari un poco menos agitado después de haberse acercado a Midoriya y haber podido contemplar cómo Katsuki parecía menos agresivo en compañía de las personas que le importaban.

—Entiendo... —respondió Izuku pensativo para luego comenzar a murmurar en voz baja y rápidamente demasiadas cosas.

—Ahora estamos casi todos juntos —dijo Tsuyu con una sonrisa acercándose hacia el resto de schiavus.

—Solo falta Jirou... —completó Denki con cierta tristeza.

—Ella está bien —aplicó Shouto restándole importancia—. Estoy seguro que estará bien.

—Qué estupidez —agregó Bakugou tratando de esconder la felicidad que estaba sintiendo al estar junto a tres de las personas que más le importaban y, a la vez, la preocupación porque Jirou no estaba con ellos.

Midoriya se limitó a quedarse a observar cómo los cuatro schiavus se sentaban formando un círculo y dos de ellos comenzaban a hablar con alegría, uno a responder en cortas palabras y otro a escuchar en silencio y con el ceño fruncido.

Se veía que eran felices.

—Maldición... —murmuró cierto pelirrojo nervioso y bajando su mirada.

—¿Ocurre algo, Kirishima? —interrogó Izuku al darse cuenta del nerviosismo que se podía notar en su amigo.

—¡Ah, sí! —exclamó Kaminari al recordar cierta cosa y se acercó rápidamente hacia su dueño—. ¡Kirishima, tenemos hambre!

—Kaminari... —comenzó Eijirou rascándose levemente una mejilla y mirando hacia otro lado—. Olvidé la bolsa con las manzanas en aquel restaurante...