Capítulo 13: ¡Ayúdale, por favor!

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POV Midoriya Izuku

El único al que podía acudir en casos así era a Kirishima. Él siempre había vivido en el bosque por su propia cuenta y tenía experiencia con cualquier cosa relacionada con la naturaleza. Por eso sabía que, quizás, podría ayudarnos.

—¡Kirishima! —grité dirigiéndome hacia su pequeña choza mientras jalaba a mi schiavu de la mano.

Toqué la puerta desesperado y recé para que estuviese ahí y no se hubiera ido a dormir a otra parte. Conociéndole, a veces lo hacía.

POV Kirishima Eijirou

El grito de Midoriya y fuertes golpes en la puerta me despertaron por completo. Me levanté frotándome los ojos y fui a abrir.

—¿Midoriya? —inquirí con extrañeza—. Aún no es el día de la reunión...

—¡Ayúdale, por favor! —exclamó desesperado; pude ver a un joven rubio detrás de él.

—¡¿Él es tu schiavu?! —pregunté con una sonrisa—. Espera, ¿por qué trae solo una toalla puesta?

—¡Kirishima! —me regañó mi amigo de cabello verde para luego mostrarme los brazos de aquel clase baja.

Mi sonrisa se borró en milésimas de segundos al notar los mordiscos que poseía aquel sujeto.

"Eso es..."

Era peor de lo que se veía. Una mordedura humana era mucho más peligrosa que la de algún animal debido a la cantidad de microorganismos patógenos que se podían hallar en la boca. Peor aún si era algo tan profundo. 

Durante unos segundos ciertos recuerdos vinieron a mí y no supe cómo reaccionar, hasta que Midoriya me sacó de mis pensamientos.

—¡¿Kirishima?! —exclamó al verme con la mirada perdida.

Ver esas magulladuras me hicieron recordar cosas que no quería... imágenes que creía haber olvidado; ver el rostro de Ashido.

"Concéntrate..."

—Ah, perdón —me disculpé—. ¿Desde hace cuando tiene esas mordeduras? —interrogué incitándoles a entrar en mi hogar y dirigiéndome a buscar en una de mis pequeñas estanterías ciertos botes.

—No lo sé, ayer por la noche no me percaté de ello, pero hoy por la mañana... —explicó Midoriya con gran preocupación.

—No necesito que me ayudéis... —escuché como murmuraba aquel schiavu con un tono apagado.

"Tal vez..."

Dejé de buscar lo que quería para acercarme hacia él y pasar una de mis manos por su frente.

—Lo sabía —susurré al notar cómo estaba hirviendo.

—¡¿Q-Qué ocurre?! —Midoriya parecía mucho más afectado.

—Tiene fiebre —informé mientras pensaba qué era lo mejor en estos momentos.

POV Narradora

Eijirou ordenó a Izuku que echase a Katsuki en una de las camas de heno mientras seguía buscando ciertas cosas en su pequeña estantería. Bakugou cerró los ojos mientras jadeaba y poco a poco iba perdiendo la noción de la situación; Midoriya solo pudo mirarle con angustia y dolor.

Las magulladuras que tenía Katsuki a pesar de no ser extremadamente grandes, eran lo suficiente profundas como para comenzar uno de los peores síntomas en esa situación. Además, el agua no había sido suficiente y podía verse cierta suciedad y pus en ellas. Con la pésima higiene que había en el calabozo, no era de extrañar. 

—¡¿Q-Qué más puedo hacer?! —pidió el joven de cabello verde.

—Maldición... ya no tengo caléndula —susurró Kirishima para sí mismo—. Midoriya, necesito que vayas a buscar esto —prosiguió mostrándole un dibujo de cierta planta de hojas oblongas y flores amarillas con un interior naranja—. Tiene propiedades curativas que ayudarán en las dos mordeduras que tiene tu schiavu, que por cierto, parece que están algo infectadas.

—¿Dónde la puedo encontrar? —preguntó Izuku dispuesto a hacer lo que hiciese falta para ayudar a Bakugou.

—Si atraviesas el río y caminas unos doscientos metros sin desviarte, podrás ver una pequeña zona llena de flores. Hay un espacio separado en el que se encuentran estas plantas —comunicó el pelirrojo. 

—De acuerdo —respondió el de cabello verde y sin dudarlo salió corriendo a por aquel encargo.

Mientras tanto, Kirishima sacó dos botes; en uno había cierto líquido amarillo procedente de las raíces de una planta llamada archangelica, en el otro se hallaban sus hojas.

—Bueno... —susurró para sí mismo—. Es hora de bajar esa fiebre.

Eijirou cogió una pequeña tabla y comenzó a machacar unas cuantas hojas con una piedra para luego vertirlas en aquel envase con el líquido amarillento.

—¿Kirishima...? —se pudo oír un bostezo procedente de Denki.

—Ah, ¡buenos días, Kaminari! —saludó el pelirrojo, sin dejar de hacer lo que estaba preparando, al rubio que a pesar de todos los gritos recién se despertaba— Ya son casi las diez. 

—¿Qué estás hacien...

Pero no logró terminar la pregunta ya que al abrir mejor los ojos pudo ver a cierta persona semidesnuda echada a su lado.

—¿Bakugou...? —la cara que puso Denki en aquellos momentos no tenía precio.

[...]

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora