Capítulo 83: ¿No deberías prestarle más atención?

1.4K 235 62
                                    

—Bueno, traidora. A partir de ahora, estos dos serán tus vecinos —pude oír a uno de ellos.

Ambos nos miramos con ciertas dudas, optando por levantarnos y acercarnos más a las rejas, logrando visualizar a varios guardias que retenían a una joven rubia, a la que obligaron a entrar en la celda que estaba frente a nosotros. 

—Permanecerás en este lugar hasta que se decida tu sentencia. 

"No me gusta." 

[...]

POV Narradora

—¿Himiko Toga...? —murmuró Iida después de que los guardias se alejaran, reconociendo al instante a una de los nobles fieles de Shigaraki.

—¿Te conozco? —respondió la joven con indiferencia; en ese momento, lo único en lo que quería centrarse era en salir y volver con Uraraka.

"Ochako me estará esperando."

—¿Qué hace una noble como usted en un sitio como e...

—Han matado a Tomura —interrumpió—. Me han culpado y aquí estoy. 

—¡¿Tomura Shigaraki ha sido asesinado?! —se exaltó Tenya; aquella era una noticia que no se esperaba en absoluto.

Le era difícil creer que un rey de sangre fría, que parecía tener todo bajo control y que no dudaba en deshacerse de cualquiera que se interpusiera en su camino hubiera sido asesinado. 

Por otro lado, a Todoroki no parecía agradarle la presencia de Toga. Aunque estuvieran en diferentes celdas, estaban una al frente de la otra y podían verse; y aquella chica no le inspiraba confianza. 

—Iida —llamó el de cabello bicolor, tirando levemente de la camisa del contrario y buscando su atención. 

Porque, con el tiempo y aunque Shouto fuera un poco lento para comprenderlo, deseaba la atención de Iida. Quería que se fijara en él. 

Aún así, Tenya parecía tener otras cosas en mente y no se percató de su schiavu. 

El hecho de que Shigaraki hubiera muerto complicaba aún más la situación porque él era el único que había decidido mantenerles con vida y, ahora que ya no estaba, nada les aseguraba vivir mucho más. En cualquier momento podría venir un sustituto y mandar que los ejecutaran. 

"No me importa lo que me ocurra a mí, pero al menos quiero asegurarme de que Todoroki viva."

—Oh, ya veo —comentó Himiko recuperando su característica sonrisa—. Qué fácil de leer eres —agregó, mirando a Shouto a los ojos.

El joven desvió su mirada; aquella chica le ponía nervioso. Era como si pudiera saber lo que estaba pensando. 

—¿No deberías prestarle más atención? —continuó la rubia, sacando a Iida de sus pensamientos.

Reaccionó y, al darse cuenta del agarre de su schiavu, se giró con cierta preocupación.

—¿Ocurre algo, Todoroki? —dudó creyendo que no se encontraba bien o quería decir algo. 

"En realidad, no." 

—Tengo hambre —dijo lo primero que se le vino a la mente.

De todas formas no era una mentira; sí que le dolía un poco el estómago. 

—Ahora que lo mencionas... ¡Los guardias aún no nos han traído el almuerzo! —exclamó Iida, algo indignado; pero no por él, sino por saber que su schiavu tenía hambre y él no podía hacer nada para alimentarle. 

—Interesante... —murmuraba Himiko para sí, observando a lo lejos la relación que tenían esos dos que, al parecer, se había fortalecido de alguna manera.

Todoroki sonreía levemente al ver a Iida exaltarse por aquello. Una sonrisa que ocultaba sentimientos más fuertes, una mirada llena de amor. 

"Me pregunto cuánto tiempo más les durará.

Ah...

Quiero volver a ver a Ochako."

[...]

Hace más de tres años... 

En el calabozo, con el paso del tiempo Kaminari y Jirou tuvieron que acostumbrarse a comer carne cruda. Al principio fue difícil; demasiado. Vomitaban, les era imposible de tragar e incluso sentían que perdían fuerza y energía. No obstante, Tsuyu estaba ahí para ayudarles. 

Se habían hecho amigos y gracias al miedo que le tenían a Asui no tenían que preocuparse por asesinar a otros. De hecho, era algo que nunca habían pensado hacer y ni querían hacer. No se veían capaces. 

—Y... ¿hasta no ser mayores de edad nadie nos puede comprar? —inquiría Denki algo preocupado pero intentando ser optimista. 

—Eso dicen —respondió Tsuyu siendo consciente de que faltaban más de dos años para ello y que, probablemente, no soportarían tanto tiempo esa situación. 

Kyouka, mientras tanto, dormía apoyada en el hombro de Asui y situada en el medio de sus dos amigos; cuando anochecía, preferían hacer turnos para dormir y, aunque esa vez le tocaba a Tsuyu, Denki no tenía mucho sueño. 

Esa misma noche, mientras la mayoría de schiavus dormían, llegaron un par de nuevos bastante diferentes entre sí y que, inevitablemente, llamaron la atención de Kaminari y Asui.

—¡SUÉLTAME, MIERDA! —se pudo oír la voz de uno de ellos.

—¡Estate quieto! —exclamaba el guardia que lo traía, bastante cansado por ser obligado a acudir al calabozo de noche; normalmente solo trabajaban de día, pero esos dos nuevos schiavus, ambos independientes, se habían escabullido durante todo el día y por fin los habían atrapado de noche.  

—¿Solo debo entrar y ya está? —se escuchó la voz del otro joven. 

—Sí, pero antes desnúdate y ponte esto —informó el guardia que se ocupaba de él. 

—Vale —accedió fácilmente. 

—¡Tú también! —proseguía el hombre que forcejeaba con el schiavu rebelde hasta que sintió un fuerte dolor en la mano—. ¡¿Me has mordido?! ¡Esta escoria me ha mordido! —continuó quejándose y girándose para mirar a su compañero—. ¡Échame una mano con este niñato! 

—Bueno, yo ya he terminado —ignoró el otro guardia por completo, deseando largarse de una vez y dejando entrar al schiavu que le correspondía—. Hasta luego. 

—¡QUE ME SUELTES, MIERDA! —seguía gritando acabando con la paciencia del hombre, el cual optó por el método fácil y empujó con fuerza al schiavu dentro, lanzándole la ropa que debía ponerse y cerrando la celda al instante.

—¡Informaré de esto al encargado de venderte, niñato asqueroso! —finalizó el guardia, alejándose bastante irritado y con la mano adolorida. 

—¡ME IMPORTA UNA PUTA MIERDA! —respondió el menor, levantándose y gritándole a través de las rejas observando cómo se iba. 

Wow... —murmuró Denki bastante sorprendido por el espectáculo que acababa de presenciar. 

Y, efectivamente, aquellos gritos no habían pasado desapercibidos; Bakugou Katsuki había conseguido despertar a absolutamente todos los schiavus de la celda. 

—¿Hah? ¿Qué estáis mirando, bastardos? —inquirió al girarse y notar cómo decenas de jóvenes de su edad le miraban. 

[...]

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora