Capítulo 58: Perdón por haber tardado tanto.

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—¡Tú! ¡Tú tienes cara de saber cómo, ¿verdad?! —prosiguió poniéndose al frente de Iida y mirándole a los ojos, cosa que aterró bastante al joven.

—¿S-Saber...? —inquirió Iida cada vez más confuso.

—Tú... sabes cómo matarlo, ¿verdad?

[...]

POV Iida Tenya

Si ocultar la verdad y tener que inventarme cualquier cosa me permitía seguir con vida, lo haría.

Si tener que ayudar a aquel hombre me permitiría poder volver a ver Todoroki...

—Sí —respondí tratando de sonar decidido y sin dudas—. Sé cómo acabar con la vida de Endeavor sin levantar sospechas —proseguí mirando cara a cara a Shigaraki.

—Perfecto... —murmuró sin borrar la horripilante sonrisa de su rostro—. Eres perfecto... —siguió, apoyando sus manos en mis hombros y mirándome fijamente—. Entonces... dilo. Dime cómo.

Necesitaba tiempo.

Lo que tenía en mente era básicamente cómo terminar con el reinado de ambos reyes, pero no sabía de qué manera asesinar a uno de ellos...

"Al menos, no a Endeavor."

La seguridad y la gran cantidad de subordinados que tenía cada uno de los reyes... Todo eso hacía que prácticamente fuera imposible matar en el palacio.

"Vamos... piensa..."

—Si te lo digo, de todas formas seré asesinado, ¿verdad? —proseguí volviendo a hacer el esfuerzo de mantenerme firme y serio; no quería dejar que notase lo aterrado que estaba y que todo lo que había dicho me lo había inventado.

—Ah... Pues sí —respondió alejándose un poco y mirándome algo más serio—. No puedes salir del palacio con vida —finalizó soltándome y pareciendo perder el interés.

"Se acabó..."

—Entonces... ¿puedes cambiar mi muerte? —inquirí aferrándome a la única opción que me quedaba—. Si te digo cómo acabar con Endeavor sin que nadie se entere, ¿podrás cambiar mi condena?

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó volviendo a recuperar su sádica sonrisa e interés.

—Cadena perpetua. Quiero ser encerrado, pero... —expliqué tratando de aprovecharme lo máximo que pudiera de la desesperación de aquel rey por saber cómo matar al otro—. Pero que sea junto a Todoroki, el hijo de Endeavor.

—¿Solo eso? ¡Demasiado fácil! ¡De acuerdo! —exclamó volviendo a colocar sus manos en mis hombros—. Te llevaré a aquel lugar... pero primero dime cómo —agregó mirándome desesperado.

—No —murmuré ocultando mi rostro—. Primero quiero ver a Todoroki.

—Ah... ¿Acaso no confías en mi palabra? —siguió, otra vez, observándome con esos sádicos ojos.

—Nada me asegura que no me matarás después de decírtelo.

—Cierto... —admitió borrando su sonrisa y regresando a su estado de seriedad—. Entonces... sígueme.

Se separó de mí, me dio la espalda y comenzó a caminar en la dirección opuesta. Atravesamos varios pasillos, la mayoría rodeados por guardias, hasta llegar a una sala en la que había una puerta que, al entrar, dejaba ver las escaleras que conducían a las prisiones.

Bajé tras él y lo único que se podía escuchar era el ruido de unas gotas de agua que caían de algún grifo mal cerrado.

Al llegar abajo, pude observar las diversas celdas, la mayoría vacías, que había en la oscura sala.

—Ahí está... ¿Cuánto tiempo necesitas? —siguió Shigaraki sacando una pequeña llave de uno de sus bolsillos y abriendo la celda en la que estaba aquella persona.

Aquella persona que tanto deseaba ver.

—Un par de días... —respondí entrando a la cárcel sin mirar atrás y sintiendo el ruido de la puerta siendo cerrada.

—Hecho... —finalizó el rey alejándose después de echar llave.

Todo permaneció en silencio durante unos segundos, hasta que la persona que estaba en un rincón, aferrado a sus piernas, levantó el rostro y me miró atónito.

—¿Iida...?

—Perdón por haber tardado tanto —comenté con una leve sonrisa—. Hola, Todoroki.

[...]

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora