Capítulo 33: ¡Me encantan!

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POV Narradora

En el reino, ciertos nobles se hallaban aburridos prosiguiendo con sus funciones después del suceso que ocurrió entre la madre de Momo, Jirou y Mitsuki.

—Sabes... —comentaba Toga mientras jugueteaba con la pluma de escritura que tenía en la mano—. ¡Creo que también me voy a comprar un schiavu! —exclamó a pesar de que sus compañeros parecían no estar interesados en eso—. ¡También deberías hacerlo! —añadió posando su mirada en Dabi.

—¿Para? —inquirió este sin interés alguno en aquella propuesta—. Los schiavus son asquerosos y molestos.

—¡Pero te deben obedecer! ¡¿No sería divertido?! —prosiguió la joven rubia tratando de convencer a su aliado—. Humillarle más de lo que ya está... ¡Es genial! ¡Iré ahora mismo a reservar un schiavu! —finalizó dejando lo que estaba haciendo, levantándose y dirigiéndose hacia la puerta; en su rostro se podía ver una sádica sonrisa llena de ilusión.

—Toga —llamó Chisaki provocando que la chica se detuviera y se girase cambiando su expresión a una de aburrimiento—. Primero termina lo que debes de hacer —ordenó.

—Qué aburrido —murmuró haciendo un pequeño puchero y regresando a su lugar.

Aquellos nobles tenían el encargo de revisar y archivar todos los registros que les llegaba de la gente que se convertía en schiavu. Era algo bastante aburrido, pero habían sido asignados por Shigaraki y tenían que cumplirlo.

—Mi schiavu deberá ser una chica bastante linda... —pensaba Himiko en voz alta mientras pasaba hoja por hoja seleccionando cada papel en el que se hallaba los datos de cada nuevo clase baja—. Oh —se detuvo y puso una sonrisa dejando ver sus colmillos al detectar a cierta persona en uno de aquellos documentos—. Ella se ve bien...

[...]

Mientras tanto, Kirishima y Kaminari se encontraban recorriendo el mercado central en busca de ofertas para comprar todo lo que necesitaban. Cabe decir que por fin se habían soltado de la mano.

—¡Kirishima! —se quejó Denki al ver cómo Eijirou tardaba demasiado en analizar los precios de los productos y buscar lo más económico—. Llevamos media hora mirando sin comprar absolutamente nada... —suspiró mientras su estómago soltaba un rugido de hambre.

—¡Ahora tengo que empezar de nuevo! —exclamó el pelirrojo al haberse desconcentrado mientras hacía cálculos matemáticos en su mente.

—¿Y eso por qué? —inquirió aquel rubio acercándose hacia su dueño y mirándole con inquietud.

—No te rías, pero... —comenzó cerrando los ojos—. ¡Se me dan mal las matemáticas! Lo sé, ¡no es varonil!

—¡Oh, a mí también! —agregó Kaminari con una sonrisa como si fuese un orgullo no saber sumar ni restar bien—. Nunca pude ir a una escuela, ya sabes...

—¡Lo entiendo! —exclamó aquel pelirrojo bastante feliz, cosa que no debería puesto que ambos se veían bastante idiotas al hablar de un tema así—. ¡Las escuelas eran y siguen siendo muy caras! Yo aprendí todo gracias a mis padres y a... —se detuvo unos segundos al recordar el nombre de cierta chica alegre y de cabello rosa—. ¡Midoriya! —mintió en lo anterior algo nervioso.

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora