Capítulo 48: ¿No os da vergüenza?

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—Así que tus padres tampoco han podido pagar los impuestos... —dijo Jirou con cierta tristeza.

—Al parecer, mañana vendrán a llevarnos —añadí mientras dirigía mi mirada hacia el cielo y con ambas manos en mis bolsillos.

Solo nos quedaba esperar. No podíamos hacer nada para evitarlo.

[...]

Me despedí de Jirou y regresamos a nuestros respectivos hogares. A lo mejor no nos íbamos a volver a ver, pero cuando llegó el día en el que vendrían los guardias a llevarnos al calabozo, nos separaron a mí y a mis padres por edades.

"Eso significa..."

Me arrastraron a una indicada celda del inmenso calabozo y me obligaron a ponerme una camisa y pantalones marrones junto a un par de calcetines negros.

—¿Es esto necesario? —me quejé al notar cómo el guardia que me guiaba me comenzaba a mirar mal dándome a entender que me desnudase en ese mismo instante y me pusiera aquella ropa.

Ya vestido, me empujó dentro del lugar que me correspondía y echó llave.

Como el sistema de schiavus era algo reciente, no tenía ni la menor idea de lo que me esperaba.

La celda era demasiado grande y se veía bastante limpia, pero cuando analicé mejor aquel interior me di cuenta de que, al parecer, ese sitio no iba a ser limpiado por nadie que no fuera los que estuviéramos dentro. Además, a unos cuantos metros había un chico muerto al que dos chicas estaban despellejando con sus propios dientes.

—Eh... —murmuré para mí mismo bastante nervioso y asqueado por aquella repugnante escena.

"¡¿Qué se supone que es esto...?!"

Decidí alejarme de aquella zona y dirigirme a alguna de las esquinas; me sentía incómodo al sentir la mirada de otros jóvenes que también se hallaban en aquel lugar.

Habían numerosos pozos y diversas rejas en el suelo que, supuse, daban a las alcantarillas.

Todo era demasiado extraño. Pude ver de reojo a un par de jóvenes utilizando cubos de agua para limpiar cierta sustancia de color rojo.

"Espero que sea tomate."

Poco a poco me estaba sintiendo cada vez más nervioso y, para qué negarlo, algo asustado.

"¿Esta es la realidad...?"

Justo en ese momento sentí cómo alguien colocaba una mano en mi hombro izquierdo. Pegué un brinco inconscientemente y me alejé aterrado rápidamente.

—¡Pfft!

"Esa risa..."

—¡Jirou! —me quejé, pero en el fondo agradecí que fuese ella y no algún tipo extraño que pretendía acabar con mi pobre vida.

Porque lo que sea que estuviese pasando en este lugar, no era normal.

—Tenías que haber visto la cara que pusiste —siguió mientras trataba de controlar su risa.

Suspiré de tranquilidad y pude sentirme más relajado al saber que no estaba solo en aquel lugar tan perturbador.

—¿Sabes qué problema tienen los de aquí? —cambié de tema y murmuré mientras señalaba con el pulgar a un chico que parecía estar comiendo algo crudo.

—Me acaban de traer aquí —respondió con extrañeza—. No parece que...

Pero se detuvo al dirigir su mirada hacia cierto lugar. Decidí seguir con mi vista a donde ella miraba y pude entender el porqué.

Schiavus [Boku no Hero Academia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora