Pasaron unos días para que mis piernas se sintieran de nuevo bien, no podía salir de la cama sin sentir una presión debajo y temblores en las piernas, me tomaba de cosas a mi al rededor para ayudarme a caminar.
- Bebé, ya iré al trabajo esta mañana - daddy me comenta al desayunar.
-¿Qué? ¿Ya lo harás? - dije triste - Aún no pasa mucho tiempo que empezó el año.
- No quiero perder más tiempo, necesito subir de nivel mi empresa.
- Pero tienes tanto dinero que no sabes qué hacer con él - dije recargada en la espalda del asiento con los brazos cruzados haciendo un puchero.
- Tengo un plan para todo eso, pero por ahora necesito que me apoyes, además, mis trabajadores se beneficiarán.
- Está bien, todos trabajan bien, se lo merecen.
- Esa es mi princesa - daddy sonríe tomando los cubiertos para cortar otro pedazo de hot cake - por cierto, ¿quieres volver a ir?
- ¿Ya me dejarás? - bromeo.
- Estoy seguro que ya aprendiste la lección pero si haces algo que no es de mi agrado sabes las consecuencias y no todos los castigos serán igual, recuerda que no siempre serán sexuales.
- Entiendo, entonces me tengo que arreglar.
- Tómate tu tiempo, tenemos hasta las 9 para llegar, dije que llegaría tarde, esperaba que dijeras que sí - un pedazo de hot cake va a su boca con nutella sobre él.
- Bien - me apresuré a comer.
Mientras comía pensaba en la ropa que llevaría, daddy me dijo que le ayudaría, quería que estubiera a su lado y aprendiera algo.
Mi última opción fue un top blanco de manga corta sin alguna imagen en él, junto a un conjunto de saco y falda, ambos del mismo color y diseño, eso sería suficiente elegancia asi que tomé mis tenis blancos con plataforma dándome 5 centímetros más de altura, con ayuda de una plancha me hice rizos no tan marcados, se veían naturales, el resultado me fascinó.
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Daddy me esperó en las escaleras, se veía tan lindo con su típico traje de trabajo, sus ojos no se despegaban de mí mientras bajaba, su mirada me puso nerviosa, tomó mi mano en cuanto pudo y nos dirigimos al auto.
En el camino daddy tomaba mi mano cuando dejaba la palanca de cambio, era muy cuidadoso de no quitar la mirada del camino por más que quisiera verme, lo notaba, sus ojos me daban miradas rápidas concentrándose en el camino luego, en los cemáforos recostaba su cabeza en el asiento volteando a mi dirección solo sonriendo, el tiempo se pasó rápido, el camino se veía corto.
Llegamos a la empresa de daddy apagando el aire acondicionado, bajé con mi teléfono en la mano al cerrar la puerta, volteé buscando un bolso en mi falda para guardarlo y al parecer daddy se dio cuenta, se ofreció a guardarlo extendiendo su mano con su mirada dirigida a la entrada del edificio, acepté y se lo di, la guardó en uno de los bolsillos de su pantalón en seguida, daddy acomodó su corbata y sacudió su saco antes de tomar mi mano y entrar al lugar.
