Saqué la plancha de mi tocador para empezar a ondular mi cabello, suelo alaciármelo asi que en ocasiones así prefiero hacer un cambio, tomé un aceite para cabello el cual ayudaba a evitar el dalo en éste y procedí a ondularlo girando la placha mientras bajaba en los mechones de cabello.
Me topé con daddy al salir de la habitación, tenía el traje que le di puesto, se veía tan perfecto, el traje es negro con detalles del mismo, iba capa por capa, camisa negra, chaleco negro, corbata negra con detalles en color rojo, al final el saco mencionado incluía una tipo flor a la altura de su pecho a la izquierda con detalles rojos, pantalón negro, zapatos negros y al final pero no menos importante, los antiguos guantes oscuros a mitad de la mano.
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Daddy se había puesto gel para ayudar a dar elegancia a su peinado.
- ¿Cómo me veo? - acomoda su saco.
- Como alguien que va a tener que evitar a todas las chicas de la ciudad - tuve una risa de daddy de respuesta.
- Digo lo mismo - daddy me toma de la cintura acercándome a él.
- Espera, tengo algo más - voy a mi habitación buscando en el armario.
Quería algo significativo para ambos asi que decidí llamar a Hannia, no nos solemos hablar mucho ya que cambié de escuela y ella ha estado de viaje con su daddy, le pregunté a cerca de las máscaras, quería saber en dónde y cómo podía conseguir una, me mandó un número diciendo que el dueño de él puede hacer máscaras personalizadas y sino tiene algunas para mostrar.
Volví al pasillo con daddy y en mis manos dos máscaras, una en cada mano, una era color negra con detalles dorados y la otra negra con detalles rojos, ambos eran de ciervos iguales a los de la primera vez que nos conocimos, cubriendo de la nariz hacia arriba, nuestros labios se podrían notar claramente.
- Esta era tu idea, ¿cierto? - la toma con una sonrisa en su rostro.
Sonrío y me coloco la máscara acomodando mi cabello - ¿Qué tal me veo?
Daddy se agacha y acerca a mi oído casi rozando éste - Quisiera arrancarte la ropa, arrinconarte en la pared y follarte hasta que me digas que pare - se aleja y se pone frente a mí - entonces ¿cómo crees que te ves? - me da una sonrisa de medio lado y se levanta con sus manos en sus bolsillos.
Carraspeo un poco - hay que ir con Demian - me volteo a la dirección de las escaleras.
Bajo las escaleras buscando en la sala a Demian, graciosamente lo encontré en la cocina viendo el cilindro de vidrio con chocolates dentro.
- ¿Puedo tener uno? - dice emocionado al notarme.
- Estoy segura que tendrás muchos esta noche - vi su rostro apagarse poco a poco - está bien, uno - abrí el traste y le entregué un chocolate.
- ¿Listos? - daddy bajó con las llaves del auto en sus manos.
- Vamos - mi dirijo a Demian para tomar su mano y salir juntos.
