𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 [+18]

46. Fred Weasley.

Pedido +18

—la mismísima Lextrange.— Fred paso por el lado de la chica de cabello negro. Fred la odiaba, y probablemente era algo que jamás iba a cambiar por las locuras de su madre.

—el mismo idiota de siempre.— respondió quedando frente a frente.— ¿Que haces por estos lados, Weasley? ¿Buscas que te maten?— pregunto al ver que andaba por los pasillos secretos de Hogwarts.

—¿Matarme? ¿Quien podría matarme acá?— sonrió.— para eso necesitas una varita.

—y la tengo.— tocó su bolsillo vacío y abrió los ojos.

—¿Que tan segura estás de eso?— le mostró su varita.

—¡Comadreja ladrona!— llegó hasta él intentando alcanzar la varita que la tenía por lo alto, bufo agarrándose de su hombro.— ¡Dámela!

—¡No lo haré!— la intento empujar, pero la chica sabía más de pelea y piso con fuerza su pie y doblo su rodilla para empujarlo y hacerlo caer.— ¡Ay por favor, no me mates!— carcajeo en el suelo.

—¡¿Crees que no lo haría?!— saco el cuchillo que tenía guardado siempre en su zapato y se puso a horcajadas elevando este en el aire.— un solo corte y te desangrarias aquí, difícil que alguien te encuentre.

—bueno, mi gemelo viene mañana así que mañana sería encontrado.— sonrió burlesco y con sus manos apretó sus muslos.— ¿No me vas a conceder un deseo antes?

—claro que no.

—¡Vamos! Así podrías dejarme morir tranquilo.— ella asintió.— dame un beso, un último beso para irme al menos embriagado.

—eres un idiota, ¿Crees que te besaría?

—lo veo más probable a que me mates.— estiró sus labios.— vamos, uno y puedes hacerme lo que quieras.

—no puedo creerlo...— negó.— ¿Segundos?

—solo cinco.— sonrió. La chica suspiro y bajo a juntar sus labios, y ella solo los iba a presionar, pero él los comenzó a mover acercando más su nuca. Fred siempre fue agresivo con los besos, pero esta vez era un beso con ganas y no entendía porque le tenía tantas si la odiaba con gran parte de su ser.

La volteó agarrando sus mejillas y metiendo su lengua en su boca hasta que ella lo separó.

—cinco segundos...— jadeo tocando su pecho.— eran solo cinco segundos.

—bueno, deberían ser más porque básicamente me vas a matar.— apartó su cuchillo bajando a besarla nuevamente y está vez ella no se sintió tan tensa, si no que se relajo acariciando su cuerpo. Debía confesar que Fred si se sentía muy diferente al sueño erótico que tuvo el otro día, porque está vez era más agresivo.— ¿Me vas a matar?— pregunto elevándose sobre ella, y esperaba verlo mirar sus ojos pero estaba concentrado en su falda.— ¿A quien ibas a ver con esa faldita? ¿Eh?

—a nadie.— aclaro. Fred subió su mano por su muslo y por fin la miró.

—¿Sabes que te odio?— ella asintió, y de alguna irónica manera dejó de parecerle mala y se sentía muy tierna bajo él.— ¿Y sabes que si te cojo lo haría también con rabia?

Ella frunció el ceño confundida y trago en seco mirando hacia otro lado.

—puedo soportarlo.— Fred bajo a su cuello lamiendo y chupando queriendo hacerla desesperar. Ella siempre se hacía la dura y ahora quería verla totalmente doblegada e indefensa ante él.

—¿Eso cree, muñeca? Porque siempre me he contenido, y estoy seguro que te dejare tan colapsada en este suelo que no sabrás cuando, donde o cómo estás.— la sintió gemir y admiro su masoquismo.— me atrevería a golpearte incluso.