50. Charlie Weasley.

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Pedido +18.

Charlie Weasley siempre me cayó mal, y es que era tan engreído por ser... Él. En el colegio yo fui su compañera, y fiel competidora.

Cuando me vine a Rumania me encontré con la sorpresa que él también estaba acá, y por supuesto mamá con su generosidad lo invito a vivir con nosotras. Mamá y papá se habían separado cuando yo tenía un año, así que muchos recuerdos de Severus Snape, mi padre, no tenía. Charlie y yo nos hicimos levemente cercanos al vivir juntos, y de a poco me di cuenta que él era una persona buena, una persona tan bella por dentro que me hizo estar perdidamente enamorada de él.

Era mi secreto.

Cuando Charlie nos dijo que se iría a la guerra mi alma se destrozo, y me suplique que no fuera la noche anterior, pero no me hizo caso. Pase días llorando angustiada por él, ni siquiera comí o fui al trabajo. Charlie no se despidió de mi, yo era tan insignificante en su vida que ni siquiera tuve un mínimo detalle de él como una despedida. Mamá me entrego la carta que me dejó, y no tuve el valor de leerla, y tenía tanta rabia y pena que ya no sabía que hacer. Él podía morir, y no se despidió, no me dejó siquiera decirle cuánto lo amaba y cuánto lo he amado por dos años.

—¡Cielo, ven a cenar!— grito mi madre. Hace dos días comencé a comer, así que ella y su pareja estaban felices. Baje las escaleras con un short de pijama y una polera ancha que él me había regalado. La polera era de su banda de rock favorita, y jamás ocupe esta polera, porque no me gustaba el Rock.

—¡Mira esto!— la pareja de mamá dejó ver a Charlie sentado en la mesa, mis ojos se abrieron ligeramente al verlo. Mi corazón parecía latir nuevamente de alivio y quise sonreír, pero el tener presente lo insignificante que era para él me contuve.— ¿No estás feliz? Has estado triste desde que se fue, ni siquiera habías comido.

—no era por... Por él.— mentí sentándome en la mesa. Ni siquiera lo mire o lo saludé, pero podía sentir como me miraba fijamente.

—¡No mientas!— mamá me empujó de forma juguetona, pero yo no podía reír, hasta se me quitó el hambre.— oh Charlie, se ha notado tanto tu ausencia en esta casa.

—ya volví, por fin estoy en casa.— sentí como suspiro.

—cariño, te ves un poco lastimado.— exclamó mamá con pena.

—nada grave, por suerte.— hablaba con tanta naturalidad que me daba rabia, y es que ni siquiera le importó que yo no lo saludara.

Mire con disimulo si venía herido, y efectivamente una de su mejilla estaba roja por al parecer una quemadura, su mano parecía tener un vendaje mientras su labio inferior izquierdo estaba partido. Cuando llegue a sus ojos note que nuevamente estaban fijos en mi, y me dio una sonrisa pero aparte la mirada.

—no seas maleducada cariño, no ignores a Charlie.— pidió mamá. Si tan solo supiera...

—esta dolida.— afirmó la pareja de mamá, le dedique una mirada mortal que lo hizo bajar la mirada.

—no.— me limité a decir. Estaba a punto de probar un bocado.

—se que me extrañaste, y se que lo harías si no hubiera vuelto.— bromeó. ¿Como podía bromear con eso? Lo mire incrédula.

—¿Es en serio.— rei de forma irónica y me levanté de la mesa para marcharme.

—¡Hey!— me llamo, pero yo estaba tan molesta que seguí hacia arriba.

—¿Lo ves? Esta dolida.— repitió la pareja de mamá, y fue lo último que escuche. Entre a mi cuarto con lágrimas de rabia en mis ojos, a punto de caer. Caminé al otro lado de la puerta, justo en mi ventana para abrirla y poder llorar tranquila. Esto no duró mucho, ya que escuche pasos rápidos en la escalera, y cuando quise ir a poner seguro me encontré a Charlie entrando a la habitación.

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora