Bullett proof

04

VALERIA:

Mariana me invita a pasar cuando voy a dejar a la pequeña a su casa. Me espera con un café recién preparado. Noto el moretón en su mejilla izquierda. Y la inspecciono de cerca, ella intenta apartarse, pero es imposible no verlo.

-¿Cuándo estuvo ese idiota aquí? -digo con molestia.

Agacha la mirada completamente avergonzada y las lágrimas no tardan en aparecer.

-Mar... - digo con impotencia y la abrazo.

-Solo apareció, quería dinero y yo no accedí a dárselo.
Me da impotencia. Más de una vez he insistido en que debe denunciarlo, poner una orden de alejamiento.

Tomar medidas por su seguridad y la de su hija. Pero no lo hace. No entiendo porque no lo hace. Y eso me da una impotencia terrible.

- ¿Que esperas para denunciarlo?
Niega con la cabeza. -Tengo miedo, si yo lo hago que va a pasar con Ara.

-Pensa en tu hija carajo. -digo molesta.

-Tienes que reaccionar Mariana. No puedes permitir que eso pase cada vez que él quiera dinero para drogarse.

Se queda en silencio.
Y me da miedo ese silencio. Temo que tome alguna mala decisión porque tiene todos los síntomas de una persona depresiva. No soportaría perderla. Es como una hermana. Ella fue la primer persona que conocí en el trabajo, la primera que fue amable conmigo. No puedo permitir que algo malo le ocurra.

Toma mis manos y me mira a los ojos.

Las lágrimas caen y me hace llorar a mí también. -Promete que si me pasa algo...

-Mar no digas eso.

-Solo promete que vas a cuidar de Ara. No la quiero dejar en manos de mi familia. Ni siquiera me dan una mano cuando tengo guardia; Vale, ella te adora y sé que a tu lado va a estar muy bien.

Me da miedo que diga esas cosas sobre todo porque ese enfermo esta suelto por la ciudad. No quiero que nada malo le ocurra, pero no permite que nadie la ayude. Solo puedo prometerle hacerme cargo de la niña si por esas injusticias de la vida ese enfermo le hace algo.

-Está bien. Lo prometo. Yo cuidare de Ara.

-Me quedo más tranquila amiga.
Me despido de ellas dos. Asegurándole a Ara que averiguare todo para el concierto de nuestra banda favorita en la ciudad. Ya han dado fechas y solo queda acceder a las entradas. Mar me mira y niega con la cabeza.

-Deja de malcriarla Vale.

-Se lo debo. Cualquier cosa me avisas enseguida.

-Si mamá.

-Lo digo enserio Mar. A la hora que sea.

Me da otro abrazo y me empuja a mi auto.  Me meto al coche y enciendo el aire acondicionado. La ciudad es una infierno y yo detesto el calor.

Mi teléfono comienza a sonar y veo que es un número privado. Seguramente es de la clínica porque a Sony se le olvida siempre poner la identificación en el teléfono de la clínica.

-Hola... - digo mientras espero en el semáforo. - ¿quién es?

- ¿Valeria?

No reconozco la voz del otro lado del teléfono y arrugó mi entrecejo. - ¿Quién habla?

-Soy Olivia...

Mi corazón empieza a latir con fuerza y me obligó a detenerme en la orilla ya que no puedo manejar en el estado en el que me encuentro.

- ¡Que descarada eres al llamarme!
Intento parecer calmada. Pero mi voz suena rota. Cierro mis ojos por un momento, intentando encontrar algo de calma.