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HARRY:

Me encuentro frente al edificio, no sabía con exactitud si ella estaba aquí, no entiendo nada de lo que hablan y son pocas las personas que saben inglés, me dirigí a una cafetería ya que desde que partí de los Ángeles solo había tomado alcohol.

Con dificultad comí algo y me dirigí nuevamente al edificio, veo que sale un grupo y puedo divisar su rubia cabellera con los chicos y que además los acompañan unos guardaespaldas
La sonrisa que tiene me paraliza. Esta junto a sus amigas, y junto al chico que me enfrentó en su departamento. Se veía radiante a su lado.

Carajo. Así se vería a mi lado sino lo hubiese arruinado.

No pude articular palabra. Solo me quede mirando como tonto. Se subieron a una camioneta y decidí parar un taxi. Con la ayuda de mi teléfono le indique al chófer que siguieran esa camioneta.
Se que la perdí. Pero tengo que hacer mi última jugada. No quiero pasar mi vida sin ella. No quiero.

La seguridad en esta casa es como si viviera el presidente aquí. Me va a costar hablar con ella.

Ahora debo buscar un hotel donde pasar la noche y los días por lo menos hasta que pueda hablar con ella.
Llamo a Louis para informarle que estoy bien y contarle mis planes.

- ¿Pudiste verla?

-Hoy no. Estaba rodeada de sus amigas y de esos chicos. No la dejan sola ni un momento. Así que estoy buscando el momento correcto.

-Hazz estás loco. - dice Lou.

-No. Quiero recuperarla.

-Pareciendo un jodido acosador.

-No me interesa. Solo quiero recuperarla.

CAROLINA:

Valeria había cuadrado una fiesta de bienvenida junto con Hobi, aun no podía creerlo, era nuestra banda favorita y ella seguía involucrándolos en sus locuras. Por una parte, me sentía extraña, desde que vi a Nam Joon le noté sumamente diferente a como se comportaba en los Ángeles, parecía otra persona, y que me ignorara mi bias era un dolor bastante fuerte, pero que podía hacer, ni ilusiones podía hacerme a estas horas de la vida. Otra cosa que me tenia pensando era que Styles tuviese el descaro de venir hasta acá, ¿desde cuando era un acosador?, pobre Valeria, pero esto no lo podía saber ninguno de los chicos.

Una cosa había aprendido durante tanto tiempo viviendo con mis amigas latinas, fuera de que mi madre biológica lo era, pero desde que mi padre se había divorciado de ella nunca más le volví a ver, jamás se interesó por su hija.

El español no lo dominaba por completo, pero sí me defendía, y podía mantener una conversación.
Mire el gran apartamento, era la primera vez que tenía un lugar propio completo, amplio y lindo. Antes de venirme les deje a las chicas el código de entrada para que tuviesen fácil acceso.

Mi vida ahora en Corea sentía que tenía un poco más de sentido pese a no estar por tanto tiempo, sentía que mi vida estaba a punto de ser completa, solo me faltaba eso, mis mejillas se tiñen el solo pensar en él.

Decido limpiar un poco el apartamento, habíamos concretado que las chicas me avisarían cuando viniesen, pongo un poco de música en mi celular y esa vieja canción empieza a sonar.

Bajo el cielo, la ciudad se empieza a iluminar.

Esta noche, todo lo que quiero es bailar
Sólo espero que esta vez te quieras acercar.

Y así comenzar...

Tengo el ritmo y tú tienes todo lo demás
Me enloqueces, creo que me empiezo a enamorar

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