04 En los brazos de la muerte

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Mi cuerpo estaba completamente paralizado, eso era un hecho. Cuando intentaba moverme, una sensación similar a estar atrapada por decenas de serpientes me lo impedía. No era únicamente que mi cuerpo no me respondiera, que de hecho lo hacía, pero cuando intentaba realizar un movimiento una sensación opresiva tensaba mis músculos y me castigaba cada vez que intentara moverme.

En situaciones normales, tener el cuerpo atrapado por un centenar de serpientes invisibles era el tope de la incomodidad, sin embargo, en este momento tenía la mitad de mi rostro fuertemente pegado a dos enormes depósitos de grasa. ¿Y qué quieren que les diga? Prefiero las serpientes.

La situación en el patio ya se había calmado. Ver a una mujer tan hermosa como Eris con una bebé en los brazos le otorgaba el aura de una santa, y era simplemente imposible estar enojado o incómodo en su presencia. Tal era la calma que enamaba, que todos preferían mirar embelesados, y muy poca gente prestó atención al anciano bañado en sangre que fue sacado en una improvisada camilla del lugar.

A ver, el hombre era claramente un hijo de puta y caía mal, pero tampoco se lo merecía, sólo estaba haciendo su trabajo y tampoco sabemos si simplemente su mal humor era porque estaba teniendo un mal día.

— Entonces, ¿está es la niña de la que hablaste?

La voz del anciano Arzobispo rompió el encanto de la escena, y todos volvieron a sus obligaciones mientras tanto el inquisidor como el arzobispo se acercaron para verme.

— así es, es la primogénita de los Croiss, apenas nacer, ellos llamaron a la inquisición para pedir un veredicto sobre la "identidad" de su hija.

Ante las palabras del inquisidor, y con un movimiento casi ensayado, Eris movió ligeramente mi cabeza para que la marca de la bruja pueda ser apreciada por el arzobispo.

El anciano hombre, solo se quedó contemplando la marca de la bruja en mi cara, o los senos de Eris, por un largo tiempo. Para un hombre que ha dedicado su vida a la iglesia no sé cuál de las dos cosas frente a él, le es más impresionante.

Finalmente después de mucho reflexionar, el arzobispo desvió la mirada y miró a su alrededor.

— ¿Cuánta gente lo sabe?

Preguntó sin dirigirse a nadie en realidad.

— solo unas cuantas personas en el ducado de los Croiss. Según lo trate con su guardián de llaves, se encargará que el rumor no se extienda, la niña será declarada muerta para el resto de trabajadores en la mansión, fuera de ellos también lo saben mis hombres, la chica que fue designada para cuidarla en el camino, y por lo que veo también la señora de Johanssen.

Desconfiando de lo rápido que había entendido lo que estaba pasando, tanto el inquisidor como el arzobispo se le quedaron mirando fijamente, contemplando sus reacciones.

Por su parte, Eris se limitó a sonreír, y apretarme más contra sus pechos mientras respondía con una voz triste y melancólica.

— estoy muy familiarizada con la marca, después de todo, yo conocí a la bruja anterior. Pero esa historia ya se la revele al Rey Thenerraz, y me prometió que no sería juzgada por acciones de mi pasado.

Ambos hombres asintieron de manera indiferente, al ser mencionado su viejo amigo hacía que todo lo que ella dijera sonará más creíble, después de todo, si el Rey tenía su entera confianza en ella, dudar de sus palabras era lo mismo que dudar del Rey.

Bien, al menos eso me explica cómo Eris pudo hacerse con el reino desde adentro en poco menos de una década, todos son idiotas.

El arzobispo se aclaró la garganta, y mirando su viejo amigo dijo.

Intentos Infinitos "2"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora