14 Típico

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No tengo aquello que me pides.

Y no se que es una televisión.

— Estaba siendo sarcástica, sabes... estaba segura que tú más que nadie entendería la ironía y el sarcasmo.

Una extraña neblina cubría la sala, que estaba iluminada por una luz tenue que no tenía ninguna fuente visible. Sentada en una silla de diseño simple. Contemple a este par de mujeres que juntas decían ser La Muerte, en singular.

No hay ironía en la muerte, simplemente llega sin hacer distinciones.

Cuando llegan todos son iguales, no distingo el cómo ni el cuándo.

Ambas mujeres se turnaban para hablar, y una seguía apenas terminaba la otra. La mayoría del tiempo la segunda solo decía lo mismo que la primera con diferentes palabras, y por no mencionar la forma tan teatral que tienen de hablar que me está poniendo de los nervios.

Por más de un minuto, ambas mujeres permanecieron calladas simplemente mirándome fijamente pero sin mucho interés, casi como si su atención estuviera la puerta detrás de mí, pero yo estaba por en medio.

— ehhh, entonces... Qué buen clima hace ¿verdad?

No prestó atención a esos asuntos.

Nunca ha sido un tema de mi interés.

Otro silencio incómodo siguió a su respuesta. Y para romper lo, me aclaré la garganta sonoramente.

— ejem...

Ambas mujeres permanecieron calladas sin reaccionar.

— Ejemm...

De nuevo, ninguna reacción de su parte. Únicamente permanecían mirando en silencio.

La silla me empezaba a parecer incómoda, y me dolían los pies de tanto caminar. Es extraño, no tengo ni idea de que se supone que estaba esperando de mi encuentro con "La Muerte" pero definitivamente no era ésto. Me esperaba algo más "místico" quizás... Es difícil ponerlo en palabras, pero estoy bastante decepcionada.

— ehh, si no quieren nada de mí ¿Puedo irme a mi cuarto? Ayer no dormí mucho y tengo algo de sueño.

Tu has venido a mi, como siempre lo haces al final.

Sin importar a donde vayas, yo soy tu destino.

— ehh, vine porque me pareció que querían hablar conmigo. O la verdad no tengo idea. De la nada comenzaron a hablar en mi cabeza, y tengo cierta experiencia con las voces en mi cabeza, y contrario al sentido común, hacerles caso suele ser la mejor opción.

Sabes que has tenido una vida de mierda cuando las voces en tu cabeza suelen tener razón.

No somos dos, somos una.

Somos las dos caras de un mismo ser.

— ohh, pues "disculpame" y no "discúlpenme", por no usar los pronombres apropiados. Que me parece que hay cosas más importantes en este preciso momento como para ponernos con esas cosas.

De nuevo el silencio se hizo entre las dos, o entre ella. La verdad me da igual y la voy a llamar como me dé la gana.

— ¿Por qué estoy aquí?

Terminé preguntando para ver si de esta manera podía romper el silencio.

Llevaba mucho tiempo queriendo hablar contigo.

Desde hace tiempo que quería llegar a ti.

— pues heme aquí, ¿Qué es lo que quieres?

Otra vez, un largo e incómodo silencio que me estaba poniendo de los nervios junto a la mirada fija que daban a mi dirección. Harta me disponía a levantarme de la silla e irme pero finalmente se dignaron a volver a hablar.

Intentos Infinitos "2"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora