42. Reglas del comercio.

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Después de mucho recorrer los túneles, a lo lejos, puede distinguir la luz del exterior. Habré entrado un par de horas antes del mediodía, y al momento de salir, el cielo ya había tomado un tono anaranjado, y al sol le quedaba una escasa hora antes de ocultarse.

Respirando el aire fresco del exterior, cerré los ojos para que la fresca brisa me revitalizará del ambiente saturado de las mina.

Agotada por horas de caminata, y mucho acarrear cosas pesadas, solo quería volver a la caballeriza donde había dejado a mi yegua y dormir como un tronco hasta la mañana siguiente, sin embargo, mientras caminaba, la brisa me trajo un tenue olor a tabaco.

En una pequeña plazoleta donde no había nada esta misma mañana, un gran carromato se había estacionado y fui capaz de distinguir a un hombre con un sombrero de ala ancha acomodando distintos objetos en una mesa, mientras a cierta distancia, un hombre de una larga gabardina se hallaba fumando mientras tenía la espalda recostada en el muro de una casa en ruinas.

Con un largo suspiro, acelere el paso mientras negaba con la cabeza, Sydow tiene una excusa, él no está obligado a ayudarme, pero Cenizas…

–– ¿Está bueno el cigarro?

Pregunte llevando mis manos a mis caderas, y parándome derecha frente a él.

Sin siquiera mirarme, Cenizas se limitó a exaltar el humo, y hablar con tono monótono.

–– bastante, el sabor es suave y no irrita la garganta, al mismo tiempo que relaja los hombros, y calma los nervios. ¿Te apetece uno?

–– ¿vas a seguir con tus bromas estúpidas?

Pregunté cada vez más enojada, mientras cruzaba los brazos, y evitaba mirar el cigarro que me ofrecía.

–– tú me hiciste la pregunta guapa, sabes que solo puedo decir la verdad.

–– ¿Tienes idea de cuántas horas estuve juntando monedas y cargando armaduras? Estaba convencida de que en este momento deberías estar reuniendo información de Calibrocha, por eso no hice por llamarte a esta excursión bajo tierra, pero al salir, te encuentro fumando con absoluta calma, si estabas libre, ¿por qué rayos no..?

–– por una vez este vago estaba trabajando.

Interrumpió Sydow mientras se acercaba a donde estábamos.

–– estaba terminando unos negocios, cuando me lo encontré…

–– da igual Leland, eso fue un fracaso, no tiene porqué enterarse.

Con una larga calada, fue el turno de Cenizas de interrumpir, y habiendo tirado su colilla, continuó explicando.

–– me encontré con Leland hace poco, me dijo que había sentido que te habías hecho con una pequeña fortuna en monedas del viejo reino y tenía algunos artículos que enseñarte, como ya había terminado lo que estaba haciendo, me vine con él a esperar que salieras, el punto guapa, es que acabo de llegar.

Sacando otro cigarro de su cajetilla, Cenizas estaba "extraño" su ausencia de rostro lo hace difícil de leer, pero creo conocerlo lo suficientemente como para sentir que algo no anda bien.

–– ¿Que es lo que estabas haciendo?

Le pregunté, y después de un largo silencio, Cenizas declaró.

–– nada que te sea dañino.

–– pero tampoco algo que me beneficie ¿No?

Otro largo silencio se hizo entre los dos, rememorando, la ayuda que me prometió Cenizas es únicamente por su buena voluntad, pero al no tener un trato con él, nada lo obliga a estar de mi lado.

Intentos Infinitos "2"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora