15 Mentiras a medias

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Al despertar, una cama extraña y un techo desconocido me dieron la bienvenida.

¿Algún día seré capaz de dormir y despertar en el mismo lugar? Acompañenme en esta desopilante mágico aventura y descubramoslo.

¿Con quién rayos estoy hablando? Ya me da igual.

El lugar donde me había despertado tenía un contraste bastante extraño. Si bien las paredes, suelo y techo estaban hechos de un material que me recordaba al cuarzo o la obsidiana, la cama tenía sábanas limpias y una almohada acolchada.

La decoración era estéril por no decir inexistente, al mismo tiempo aún conservaba los guantes, y la puerta era prácticamente un pesado bloque de metal con un pequeña ventana con barrotes. Sin embargo, desentonando con la habitación, alguien había colocado unas lámparas iridiscentes para tener un poco más de luz, y en el medio estaba mi pequeña mesa con mi casi inamovible jarra con agua.

Era obvio, me dije sin mucho análisis, que me encontraba en una especie de celda especial para criminales peligrosos, pero debido a que habían intentado que pese a todo tenga un poco de comodidad, me hace creer que no estoy en calidad de prisionera sino más bien como protegida.

Sin ventanas y debido a la oscuridad absoluta dada por las paredes y el techo completamente negros, me era imposible saber que hora era. Pero confíando en mi reloj biológico me imaginé que debía ser antes del medio día.

Quedándome quieta en la cama, me puse atenta para captar cualquier sonido pero no escuché ninguno. No podía oír voces, susurros, ni siquiera pasos. Confiando en mi soledad quise llamar a Cenizas de manera rápida para intentar obtener algo de información, pero antes de hacerlo me contuve.

Colocando la mano en la pared pude notar que estaba llena de un montón de grabados y runas. Poniendo los pies en el suelo confirme que este también estaba lleno de las mismas marcas, y aunque la tenue luz de la lámpara era insuficiente para darme una buena visión del techo, no me era difícil imaginar que está también estaría lleno de los mismos grabados.

Al verlos me dieron mala espina y no me atrevía a sacar nada de mí inventario y mucho menos probar mi [Carbonizar]. Si está es una prisión especial debe ser por algo y no puedo simplemente subestimar la sin más.

Quedándome quieta volví a la cama a esperar que pase el tiempo. Me moría por sacar las hojas del supuesto grimorio verdadero e intentar quemar el otro grimorio falso para ver si conseguía más. Quiero hablar con Cenizas para que me contará cómo había interpretado la iglesia mi desaparición, y ver si era necesario modificar algo de mí plan. Y sobre todo, quería darme un baño en condiciones, pero eso es una necesidad que llevo arrastrando desde hace mucho y no es una prioridad en este momento. Solo digo que el domingo pasado, que es el único día que me daban una cubeta de agua para bañarme, fue uno de los días que estaba demasiado cansada como para moverme, y no fui capaz de aprovecharla.

El tiempo pasaba pero nadie llegaba para comprobar que había despertado. Podría levantarme e intentar mirar por la ventana de la puerta si había alguien en el pasillo, pero aunque me subiera a la mesa no tendría la altura para mirar por ahí. Tendría que hacer una torre con la mesa y la silla pero era demasiado peligroso y pasó.

El tiempo pasaba y nada ocurría, probé a intentar volver a dormirme y no fue tan difícil. Habré dormido lo que imaginé que fueron cerca de una hora pero la situación seguía igual con la única diferencia de que ahora tenía hambre.

Pensando que el agua podría aliviar mi hambre de manera momentánea, fui a la mesa y me serví un vaso que bebí de un solo trago.

Si, definitivamente tengo hambre y no sed. Pero da lo mismo.

Intentos Infinitos "2"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora