Dos palabras y un corazón destrozado en consecuencia.
Durante la cena no nos miramos ni una sola vez y sé que todos perciben la tensión entre nosotras.
-Emma, deberías comer- escucho decir al rey pero mantengo la vista baja-. Ofenderás a tu padre si no lo haces.
Oigo las risas de la gente a mi alrededor excepto la suya. Ni su risa, ni su voz, ni su aliento.
Me levanto con brusquedad haciendo que el plato caiga al suelo y salgo corriendo del comedor hasta llegar a mi habitación y encerrarme en ella.
Valerie no puede fingir que todo lo que ha pasado entre nosotras, todo el amor que le hemos dado a la otra, nunca ha existido. No puede fingir siquiera querer a un hombre al que apenas conoce.
Abrazo mis rodillas con fuerza y los sollozos no tardan en dejar mi garganta y llenar el espacio.
Unos golpes en la puerta me sobresaltan y me doy cuenta que aún estoy apoyada en la madera.
-Márchate, seas quien seas, quiero estar sola- sollozo contra mis piernas sin saber si la persona al otro lado lo ha escuchado.
Sí. Sus pasos se alejan segundos después y me levanto despacio para avanzar hasta la cama, dejándome caer en el colchón con brusquedad y hundiendo en él la cara con los brazos a los lados.
Siento una caricia en ellos, también por mi espalda, pero sé que solo es mi imaginación y cierro los ojos con fuerza para que mi mente deje de hacerme sufrir aún más.
La puerta suena de nuevo y bufo contra el colchón.
-He dicho que no quiero ver a nadie- hablo con la voz amortiguada.
-Pero te hemos traído chocolate- exclama mi hermana y, sin verla, puedo saber que está sonriendo ajena a todo lo que siento ahora.
-Cariño, creo que es mejor que la dejemos descansar- escucho a mi madre al tiempo que apoyo la mano en el picaporte y los ojos de ambas, igual de grises, se encuentran con los míos.
Mi madre esboza una sonrisa sin poder despegar su mirada de la mía, igual que la observo hacer con mi padre cuando pasamos tiempo en familia.
Extiende una mano hacia mi mejilla y la acaricia con suavidad, borrando el rastro de lágrimas, antes de atraerme hacia ella y abrazarme con fuerza.
Los bracitos de Victoria nos envuelven a las dos y ambas reímos bajito separándonos para mirarla.
Me agacho a su lado y dejo un beso en su frente.
-¿Te he dicho ya que eres la mejor hermana del mundo?- pregunto pegando mi frente a la suya.
La pequeña sonríe y vuelve a abrazarme besando mi mejilla con fuerza. Yo la cojo en brazos y camino rápido hasta lanzarnos a la cama, haciendo que suelte una carcajada y se ponga de pie para saltar sobre el colchón mientras mi madre se acerca a nosotras, dejando la pequeña cesta donde se encuentran los dulces entre ambas y sentándose a mi lado.
Victoria se deja caer de rodillas frente a ésta y agarra toda la comida que puede para ponerla en su regazo.
Pongo los ojos en blanco riendo y me recuesto en el pecho de mi madre cerrando los ojos.
-Si no coméis vosotras, alguien se terminará de nuevo toda la existencia de dulces ella solita- escuchamos a mi padre acercarse y otra risita por parte de mi hermana a los pocos segundos.
Les observo sin separarme de mi madre y sonrío: mi padre haciéndole cosquillas a Victoria antes de cogerla para sentarse y ponerla sobre sus piernas cruzadas, siguiendo con la tortura de la pequeña.
Las risas de ambos inundan el lugar y siento cómo la tristeza se esfuma por completo de mi interior.
-Hora de dormir- dice bajito mi madre, un rato después, al ver a mi hermana acurrucarse en los brazos de mi padre mientras bosteza y sus ojos se van cerrando.
Éste se levanta con cuidado y nos mira a las dos por unos segundos antes de llevar a Victoria a su habitación.
-Puedes dormir con nosotros si quieres- susurra mi madre volviendo a acariciar mi cabello.
La miro y niego sonriendo.
-Ya me encuentro mejor- digo incorporándome para coger sus manos-. Gracias por hacerlo posible.
Su sonrisa se ensancha y me atrae de nuevo hacia ella para volver a abrazarme.
-Sabes que siempre estaremos para tí cuando lo necesites.
-Lo sé- susurro cerrando otra vez los ojos, ahora por el cansancio.
Siento a mi madre levantarse despacio y apoyar mi cabeza con cuidado sobre la almohada, arropándome bien con las sábanas y dejando un largo beso en mi frente antes de apagar las velas y salir con sigilo de la habitación.Un ruido tras la puerta me despierta en mitad de la noche, algo deslizándose bajo ella y pasos alejándose con rapidez. Me levanto adormilada y agarro una de las velas para acercarme y ver qué ha ocurrido.
Una nota, pequeña, blanca, impoluta.
Parpadeo un par de veces para espabilarme del todo y acerco el papel a la luz mientras lo desdoblo entre los dedos.
Reúnete conmigo en el invernadero al amanecer.
-Valerie.-
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Royal Secret (Reales III)
Romance*Historia sin corregir* Emma ha crecido rodeada de joyas, vestidos preciosos y tiaras. Pero ninguna de esas cosas le corresponde a ella o a su familia. Viviendo bajo un protocolo que no le incumbe pero que intenta seguir lo mejor posible, a sus 15 a...