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El baile se aproxima. En él se dará a conocer en sociedad al futuro Príncipe, al futuro esposo de Valerie y, por tanto, a mi persona más odiada sin siquiera conocerla.
Observo a mi Princesa a través del espejo mientras una de las doncellas acomoda el vestido que usará para la ocasión.
-Está preciosa, Alteza- dice la muchacha sonriendo-. Seguro que atrae todas las miradas de la sala esa noche, como siempre.
Valerie esboza una pequeña sonrisa, aunque la siento triste y apagada y solo quiero acercarme a ella para abrazarla con fuerza y que mi calor la reconforte.
-Ya está listo, Alteza- vuelve a hablar la chica cuando ha terminado de arreglar el vestido.
-Gracias- susurra bajando del pedestal con cuidado y caminado hasta donde se encuentra su vestido de diario.
Más doncellas aparecen para ayudarla a cambiarse y ella se deja hacer como si fuese una muñeca.
De nuevo, les agradece su ayuda y me mira para que salgamos de esa habitación cuanto antes.
-Tengo algo para tí- sonríe abriendo la puerta de su habitación.
Toma mi mano con energía y me hace pasar junto a ella, sentándome en la cama mientras ella se acerca al baúl que hay en la pared de enfrente.
Mis ojos se abren al ver una tela de color azul oscuro descansar en sus manos y luego en las mías.
-Pedí hacerlo también cuando me enseñaron el diseño del mío- explica sentándose a mi lado.
-Un vestido para el baile- susurro muy bajito.
Ella asiente entusiasmada y se levanta de nuevo haciéndome hacerlo también, siendo quien extiende la prenda al ver que yo sigo inmóvil.
Me acerca despacio a su espejo y apoya su barbilla en mi hombro.
-¿No crees que es precioso?- pregunta con voz soñadora.
Observo la tela, el diseño, y no puedo evitar que algunas lágrimas resbalen por mis mejillas.
-¿Qué pasa?- su expresión cambia de pronto y me gira para mirarla- ¿No te gusta?
Observo de nuevo la falda que sobrepasa mis pies lo justo para rozar el suelo y cierro los ojos tratando de calmarme.
-Sí- contesto, al fin, en un sollozo-. Es precioso, Valerie- inspiro profundo y lo empujo hacia ella-. Pero no para ésta fiesta.
Su ceño se frunce y deja el vestido sobre la cama, perfectamente estirado, antes de dirigirse de nuevo a mí.
-No lo entiendo- susurra tomando mis manos.
-No voy a ir al baile- hablo antes de que pueda añadir nada más-. No puedo si quiera pensar en estar en la misma sala que el hombre que me robará a la persona que más me importa en el mundo.
Valerie suelta una carcajada ignorando mi dolor, haciendo que se haga más grande.
-Sabes que siempre seré solo tuya aunque me case con él- dice bajito acariciando mi mejilla.
Sonrío cerrando los ojos y atrapando su mano en mi cuello.
-Me gusta oírte decir aquello que sabes que no puede ser- susurro apretándome un poco contra mi hombro.
-Sí que puede, Emma.
Sus labios se acercan a los míos rozándolos por unos segundos, pero me aparto liberándola y negando de nuevo.
El silencio se hace dueño de la estancia y siento su mirada en mí aunque mis ojos están cerrados.
-Quédate el vestido, al menos- habla segundos después volviendo a poner la tela sobre mis brazos.
Sollozo dejándola caer al suelo y me abalanzo sobre ella abrazándola con fuerza.
Valerie camina hacia la cama y se sienta apoyando mi cabeza en su regazo mientras mi cuerpo descansa sobre el colchón con mis rodillas contra mi pecho.
-Nunca le querré tanto como a tí- susurra levantándome para apoyarme en su pecho-. Eres la persona que más me importa en el mundo y eso nunca cambiará, Emma, te lo prometo.
-Dijiste que yo era la única a quien querías en tu vida- sollozo apretándome más contra ella.
Su mano se desliza despacio hasta mi barbilla y la levanta para que la mire.
Roza nuestras narices y sus labios se unen a los míos por unos segundos.
-Siempre serás la que ocupe todo mi corazón- sonríe con los ojos cerrados y me siento un poco mejor.
-Te quiero- susurro besándola de nuevo e inclinándome hasta quedar sobre ella aprisionándola contra el colchón con suavidad.
Lo único que se oye durante los siguientes minutos son nuestros besos, su roce contra el mío, las caricias delicadas que proporcionamos a la otra queriendo que nunca terminen. Su felicidad con mi felicidad.
-¿Por qué no te pruebas el vestido?- pregunta bajito mientras me acurruco de nuevo en su pecho-. Será más fácil ahora que solo tienes que ponértelo.
Me separo para mirarla sintiéndome enrojecer y ella suelta una carcajada dejando un beso en mi nariz.
Se levanta para vestirse de nuevo y se acerca de nuevo a mí, tirando de mis manos con suavidad y llevándome frente a lo que todavía es un bulto en el suelo.
Pero dudo. Dudo en ponérmelo y que, si mis padres me ven, ésta pierda los nervios ante la imagen, lo mismo que ocurrió cuando me colé en la habitación para fingir que era una Princesa.
-Emma- susurra Valerie a mi espalda devolviéndome a la realidad-. Vamos, o terminarás enferma por llevar tanto tiempo sin nada encima.
Me agacho despacio bajo su atenta mirada a través del espejo y me ayuda a alisarlo antes de ser ella quien me vista.
Sus ojos brillan de emoción cuando se coloca frente a mí tras abrochar el último botón y yo solo puedo sentir escalofríos por llevar una prenda que no me pertenece.
-No te apartes- hablo en un hilo de voz agarrando su brazo-. No sé si quiero ver el resultado.
-Éstas preciosa, Emma- sonríe besando mi frente-. Aunque falta una cosa.
Cierro los ojos de nuevo cuando se aleja hacia su tocador y vuelvo a temblar al sentir que coloca algo sobre mi cabeza.
-Ya estás lista.
-No podrás verte si no abres los ojos- escucho la voz de mi padre y me giro en su dirección antes de mirarle, dejando el espejo a mi espalda.
Abro la boca para hablar, pero solo un sollozo escapa de mi garganta y corro hacia él para refugiarme en sus brazos haciendo que la tiara caiga al suelo tras de sí.
Mi padre, como siempre, deja que me desahogue el tiempo que sea necesario.
-Tu hermana pregunta por ti- sonríe cuando sabe que ya estoy más calmada. Me separa para mirarme y borra las lágrimas que aún recorren mis mejillas-. Sigue en su habitación, así que ve a verla tras cambiarte, ¿vale? Yo te esperaré fuera.
Asiento abrazándole una vez más antes de coger de nuevo mi vestido y, cuando escucho la puerta cerrarse, empiezo a desvestirme para volver a mi normalidad.
-Emma- Valerie agarra mi brazo impidiéndome salir pero no me giro-. Siento lo que ha pasado, no sabía que reaccionarias así.
Inspiro hondo cerrando los ojos por unos segundos.
-Solo querías que yo también me sintiera especial, pero sabes que no puedo serlo.
-¿Por...
Salgo de su habitación cerrando con fuerza y vuelvo a abrazarme a mi padre empezando a caminar para ir al cuarto de Victoria.

Royal Secret (Reales III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora