Apenas lo pienso cuando llamo a la puerta de su habitación y muevo los dedos sobre la tela de mi vestido nerviosa mientras escucho pasos acercarse desde dentro.
Sus ojos azules se clavan en los míos y esboza una pequeña sonrisa antes de echarse a un lado para dejarme pasar, permaneciendo en silencio hasta que él decide romperlo.
—¿A qué se debe tu visita a estas horas de la noche, sobrina?— pregunta sentándose en una de las sillas cuya mesa se encuentra en medio de la habitación.
Cierro los ojos y respiro profundo apretando los puños a mis costados.
—Anula el matrimonio— hablo aún sintiendo los nervios comerme por dentro—. Inventa una excusa o lo que sea, pero haz lo posible para que tu boda con Valerie no se celebre.
—¿Por qué haría eso?— contesta soltando una carcajada.
Frunzo el ceño y me acerco un poco a él.
—Solo es una niña.
Aparto despacio las lágrimas que surcan mis mejillas mientras se levanta para acercarse a mí.
—Yo tampoco quiero ésto, Emma— susurra colocando un mechón de pelo tras mi oreja y un escalofrío me recorre cuando sus dedos rozan mi piel—. Tan solo obedezco las órdenes de mis padres por ser miembro de la realeza. Algo que tu madre siempre se negó a hacer.
—Ella no tiene nada que ver en ésto, así que no vuelvas a mencionarla— hablo enfurecida apretando más mis manos.
Alza una ceja y vuelve a sonreír, ésta vez de forma divertida.
—¿Cuántos años tienes?
Su pregunta me deja perpleja y parpadeo varias veces antes de contestar.
—15.
Sus ojos se abren y su sonrisa se ensancha, haciéndome retroceder de manera inconsciente.
—Así que fue por ti.
—¿Qué?
—Tus padres— explica como si fuese obvio cuando ni siquiera estoy entendiendo la situación—. Tu madre, más bien, debía de estar embarazada cuando se marcharon sin decir nada a nadie— camina de nuevo hacia mí hasta que mi espalda choca contra la pared—. Embarazada antes de casarse...— su sonrisa me produce náuseas y cierro los ojos para no verle—. Habría sido una deshonra para la familia, ¿no crees? Seguro que mis padres la habrían desterrado al enterarse y ella solo se adelantó a los acontecimientos.
—No es verdad— murmuro sintiendo todo mi cuerpo arder.
Su carcajada me revuelve las tripas y hago lo posible para no vomitar.
—Tus padres mantenían relaciones casi a diario apenas unos meses después de comprometerse, no me extrañaria que ocurriese al final.
—Yo nací cuando ya estaban casados— explico empezando a sollozar.
—Pero comenzaste a existir mucho antes— susurra tan cerca que puedo sentir su aliento contra mi piel—. Imagina lo horrible que habría sido para tus padres y para tí saber que mi pueblo os habría rechazado al enterarse. Nadie quiere a una bastarda, Emma.
No soy consciente de que le he golpeado hasta que le noto alejarse y tropezar.
—No es verdad— sollozo mirándole—. Todo lo que me has contado es mentira, mis padres nunca harían una cosa así.
Él vuelve a reírse tocando su mejilla adolorida.
—Piensa lo que quieras, pero recuerda cuántas veces...
—Emma— la voz de mi padre nos hace a ambos girarnos en su dirección—. Vayamos a dormir, es muy tarde— dice acercándose y agarrando mi brazo para sacarme de ahí.
—Buenas noches, Eric— contesta el otro hombre antes de que podamos llegar a la puerta.
Mi padre se detiene y se gira furioso hacia él.
—No vuelvas a acercarte a mi hija— murmura apretando sus manos y, por tanto, mi brazo—. A ninguna de las dos.
—¿Seguro? Creo que le caería muy bien a Vicky.
—¡No menciones su nombre!— grita acercándose y tomándole del cuello con fuerza—. ¡Ni si quiera pienses en dirigirle la palabra porque te aseguro que te haré todo el daño que tú le causaste a tu hermana!
—Papá— hablo fingiendo tranquilidad al acercame también y acariciar su brazo libre con suavidad—. Vamos a descansar.
Afloja su agarre despacio haciendo que el príncipe respire profundo, de nuevo, tocando su parte del cuerpo dolorida, y retrocede sobre sus pasos sin esperarme cerrando con fuerza al salir. Yo no digo nada más y camino deprisa para alcanzarle, tan solo deteniéndole al llegar a nuestra área de las habitaciones.
Pero cuando me encuentro frente a él evito cualquier duda que tenga y solo le abrazo con fuerza, no sé si para consolarle a él o a mí misma.
—No debería haber hablado con él— sollozo escondiendo la cabeza en su pecho—. Lo siento, papá, solo quería conseguir que su matrimonio con Valerie se cancelase.
—¿Qué?— pregunta separándome para que le mire.
Aparto de nuevo las lágrimas de mi rostro evitando hacerlo.
—Valerie no merece casarse con alguien a quien no ama. Menos si es un hombre mucho mayor que ella.
Mi padre cierra los ojos y respira profundo apoyando las manos en mis hombros.
—Cariño, sabes que en muchas familias se organizan matrimonios parecidos para consolidar la relación de éstas y que, en la realeza, son necesarios para...
—La unión entre reinos— le interrumpo haciéndole sonreír—. Lo sé.
Sube su mano hasta mi mejilla y la atrapo entre ella y mi cuello por unos segundos.
—No nos gusta pensar en la otra necesidad— susurro cerrando los ojos antes de que él pueda mencionarla.
Su sonrisa se ensancha y sus ojos brillan en la oscuridad. Y sé que lo sabe.
—Valerie no quiere contarlo— explico con rapidez acercándome más—. Así que no puedes decírselo a nadie, ni siquiera a mamá.
—Está bien— sonríe de nuevo besando mi frente—. Ahora vayamos a dormir.
Asiento despacio volviendo a abrazarle y me acompaña a mi habitación.
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Royal Secret (Reales III)
Romansa*Historia sin corregir* Emma ha crecido rodeada de joyas, vestidos preciosos y tiaras. Pero ninguna de esas cosas le corresponde a ella o a su familia. Viviendo bajo un protocolo que no le incumbe pero que intenta seguir lo mejor posible, a sus 15 a...