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-No merezco la Corona si solo te quiero a tí- sollozo apoyada en el pecho de Valerie, ambas tumbadas en la cama de su habitación.
-No estarías siendo egoísta- susurra deslizando las manos por mi espalda con delicadeza-. Y no creo que nadie lo piense así cuando es mejor anteponer el amor al deber.
Suelto una carcajada y me separo incorporándome y abrazando mis rodillas.
-Tus abuelos lo hicieron, ¿verdad?- sonríe acercándose de nuevo siendo ahora ella quien se apoya sobre mí-. Y, si mi nuevo hermano es quien se encargará de mantener la línea de sucesión junto a Vicky, no veo nada de malo en lo que queremos hacer.
-Salvo que los bebés de ambas familias sean niñas- puntualizo volviendo a alejarme.
Valerie sonríe y se tumba boca abajo sin dejar de mirame.
-Recuerda que si eso ocurre Victoria se enfadará. Y sabes cuánto asusta cuando lo hace.
Consigo reír por primera vez en éste tiempo e imito su postura juntando nuestros labios por unos segundos.
-Ojalá el tiempo pasara rápido para poderlo averiguar- susurro cerrando los ojos.

La habitación de mis padres se encuentra vacía cuando me adentro, tan solo alumbrada por la vela que sostengo con cuidado.
Una sonrisa involuntaria aparece en mi rostro y corro hacia el salón de baile donde, afortunadamente, encuentro a ambos. Aunque permanezco en la puerta en silencio por unos minutos observando su felicidad.
Se mueven al unísono por la estancia, guiados por una música imaginaria y juntándose de vez en cuando para decirse sin palabras cuánto se quieren, cuánto se han echado de menos a pesar de solo llevar un día separados por completo.
Mi vista se centra de pronto en el vientre de mi madre y la conversación que he tenido con Valerie hace unas horas regresa mi cabeza, provocando que note un leve pinchazo en ella y tenga que apoyarme en la pared al sentir que mis piernas fallan.
Cuando recupero la consciencia de mis actos, mis padres están frente a mí.
"Y sé que el bebé estará feliz de ya ser un Príncipe cuando nazca".
Me aprieto más a la pared al escuchar las palabras de mi hermana en mi mente y vuelvo a centrarme en el bebé que mi madre lleva en su interior.
-¿Por qué no podemos marcharnos cuando ya esté con nosotros?- pregunto temblando en un hilo de voz-. ¿Por qué no hacerlo cuando los de ambas familias lo estén y así podamos verificar que Vicky puede ser la siguiente heredera junto al hermano de Valerie?
Se miran entre ellos y se sientan despacio a cada lado de mi, envolviéndome entre ambos brazos con fuerza.
-Mis padres quieren que empieces a prepararte desde ya en tu futuro con la Corona y eso no ocurrirá si no regresamos mañana.
-Pero tú no quieres regresar- hablo liberándome del agarre doble y poniéndome de pie-. Llevas escondiéndote desde que llegaron porque temías que te obligaran a cumplir con esos deberes, ¿por qué ahora pareces dispuesta a hacerlo?
-Por tí- contesta agarrando mis manos con suavidad-. Sabemos que lo quieres y no vamos a dejarte sola en un lugar que no conoces.
Mi padre se levanta también y vuelve a abrazarme con fuerza, aunque demostrando más cariño que protección. Recordándome que puedo contar con los dos para todo lo que ocurra en mi vida.

-Es la hora.
Mis abuelos sonríen tras ayudar a los sirvientes a cargar el equipaje en el carruaje y son los primeros en pasar al interior seguidos por mis padres y Vicky, que duerme todavía en brazos de mi padre. Yo soy la única que sigue en el suelo, como si mis pies se negaran a avanzar porque saben que todavía no es el momento. Aunque Valerie y sus padres se encuentren a unos metros, aunque me haya despedido de ellos y mantenido al lado de ésta todo el tiempo que se me ha permitido.
-Emma- la voz de mi padre me saca de mis pensamientos y respiro hondo antes de mirarle forzando una sonrisa que él me corresponde.
Me obligo a caminar hacia el carruaje pero, cuando coloco un pie en el escalón, las dudas vuelven a apoderarse de mí y salgo corriendo al interior del castillo.
Respiro de nuevo apoyándome en la pared que da a nuestras habitaciones apretándome todo lo que puedo contra ella y cerrando los ojos con fuerza.
-No puedo hacerlo- sollozo al sentir a alguien junto a mí.
Sus delicados brazos me envuelven con suavidad atrayéndome hacia su pecho y dejando que me desahogue.
-No estarías siendo egoísta- susurra de nuevo las palabras del día anterior y me aferro más a ella-. No lo estarías siendo porque, por mucho que lo niegues, también quieres la Corona. Quieres poder retomar lo que tus padres dejaron atrás al marcharse.
Me separo para mirarla aun con lágrimas en los ojos y Valerie esboza una leve sonrisa, acercándose despacio para juntar nuestros labios por unos segundos.
-Tienes razón- contesto bajito separándonos apenas centímetros-. Me he empeñado tanto en solo pensar que te quiero que he olvidado lo que anhelaba desde pequeña: ser igual que tú.
Ambas sonreimos y la abrazo de nuevo sin querer separarnos ésta vez.
-Te acompañaré hasta el carruaje- anuncia besando mi cabeza con cariño.
-¿Y puedes no soltarme hasta que sea verdaderamente necesario?- pregunto apretándome de nuevo a ella sin dejar de caminar.
Valerie suelta una leve risa y entrelaza nuestras manos.
-Lo prometo.











Royal Secret (Reales III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora