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Respiro hondo al ver salir a uno de los profesores de la sala y me apresuro a adentrarme en ella, pero vuelvo a sentirme nerviosa cuando los ojos de Valerie se posan en los míos.
Sonríe acercándose a mí y pegándome a la puerta cerrada para besarme con avidez por unos segundos.
-Te echaba de menos- susurra rozando nuestros labios al separarse.
Cierro los ojos con fuerza y vuelvo a respirar antes de apartarla despacio.
-¿Recuerdas cuando me probé el vestido que me regalaste?- pregunto casi en un sollozo- ¿Recuerdas también cómo reaccioné al verme en el espejo, más cuando pusiste aquella tiara sobre mi cabeza?
La miro y ella asiente despacio, confundida.
-¿Qué tiene que ver eso con nosotras?- inquiere apretando mis manos con suavidad, queriendo juntarse de nuevo pero me vuelvo a apartar.
-No me enfadé porque no me gustase- susurro pegando la frente a la suya-. Ni porque creyese que estaba fingiendo ser lo que no era en realidad y que ambas sabemos que no está bien hacer.
-¿Qué intentas decir, Emma?
Sollozo y me separo de nuevo.
-¿Recuerdas la veces que, de pequeñas, me dejabas tus vestidos y corríamos por todo el castillo, como si ambas fuésemos Princesas cuando solo lo era una de las dos, y mi madre se enfadaba al vernos y me obligaba a cambiarme de nuevo a mis vestidos?
-Sí...- titubea tal vez no pudiendo verlo en su cabeza- ¿Pero qué tiene que ver todo eso ahora? ¿Qué tiene que ver con...
-Mi madre se enfadaba porque sabía que yo también lo era- la corto respirando hondo-. Porque sabía que yo también debería tener tu vida, tus privilegios, todo lo que te hace ser una Princesa.
Valerie frunce el ceño y camina hasta la mesa para sentarse con las manos apoyadas en la cabeza.
-¿Tus padres eran reyes?- pregunta en un susurro.
-No, se marcharon antes de que eso pudiera ocurrir porque mi madre no quería serlo.
-Pero has dicho que ella...
-Se enfadaba consigo misma por no permitirme tener lo mismo que tú- respondo sentándome a su lado.
-Bueno- ríe incorporándose-. Supongo que eso explica la forma en que mis padres han tratado siempre a los tuyos.
Sonrío y deslizo la mano por la mesa hasta alcanzar la suya.
-También debo decirte por qué cambié de opinión sobre la boda, supongo.
Me mira alzando una ceja y el miedo vuelve a apoderarse de mí, más por lo que implica el secreto que por poder desvelarlo.
-Mi madre y el príncipe son hermanos- consigo decir sintiendo el peso de cada palabra.
Valerie me observa en silencio, tal vez asimilando la información o pensando que soy una mentirosa, pero se acerca de todos modos hundiendo sus labios en los míos.
Se levanta para sentarse sobre mí, volviendo a unirnos, y recorre mi espalda con los dedos en suaves caricias.
-Sabes lo que significa, ¿verdad?- sonríe mientras las lágrimas resbalan por ambas mejillas.
Asiento besándola de nuevo y nos levantamos apoyándola en la mesa y pegando más mi cuerpo al suyo.
-Lo contaremos- susurro separándome apenas unos centímetros-. Pero ahora quiero disfrutar por completo de éste momento.
Valerie sonríe deslizando sus labios hasta mi cuello, perdiéndonos en el placer pero siendo conscientes de nuestro alrededor para poder separarnos si escuchamos pasos acercarse. Lo que ocurre unos minutos después. Alguien llama y nos detenemos de golpe.
-Estás aquí- dice mi madre cerrando de nuevo la puerta tras de sí.
Se acerca rápido y agarra mi mano tirando hacia fuera con suavidad sin añadir nada más.
La miro confusa cuando llegamos a su habitación y mi padre y mi hermana se encuentran sentados en la cama.
-Debemos tener una conversación familiar- explica mi padre levantándose para que me siente donde estaba.
Deja caer un papel doblado en mis rodillas y puedo sentir la ira de su mirada sobre mí.
Desdoblo la hoja muy despacio y mi respiración se corta al ver que es una carta de mis abuelos hacia Jared.
-Leela- ordena mi padre cruzándose de brazos.
Respiro hondo cerrando los ojos y al abrirlos de nuevo comienzo a narrar.

Querido hijo:
Cuando recibas ésta carta estaremos a dos días de llegada, y mamá y yo no podemos encontrarnos más ansiosos por la noticia que afirmas que será toda una sorpresa para nosotros.
Tu madre no deja de decir que se tratará de algo relacionado con tu matrimonio. Pero yo, dadas tus palabras, sé que no es así, si no que, tal vez, haya una pequeña esperanza de que se trate de tu hermana.

Con cariño, papá
y mamá.

Aprieto el papel con fuerza haciendo que vuelva a doblarse en mis dedos y levanto la vista despacio para fijarla, temerosa, en mis padres.
El silencio se cierne en la habitación hasta que Vicky se levanta y se acerca a mi madre. Ésta se arrodilla y la abraza con fuerza mientras las lágrimas humedecen la espalda de la pequeña.
-No te preocupes, mami- dice alegre separándose para mirarla-. Yo haré que les caigamos bien a los abuelos cuando nos conozcan.
Ella suelta una carcajada ahogada y observo a mi padre agacharse a su lado, acariciando la mejilla de Victoria y haciendo que suelte una risita.
-Siempre mirando por los demás- sonríe besando la cabeza de mi madre con cariño-. Nuestra pequeña está dejando de serlo.
"Piensa, Emma, en todas las veces que te has sentido extraña delante de tu hermana, como si supieras que tú no debías estar ahí mientras ella sí podía hacerlo". "No eres un error, Emma".
Pero, ahora mismo, sí parece que lo soy. Porque mis padres solo me han llamado para ver cómo mi madre sufre de nuevo por culpa de su hermano, no mía, pero hacen como si yo fuera la responsable.
Porque, si mi idea funciona, si consigo que mis abuelos me acepten como la siguiente en la línea de sucesión, no seré la única que tenga que marcharse. Mis padres y mi hermana vendrán conmigo, porque la pequeña nunca ha estado separada de mí y ellos no dejarán que su hija viaje a un reino que no conoce con familiares que no sabía que tenía. Y habría seguido así si hubiese ignorado la conversación de mi madre con su hermano y no hubiese querido seguir hindagando en ello después. O incluso antes de que Jared viniese a este castillo.
Me levanto en silencio dejando caer el papel al suelo y secando las lágrimas que amenazan con salir, pero cuando me dirijo a la puerta mi padre me agarra del brazo.
-No hemos terminado de hablar- susurra mirándome desde abajo.
-Sí- contesto soltándome de un tirón-. Hemos terminado.

Royal Secret (Reales III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora