Mis padres caminan felices por los jardines y yo les observo destrozada desde la ventana de mi habitación.
Aprieto las manos contra el marco de ésta sin dejar de pensar en las palabras que el príncipe ha dicho hace tan solo una horas. Que, si mis padres ya no pertenecen de forma legítima a la realeza, mi idea para poder vivir feliz junto a Valerie ya no tiene sentido. Porque me gustaba el saber que podría ser Princesa, que mis padres estarían a mi lado para ayudarme en lo que hiciera falta, como ahora, pero teniendo un objetivo común: conventirme en una gran Reina para un poderoso país.
-No has venido al desayuno- escucho la suave voz de Valerie desde la puerta-. Ni siquiera has tocado lo que te ha traído tu padre para que pudieras comer.
Giro la cabeza para mirar la bandeja sobre mi mesita de noche exactamente igual que hace un rato.
-No tengo hambre- suspiro volviendo la vista al exterior donde mis padres ya no se encuentran.
-¿Es por lo que ha pasado en mi habitación?- la escucho acercarse y todo mi cuerpo se tensa cuando la siento tras de mí.
No respondo, solo cierro los ojos y aprieto los dedos contra el cristal.
-Emma- susurra deslizando los labios por mi cuello-. Cuéntame qué te ha puesto tan triste- sus brazos envuelven mi cintura y desliza las manos hasta colocarlas en mis hombros, donde deja un largo beso-. Y dime qué puedo hacer para que vuelvas a estar feliz.
La miro con lágrimas en los ojos y con ilusión en los suyos; y lo único que puedo hacer ahora mismo, sin necesidad de explicar nada sobre el motivo que tanto odio, es besarla. Es dejar que las palabras se pierdan entre nosotras y que lo que hable para ambas sea el placer, del amor que sentimos hacia la otra y que sabemos que nunca nos quitarán.—Alteza, una carta para usted— dice uno de los mayordomos acercándose al príncipe durante la comida.
Sonríe al cogerla y mira de inmediato a mi madre, quién palidece bajo su atención.
—Mis padres— habla tras unos segundos—. Vendrán poco antes de la boda para tratar unos asuntos... Importantes.
—¡¿Se lo has contando?!— gruñe mi padre levantándose de golpe.
El príncipe sonríe como respuesta y éste se acerca con rapidez hasta él, tomándole con fuerza por el cuello de la camisa.
—¡¿Cómo te atreves a hacer algo así?! ¡Sabes que ese asunto no era de tu incumbencia entonces y mucho menos lo es ahora!— le zarandea un poco pero el hombre apenas parece inmutarse— ¡¿Tanto odias a tu hermana que quieres volver a destrozarle la vida?!
Una gran carcajada se escucha por todo el comedor mientras consigue liberarse del agarre y levantarse quedando ambos ojos a la par.
—Su vida no quedó arruinada por mí— dice sin expresión en su voz cuando la de mi padre hace segundos que se ha roto. La vista del príncipe se clava en la mía y me aferro al asiento de forma inconsciente—. Quizás deberías mirar a tu alrededor para saber cuál es el verdadero fallo, Eric.
Un sollozo escapa de la garganta de mi madre y todos nos giramos hacia ella.
Mi padre la mira, asustado, y se acerca de inmediato para arroparla en sus brazos.
Y me gustaría creer que su llanto es por mí, por el recuerdo de lo que hicieron y el pensar qué habría pasado si hubiesen permanecido allí; si sus padres hubiesen sido comprensivos o si me hubiesen repudiado desde el primer momento.
—Vamos a la habitación— escucho a mi padre susurrar en su oído y levantarla muy despacio, como si tuviese miedo de romper cada parte de su cuerpo sin querer.
—Las niñas— solloza ella deteniéndose apenas un paso adelante.
Mi padre nos mira a mi hermana y a mí y hace un gesto con la cabeza para que les sigamos. Vicky se levanta de un salto y se coloca al otro lado de mi madre, pero yo me tomo mi tiempo para hacerlo porque no quiero ir.
Respiro hondo cerrando los ojos y me situo junto a la pequeña reemprendiendo el camino.
Cuando llegamos, los tres se tumban en la cama y yo permanezco en la puerta. Observo la escena: mi madre acurrucada en el pecho de mi padre mientras éste la abraza con fuerza y mi hermana imitando ambos gestos con ella.
—Emma— la voz de mi padre me devuelve a la realidad—. Ven aquí, por favor.
Pero no soy capaz de moverme, no soy capaz de arruinar una familia tan perfecta como lo parece ahora.
Las lágrimas comienzan a resbalar por mis mejillas y salgo corriendo de allí para encerrarme en mi habitación.
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Royal Secret (Reales III)
Romantizm*Historia sin corregir* Emma ha crecido rodeada de joyas, vestidos preciosos y tiaras. Pero ninguna de esas cosas le corresponde a ella o a su familia. Viviendo bajo un protocolo que no le incumbe pero que intenta seguir lo mejor posible, a sus 15 a...