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La cabeza me martillea tan fuerte que temo que en algún momento me vaya a explotar del dolor. Emito un quejido leve y alguien se acerca hasta mí, rápido y preocupado.
—Vuelve a dormir, mi niña— susurra mi padre acariciando mi mano con suavidad.
Intento abrir la boca, intento hablar, pero solo consigo que cada movimiento me provoque más daño, así que vuelvo a cerrar en silencio los ojos.

—Me mantuviste en secreto y lo hiciste sin pensar ni por un segundo en cómo yo me sentía— son las primeras palabras que me salen cuando Valerie me arrastra hasta una habitación vacía—. Porque nadie podía saberlo, porque nadie podía enterarse de que la Princesa, su futura Reina, se acostaba todas las noches con la que era su mejor amiga desde siempre.
Ella solo me mira con sus ojos oscuros bañados en lágrimas que consigue retener con esfuerzo.
Aprieto los puños y me alejo chocando con la puerta cerrada y haciendo una mueca de dolor cuando el pomo de ésta se clava en mi espalda.
—Era la única forma que teníamos para estar juntas, Emma— musita acercándose de nuevo despacio—. Ya viste cómo reaccionó mi padre cuando descubrimos el secreto, y estoy segura de que lo que dije no le habría importado y, si Jared no se hubiese marchado de pronto, me habría terminado casando con él de todas formas.
Cierto los ojos y las lágrimas resbalan por mis mejillas con rapidez.
—Deberías haberlo hecho— sollozo apretando esta vez la madera—. Deberías haber seguido con la vida que tus padres te han impuesto desde que naciste.
Valerie se muestra confundida, pero alzo una mano para impedirla hablar cuando la veo abrir la boca.
—Si lo hubieras hecho, si hubiésemos sido capaces de olvidarnos de la otra cuando tu matrimonio se anunció, ahora mi familia no estaría sufriendo.
Porque ella no conoce toda la verdad y, dado que mis padres ni mis abuelos han dicho nada al respecto, yo no soy quién para hacerlo justo ahora.
—Pero tú no tienes toda la culpa— continuo lamiendo las gotas saladas que llegan a mis labios—. Si yo no me hubiese empeñado en descubrir el pasado de mi madre. Si no me hubiese empeñado en ser Princesa también, nunca habríamos venido hasta aquí y Vicky y yo seguiríamos viviendo ajenas a una vida que conocíamos desde fuera. Y ella podría elegir libremente con quién compartir su vida en lugar de tener que casarse con tu hermano para asegurar la descendencia entre ambos reinos.
Nos miramos en silencio, como si fuese un duelo que ninguna está dispuesta a perder.
—Porque eso es lo más importante ahora, ¿verdad?— inquiere cruzándose de brazos—. No tu madre, no la Corona ni yo. Solo que tu hermana tenga su propia historia de amor.

Mi padre sonríe al verme despertar de nuevo y yo lo hago por notar que todo el malestar ha desaparecido.
—Te encuentras mejor— afirma acercándose para apartar un mechón de pelo de mi rostro, acariciando mi mejilla después.
—¿Dónde está Vicky?— pregunto con voz ronca apretando un poco su mano contra mi mejilla—. Dile que venga, por favor. Necesito hablar con ella.
—¿No quieres saber qué te ha pasado?
Niego despacio alejándole.
—Por favor, papá, es urgente.
Pero él frunce el ceño así como los labios.
—Sé para qué quieres hablar con ella, Emma, y no creo que debas...
—Pero es injusto— sollozo apretando mis manos en la sábana.
—Que tus abuelos, nosotros y tú hayamos podido elegir no significa que deba ser así siempre— suspira volviendo a acercarse—. Y, por mucho que lo quieras, los padres de Valerie no cambiarán de opinión— se hace un silencio que me revuelve el estómago y tengo que hacer acopio de todas mis fuerzas para no vomitar, a pesar de que seguro llevo horas sin comer. Mi padre respira hondo y restriega una mano por su rostro, cansado—. Los reyes de Alaria no dejarán pasar la oportunidad de conseguir la alianza mediante tu matrimonio con Valerie y, después, hacer que su hijo y la nuestra sean los siguientes herederos para continuar la línea de sucesión.
—¿Pero y si su bebé es una niña y el nuestro también?— pregunto ignorando el nudo de mi garganta— ¿Qué pasará entonces si eso ocurre?
—Que Vicky se enfadará por dejar de ser la pequeña— contesta sonriendo.
Le miro frunciendo el ceño y su gesto se borra de inmediato, volviendo a tomar mi mano con suavidad.
—Tal vez los reyes decidan casar a Valerie con cualquier Príncipe de otro reino, ya que seguirá siendo Princesa cuando ambos bebés nazcan y sabemos que su padre no dejará que no sea la heredera al Trono quien continúe la sucesión de la Corona, aunque eso implique una alianza con un reino menos poderoso que el nuestro.
—Pero cuando lo dijo nadie suponía que tendrían otro bebé— recuerdo las palabras del rey cuando Valerie intentó anular su matrimonio con Jared por mí—. Seguro que cederá ese derecho a la supuesta hija menor dado que Valerie está dispuesta a todo con tal de que estemos juntas.
—En primer lugar, no hables como si ya hubiera nacido y, en segundo, creo que tú eres la única que haría lo que fuera por vuestra relación.
—No es verdad— susurro en en sollozo cerrando los ojos.
—Lo estás haciendo ahora, ¿no?— musita acariciando la mano que me impide soltar—. Todo esto, el querer la Corona sabiendo lo que estás provocando, es por la fantasía de tu cabeza que te dice que así podréis ser felices por fin.
Esto sigue siendo un sueño. Eso es, sigo dormida y estoy soñando, o más bien teniendo una pesadilla.
—Piensa, Emma, haz memoria.
Pero su voz sigue sonando y yo aprieto más los párpados.
—Cállate— suplico en un hilo de voz encogiéndome bajo la sábana.
—Hazlo— me ignora igual que hice yo cuando me lo pidió con mi madre—. ¿Cuántas muestras de cariño por tu parte ha rechazado por temor a que alguien os viese? ¿Cuántas veces le has suplicado desvelarlo y ella se ha negado alegando que debía cumplir con sus deberes como heredera? Si te quisiera de verdad, Emma, nada de eso le habría importado nunca.
—Dijo que lo hacía— sollozo empezando a temblar—. Dijo que me quería incluso cuando aún no sabía lo que esa palabra significaba.
—O tal vez solo lo dijo para seguir jugando contigo.
Le siento levantarse, le siento dejar un leve beso en mi frente y alejarse hasta la puerta.
—Voy a buscar a tu hermana para traerla— habla cerrando despacio y dejándome con nuevos miedos en mi interior.








Royal Secret (Reales III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora