-¿Seguro que no quieres volver con nosotros?- pregunto con Valerie todavía entre mis brazos.
-Mi padre y mi hermano me necesitan. Y yo también quiero quedarme, al menos por un tiempo.
Aprieto los labios pero sonrío cuando nos separamos.
-¿Lista?- mi padre se acerca tras guardar la última maleta en el carruaje y yo le miro asintiendo.
Volvemos a abrazarnos y ella deja un largo beso en mi frente después.
-Te escribiré cada día hasta que estemos juntas de nuevo.
-Y yo te contestaré tan pronto como me lleguen tus cartas.
Nos sonreímos y nos besamos de nuevo, más lento esta vez, diciéndonos en silencio cuánto nos queremos y cuánto nos vamos a echar de menos.La expresión de mi padre se torna sombría al ver a mi madre sentada en las escaleras, encogida sobre sí misma, una vez hemos llegado a nuestro castillo.
Sale del carruaje y se acerca a ella para envolverla en su brazos, aunque mi madre no responde de inmediato.
—Mi amor— le escucho susurrar al colocarme frente a ellos. Deja un beso en su cabeza y la separa obligándola a mirarle—. ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? ¿Vicky y Brandon...
—¡Papá!
La pequeña se lanza a abrazarle y ambos nos bloqueamos al ver quién la acompaña.
Los ojos azules de Jared caen primero en los suyos y después en mí.
Mi padre vuelve a mirar a mi madre y se levanta poniéndose delante para protegerla.
—Me alegro de verte, cuñado— sonríe dando un paso hacia él.
—¿Qué haces aquí?— gruñe apretando los puños.
De pronto vuelve a reparar en la niña y agarra su brazo para ponerla a su espalda también.
—Te dije que no te acercaras a mis hijas.
—Y yo no dije que fuera a cumplirlo— sonríe y se acerca un paso más—. Aunque debería haberlo hecho, ya que amenzaste con matarme si no.
—Atacaste a Emma— se defiende con la voz ahogada.
Mi madre reacciona al escuchar ambas confesiones y se levanta despacio, clavando su mirada en mí. Su cuerpo se tambalea hacia delante y avanzo deprisa para cogerla antes de que caiga por las escaleras.
—¡Mami!— Vicky grita asustada y mi padre se gira para descubrir el motivo.
Se acerca arrebatándomela y camina con ella en brazos al interior del castillo. Mi hermana no tarda en seguirles y me quedo a solas con Jared, que sonríe al ver que no hay nadie para protegerme.
—¿A qué has venido?— pregunto subiendo el resto de escalones tratando de controlar las lágrimas.
—Un visita de cortesía y a conocer a mi nuevo sobrino, ahora que tengo oportunidad— se encoge de hombros y avanza hacia mí—. Tu madre ni siquiera pensó en nosotros cuando tu hermana y tú nacisteis, así que debo aprovechar.
Cierro los ojos cuando lo tengo a escasos centímetros y me estremezco al sentir sus dedos en mi rostro.
—¿Crees que lo hizo para protegeros?— pregunta con burla en la voz—. Os ocultó a su propia familia porque tiene demasiado miedo de sus responsabilidades. Incluso ahora que mis padres la han permitido no gobernar, sigue temiéndolo— su mano se enreda en mi nuca y me empuja hacia él—. Y nunca sabremos la razón porque ni siquiera ella la conoce.
—¿Esto es por Brandon?— pregunto en un sollozo—. ¿Es porque no quiere que tenga un título cuando a ella no le afecta para nada?
Me suelta de golpe en una carcajada y agarra mi barbilla para que vuelva a mirarle.
—Y yo que pensaba que solo valias para meterte bajo las faldas de mi ex-prometida.
—Jared, déjala.
Aunque tarda unos segundos, obedece a su padre y aprieta los puños antes de girarse hacia él.
Pero antes de que pueda hablar, una mujer que no conozco, de pelo negro y ojos profundamente verdes, se sitúa entre ambos.
—Vayamos a dar un paseo al pueblo— dice con dulzura agarrando una de sus manos todavía cerradas.
Jared respira hondo por varios segundos y asiente envolviendo la mano de la mujer con la suya.
Se alejan en silencio y yo miro confusa a mis abuelos.
—Es su prometida— suspira el hombre pasando una mano por su rostro, cansado.
Mi abuela ríe ante mi sorpresa antes de avanzar y tomar mis manos entre las suyas.
—Vamos dentro— sonríe mirando a su esposo—. Te explicaremos todo tomando una taza de té.En la hora y media que mis abuelos se permiten antes de volver al trabajo me cuentan demasiadas cosas que me cuesta asimilar. Me explican que la mujer que ha acompañado a Jared al pueblo, su prometida, se llama Nadine, y que la conoció poco después de marcharse de Alaria; también que, aunque todavía parece tener dudas, mi madre ha accedido a que Brandon tenga el mismo título que nosotras.
Me adentro en la habitación del pequeño tras despedirme de ellos y doy un respingo al ver que no está solo. Mi madre levanta ligeramente la vista al notarme y aprieta con los dedos la manta que cubre al bebé.
—Volveré luego— susurro girando de nuevo hacia el pasillo.
—No— exclama bajito para no despertarle y la escucho acercarse con rapidez. Me abraza desde atrás y me aprieta contra ella—. Por favor, quédate. Llevamos semanas sin vernos y...
—¿Y qué?— la corto en una risa ahogada zafándome con brusquedad, pero pemanezco de espaldas—. ¿Quieres que hablemos para recordarme cuánto te odias por no ser capaz de cumplir con las expectativas de tus padres, algo que ni siquiera te atreviste a intentar porque eres una egoísta y una cobarde?
Respira hondo y vuelve a abrazarme. Y yo lo acepto para que me sostenga cuando mis piernas fallan y caigo al suelo, arrastrándola conmigo.
—Sabes que lo sigo siendo— no es una pregunta ni una afirmación, solo intenta aceptarlo.
Me hace incorporar despacio y girar para poder mirarme, apartando mechones de pelo que se han pegado a mi rostro por las lágrimas.
Una parte de mí quiere decirle que lo siente, pero otra sigue dolida por todo lo que ha hecho y es esa a la que decido aferrarme, igual que lo vuelvo a hacer en sus brazos.
—Si nos hubiésemos quedado— habla bajito acariciando mi cabeza despacio. Una risa entrecortada escapa de sus labios y se aprieta más a mí—. Lo habría hecho, Emma. Habría usado a ese bebé para conseguir deshacerme de la Corona e incluso de mi Título, pero le habría querido— vuelve a separarme y frunzo los labios cuando observo que sus ojos están húmedos. Ella decide ignorarlo y acaricia mi mejilla con delicadeza, dejando un largo beso en mi frente—. Te habría querido, Emma, igual que llevo haciendo todos estos años. Porque eres mi niña y...
—¿Intentas que deje de odiarte?— pregunto en un sollozo alejándome un poco. Comienzo a reír, quizás por los nervios, y me pongo de pie para acercarme a la puerta—. Ni siquiera quería hablar contigo al venir hasta aquí y, si lo hubiera hecho, no es esta conversación la que esperaba.
—¿De qué quieres hablar, entonces?
Vuelvo a reír y a girarme hacia ella.
—Has estado con papá, deberías saberlo.
Sus ojos se abren más al darse cuenta y luego se posan en un punto a mi espalda.
—Vicky.
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Royal Secret (Reales III)
Romansa*Historia sin corregir* Emma ha crecido rodeada de joyas, vestidos preciosos y tiaras. Pero ninguna de esas cosas le corresponde a ella o a su familia. Viviendo bajo un protocolo que no le incumbe pero que intenta seguir lo mejor posible, a sus 15 a...