-¿Mamá también estudiará con nosotras cuando empecemos a prepararnos para gobernar?
La voz de mi hermana es alegre, al contrario que la expresión de mis abuelos al mirarla.
-Vais a hacer con ella lo que no hicisteis conmigo, ¿verdad?- pregunta mi madre con los ojos cerrados y las manos apretadas contra el sofá-. Vais a obligarla a estudiar, a que sustituya el resto de su infancia por protocolos que no la permitan seguir siendo una niña.
-No hasta que sea más mayor- contesta mi abuelo con suavidad-. De momento pondremos toda nuestra atención en tí y en Emma, ya que sois las más próximas a heredar la Corona.
Mi madre se encoge en su sitio y yo desvío la mirada. Recuerdo que permaneció en silencio todo el tiempo que estuvo con mi padre y conmigo en la charla con mis abuelos de hace dos días, como si así pudiese fingir que no tenía que ver con ella. Me mira de reojo y su expresión es la misma que en aquel momento: odio absoluto hacia mí, hacia quien la ha devuelto a la pesadilla de la que consiguió escapar hace 15 años.
Cierro los ojos e inspiro profundo, reteniendo el aire hasta que siento su falta pero, al expulsarlo despacio, las lágrimas también lo hacen. Y no quiero ni puedo detenerlas.
-¿Quieres hacerlo, mamá?- pregunto en un susurro aunque sé que me ha escucho ya que se encuentra junto a mí- ¿Quieres reinar o quieres seguir con la vida que has llevado hasta ahora desde hace 15 años?
Su mirada nos recorre a todos, nerviosa, temerosa, y la fija de nuevo en la mía. El abrazo me pilla desprevenida pero la correspondo segundos después.
Y sé la respuesta aunque se mantiene en silencio.
Me separo despacio y me centro en mi padre cuando soy yo quién da la explicación.
-Los abuelos pueden seguir gobernando- carraspeo poniéndome todo lo recta que puedo-. Si lo han hecho todo este tiempo, pueden hacerlo cinco años más- dirijo la vista a ellos y trago saliva-. O podéis permitirnos hacerlo a Valerie y a mí cuando estemos preparadas para ello, aunque no hayamos cumplido los 21 y...
-Todavía seríais menores de edad- me interrumpe mi abuelo con suavidad-. No podríamos dejaros aunque estuviésemos dispuestos a hacerlo, Emma.
-Podríamos reinar igualmente con vuestra ayuda, así al menos os quitaríamos un gran peso de encima.
Ambos se miran, sonriendo levemente.
-Tal vez sea mejor hablar de esto tras la fiesta- concluye mi abuela levantándose-. Cuando el pueblo ya haya conocido a sus futuras herederas.
-Dijiste que nunca serías como él- murmura mi madre con rabia volviendo a apretar los puños contra su vestido. Alza la vista y la dirige hacia ella con lágrimas en los ojos-. Dijiste que tu familia siempre sería lo importante, pero ahora solo piensas en esa maldita corona que llevas sobre la cabeza- se levanta, despacio, encarándola-. Pero yo no la quiero, nunca lo hice y todos los sabíais. ¿Por qué seguís insistiendo en que soy necesaria?
-Porque lo eres, cariño- contesta mi abuelo con suavidad-. Sin tí, ni Emma ni Victoria podrán gobernar cuando nosotros abdiquemos.
Ella suelta una carcajada y se acerca unos metros.
-¡Podéis cambiar la ley, igual que anulastéis la que imponía matrimonios concertados para que Jared y yo pudiésemos elegir libremente a quién querer!— Miro a mi hermana de inmediato, sabiendo que la recuperaremos cuando llegue su turno de gobernar—. Yo no quiero esto— solloza apretando tanto los párpados como los puños—. Nunca lo he querido, aunque no os lo dijese, por eso cuando papá... Cuando aquello ocurrió, decidí que era el momento de dejarlo todo atrás.
Otro silencio en la sala. Mis abuelos mirándola confundidos, horrorizados, mientras mi madre continúa llorando.
—Mi amor— mi padre susurra acercándose a ella y besando su cuello con suavidad—. ¿Por qué no hacemos algo los cuatro juntos? Tú, las niñas y yo— dice volviendo a besarla despacio, quedándose esta vez en su piel—. Por favor, no quiero que los recuerdos se tornen pesadillas de nuevo.
Pero sé que ya lo han hecho. Sé que lo hicieron cuando empecé a preguntar, sé que lo hicieron cuando Jared regresó por sorpresa a sus vidas cuando ambos creían que no volverían a encontrarse jamás, que él y sus padres seguirían viviendo ajenos a donde estuviese su hermana e hija, por mucho que éstos no dejasen de estar preocupados por ella.
—Mamá no reinará— anuncio en un hilo de voz pero lo bastante alto para convertirme en el centro de atención—. Ni ella ni papá lo harán, porque...
De pronto me quedo sin respiración, con mi pregunta hacia Valerie de nuevo en mi cabeza.
"Ojalá fueses Princesa. Ojalá yo no lo fuese. Ojalá mis padres cancelasen el matrimonio y pudiésemos ser felices juntas". "Sabes que no necesitas ser Princesa para poder estar con ella".
Pero sus padres, mis abuelos, incluso mi hermana. Todos quieren aquello en lo que quizás haya cambiado de opinión. Porque la Corona no debería estar en manos de alguien que solo piensa en su propia felicidad.
Imito los gestos de mi madre y trato de respirar hondo, pero solo siento que me vuelvo a ahogar.
Varios pasos se acercan rápido y se agachan frente a mí, colocando sus manos en las mías, en mis rodillas y en mi rostro; cualquier cosa que mis padres puedan hacer para tranquilizarme, aunque solo sea estar junto a mí.
—Quiero hablar a solas con Emma— anuncia mi abuelo con voz firme tras unos segundos.
Mis padres me miran, preocupados, y yo asiento para que sepan que pueden dejarme con él. Aunque mi madre se levanta para encararle de nuevo.
—No dejaré que se quede a solas contigo.
El hombre alza una ceja y se levanta para colocarse junto a mi abuela.
—Eso fue un error, Ashley.
—Uno que me ha perseguido durante 15 años— habla con furia volviendo a apretar las manos—. No te dejaré a solas con mi hija, así que si quieres hablar con ella tendrás que dejarme estar presente también.
Mi abuelo respira hondo muy despacio para mirarme después, preguntándome con la mirada si me molesta; yo me encojo de hombros y desvío la vista al suelo.
—No me apetece hablar con nadie ahora mismo— susurro, sin embargo, tan bajito que no sé si me han escuchado, pero me levanto despacio de todos modos y salgo del cuarto sintiéndome mareada.
Y en lugar de caminar hasta mi habitación, lo hago más allá de esta; hacia las puertas que me llevarán al exterior, a los establos donde podré conseguir un caballo para alejarme lo más deprisa que puedo de aquí, de este castillo, de este reino. Para poder volver junto a Valerie y fugarnos juntas a algún lugar donde nadie pueda encontrarnos nunca y solo importemos nosotras.
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Royal Secret (Reales III)
Romantizm*Historia sin corregir* Emma ha crecido rodeada de joyas, vestidos preciosos y tiaras. Pero ninguna de esas cosas le corresponde a ella o a su familia. Viviendo bajo un protocolo que no le incumbe pero que intenta seguir lo mejor posible, a sus 15 a...