"No debes entrar al cuarto de Valerie si ella no está" me explica despacio mi madre mientras me ayuda a ponerme de nuevo mi vestido.
Yo la miro con lágrimas en los ojos, furiosa porque lo único que quería era jugar, ser una Princesa igual que mi mejor amiga.
"Lo habría recogido todo después" sollozo agarrándome a ella para que pueda introducir la tela por mis piernas.
Se detiene por un momento cerrando los ojos y respirando hondo.
"Esa no es el problema, Emma. Solo no quiero que te acostumbres a algo que sabes que nunca podrás tener".
La tiara descansa sobre mi cabeza y el vestido vaporoso y delicado lo hace en mi cuerpo. Y las lágrimas, de nuevo, adornan mis mejillas haciendo que brillen frente a la luz. Porque ésto me pertenece. Porque debería haber sido mío desde niña, también. Y porque lo único que puedo hacer ahora para recuperarlo es abandonar todo lo que he conocido y adentrarme en la otra cara de ello. Donde la gente me verá, donde podré ser importante y no solo una sombra al lado de la Princesa.
Deslizo de nuevo las manos por la suave tela del vestido y cierro los ojos imaginando cómo será.
Lecciones, bailes, protocolos. Todo lo que siempre he disfrutado desde fuera ahora me pertenecerá.
O al menos quiero creerlo, porque mis abuelos no han mencionado nada al respecto desde que Jared se marchó y mis padres tampoco han mostrado gran entusiasmo por ello tras su pequeño distanciamiento.
Ya no son la pareja perfecta que siempre he conocido. Ya no hay miradas, ya no hay palabras y parece que tampoco sentimientos entre los dos, como si solo se mantuviesen juntos por el bien de la familia.
¿Qué pasaría si mi madre quisiera volver pero mi padre se negara a hacerlo? ¿Si Vicky tuviera que elegir con quién quedarse mientras yo sé dónde debo ir?
Escondo la cara en las manos cerrando los ojos con fuerza y camino hacia atrás sentándome en la cama vacía de Valerie.
-Estás aquí.
Me tumbo de golpe soltando un bufido mientras mi padre se sienta a mi lado en silencio.
El tiempo pasa y ninguno de los dos lo rompe, pero preferiría que lo hiciéramos a tener que escuchar mis pensamientos. A temer, de nuevo, no poder conseguir lo que tanto ansío. A que mis padres no se reconcilien de nuevo. A que Valerie deba anteponer otra vez su deber a su corazón.
Deslizo las manos despacio hasta que caen a mis costados y observo a mi padre. Su espalda está encorvada, sus hombros hundidos y su respiración es más lenta que de costumbre.
-¿A qué has venido, papá?- pregunto en un tono más duro del que pretendía.
Se tumba de lado junto a mí agarrando mi mano derecha con suavidad. La acaricia con cuidado y puedo sentir en su tacto el deseo de querer que sea mi madre quién esté frente a él. Como si la hubiese perdido del todo cuando seguramente se encuentre encerrada en su habitación.
Pero, por mucho que me duela verle sufrir, a ambos, sé que no puedo obligar a ninguno a pedir perdón.
-Querías hablar conmigo, ¿verdad?- susurra en un hilo de voz con la vista fija en mi mano.
Respiro hondo cerrando los ojos y me incorporo apártandome de él.
-No era algo importante, la verdad. Puedes volver al trabajo si quieres.
Le escucho soltar una leve carcajada y vuelve a levantarse para acercarse a mí.
-No- contesto antes de que pueda separar los labios-. Márchate, papá, quiero estar sola.
-¿Puedes ir a ver a tu madre y asegurarte que está bien?- suplica antes de meter una mano en el bolsillo de su chaqueta, sacando un papel doblado que me entrega sin pensar-. Y dale ésto de mi parte, por favor.
Lo cojo dudosa asintiendo al mismo tiempo y él me dedica una pequeña sonrisa saliendo de la habitación.-Creo que quiere que seas tú quien le busque- hablo apoyada en el hombro de mi madre mientras mis brazos la rodean desde atrás, apoyados en su cada vez más abultado vientre.
Ella resopla dejando caer el papel.
-Pero no tiene sentido, ya tuvimos una discusión sobre lo mismo hace tiempo y seguro que sabía que la razón por la que nos casamos al llegar aquí es...
-No está enfadado por eso- la corto haciendo que me mire con el ceño fruncido. Respiro hondo y me coloco a su lado antes de continuar-. Creo que es porque sigas teniendo ese miedo, porque sigas pensando que puede herirte de alguna forma cuando ambas sabemos que nunca sería capaz- tomo sus manos entre las mías y las aprieto con cariño, sonriendo, pero mi madre comienza a temblar y se aleja despacio de mí.
Entiendo su mensaje, así que me levanto y salgo de allí sin decir nada más.
Apenas he avanzado por el pasillo cuando veo a mis abuelos acercarse junto a Victoria. La pequeña sonríe cogida de entre sus manos pero se suelta apenas me alcanzan para abrazarme. Y sé que han conseguido convencerla de que nos marchemos con ellos.
-No- murmuro temblorosa alejando a mi hermana y centrándome en mis abuelos.
Ambos se miran sonriendo pero es mi abuela quién se acerca a mí.
-Los reyes nos han contando cómo has ido acompañando a Valerie durante los años y, dadas tus asistencias voluntarias a sus lecciones, veo que nos equivocamos al rechazar tu propuesta.
Miro de nuevo a mi hermana intentando controlar mi respiración.
-Dijiste que no querías dejar a Valerie y a sus padres- hablo en un hilo de voz apretando los puños.
Vicky se encoge de hombros volviendo a sonreír.
-Me han prometido que vendrán a vernos y que nosotros también podemos hacerlo cuando queramos.
-¿Te encuentras bien, Emma?- pregunta mi abuela con suavidad-. No pareces muy contenta con la noticia.
Observo despacio a los tres pares de ojos puestos sobre mí, y retrocedo del mismo modo alejándome rápidamente después.
Las lágrimas nublan mis ojos mientras camino, razón por la que no consigo esquivar a la persona que aparece frente a mí.
-Mi niña- susurra mi padre envolviéndome en sus brazos y acariciando mi espalda con suavidad- ¿Qué ha pasado?
Me separo lo suficiente para mirarle aunque solo consigo emitir sollozos en respuesta, por lo que vuelvo a aferrarme con fuerza a su pecho.
Escucho pasos tras de mí y me encojo más en él cerrando los ojos mientras las lágrimas continúan cayendo.
-No lo entiendo, Emma- habla mi abuelo en un suspiro cansado-. Es lo que querías, ¿por qué reaccionas así, entonces?
-Regresareís con nosotros mañana al amanecer- explica mi abuela tratando de acariciar mi hombro, pero consigo apartame de un movimiento brusco-. Ahora que Jared se ha marchado sin dejar rastro, y sabiendo que Ashley seguirá rechazándolo, Emma será la siguiente heredera al Trono de Dreaulux.
-¿Se seguirá manteniendo la alianza con éste reino?- pregunta mi padre tras dejarme a su espalda.
Observo a ambos asentir y volver a mirarme, pero no alcanzo a escuchar su respuesta ya que salgo corriendo de nuevo de allí.
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Royal Secret (Reales III)
Romance*Historia sin corregir* Emma ha crecido rodeada de joyas, vestidos preciosos y tiaras. Pero ninguna de esas cosas le corresponde a ella o a su familia. Viviendo bajo un protocolo que no le incumbe pero que intenta seguir lo mejor posible, a sus 15 a...