Las lecciones pasan. Una tras una, día tras día.
No he vuelto a hablar con mi madre, aunque ella tampoco ha venido a mí. Ni con Valerie, aunque me acompaña en silencio a cada clase y seguimos durmiendo en la misma cama; siempre en silencio, sin roces, sin miradas, sin palabras ni risas hasta quedarnos dormidas.
Ahora, en el jardín, aprovechando las pocas horas de libertad que mis abuelos me permiten para no retrasar más las cosas de lo que ya han hecho, sentada en uno de los bancos de piedra mientras la suave brisa juega con mi peinado, el silencio es lo último que quiero escuchar.
Cierro los ojos y permito que todos los pensamientos se apoderen de mí. La culpa, la duda, la preocupación... No saber si me he equivocado o si estoy haciendo lo correcto. Seguir temiendo ambas aunque ya ha pasado casi un mes desde que nos presentaron a Vicky y a mí como Princesas.
Rio al saber que ella hará este papel mejor que yo, porque su motivación no tiene nada de egoísta. Y vuelvo a entender a mi madre.
Respiro hondo, apretando la piedra bajo mis manos y levantándome segundos después.
Pero alguien me agarra desde atrás cuando apenas he avanzado unos pasos. No tengo que girarme para reconocerla, pero lo hago de todos modos y los ojos oscuros de Valerie se encuentran con los míos.
-Lo siento- susurra acercándose y abrazándome con tanta fuerza que me cuesta respirar. Sus sollozos comienzan cuando la correspondo-. Siento lo que hice, todo. Siento haberte hecho pensar durante estos años que no eras importante para mí cuando eras lo único que lo hacía- se separa tomando mis manos y clavando en ellas la mirada-. Sé que fue a causa del miedo a decepcionar, pero debería haberte preguntado cómo te sentías, y no dejar que fueses tú la que cargase con las dudas.
Y entonces, ocurre: nuestros ojos vuelven a encontrarse y todo desparece a nuestro alrededor. Estamos solas, ella y yo, en un mundo donde podemos ser felices sin que nada más importe.
Pero nada es fácil, nunca, por eso cierro los ojos y aprieto un poco más su agarre.
-¿Crees que podemos pasar el resto del día juntas?- pregunto en un susurro.
Tal vez así podamos fingir que todo es real.
-Pero tus abuelos....
-Se han vuelto más estrictos respecto a la educación- la interrumpo volviendo a mirarla-. Pero no creo que les moleste que termine mis lecciones por hoy- respiro hondo y esbozo una leve sonrisa-. Tú misma has sido consciente de cuánto me he implicado en mis lecciones estas semanas.
Valerie también sonríe, acercándose para dejar un suave beso en mis labios.
-El reino tendrá suerte de tener a alguien como tú- murmura rozando su nariz con la mía.
-Nosotras- la corrigo devolviéndole ambos gestos.
Nos separamos de nuevo sin decir nada más y caminamos hacia el interior del castillo.
Pero un grito nos sobresalta apenas hemos cruzado la puerta. La voz de mi padre, rota, desgarrada; escuchándose con claridad aunque le separan muchos metros de nosotras.
No lo pensamos cuando subimos las escaleras y nos dirigimos a su habitación, de donde proviene el sonido.
-¿Qué ha pasado?- pregunto asustada al encontrarle solo en la estancia.
Su mirada es furiosa y me alejo un paso cuando se acerca a mí a grandes zancadas.
-Tu madre se ha marchado, Emma, sin nosotros, porque está demasiado asustada para volver a esta vida- el odio hacia mí se hace presente en su voz y yo me encojo todo lo que puedo.
Empuja su mano contra mi pecho dejándome ver una nota que cae en mis manos después.
-Te dije que lo dejaras- solloza sin contener su enfado-. Te dije que la estabas haciendo daño pero tú decidiste seguir, porque tus deseos son más importantes que tu familia, ¿verdad?
Le observo mirar a Valerie y su mano vuelve a apretarse en torno a la mía.
Me dedica una última mirada de odio y sale de la habitación sin añadir nada más.
Arrugo el papel sin ni quiera leerlo y lo dejo caer al suelo mientras camino despacio hacia la cama, tumbándome boca abajo en el colchón y llorando contra él.
-Emma no querrá marcharse- escucho a Valerie con voz monótona-. Y Vicky te necesita para saber que la sigo queriendo. Te enviaré noticias cuando nazca el bebé, pero no puedo quedarme más tiempo. Lo siento. Ashley.
Alzo la cabeza para mirarla aunque su vista sigue en el papel, pero se acerca rápido hasta mí cuando comienzo a sollozar, arropándome en sus brazos.
Mi padre vuelve a gritar en la distancia acompañado de la voz de mi abuelo, también histérico.
Valerie y yo nos miramos y no necesitamos decir nada para llegar hasta ellos, donde también se encuentra mi abuela, más preocupada que enfadada.
Los hombres siguen gritándose entre ellos, ambos culpando al otro de lo ocurrido.
Pongo los ojos en blanco y resoplo antes de acercame, más bien interponerme entre los dos.
—Cuanto más tardemos en salir a buscarla más tiempo tendrá para alejarse de aquí— exclamo poniendo las manos en el cuerpo de ambos y empujándoles hacia atrás. Les miro y ellos me rehuyen, y por un momento me alegro de que mi padre lo haga; de que deje de odiarme por seguir haciendo daño a su mujer—. No creo que haya podido ir muy lejos todavía— intuyo ignorando el sollozo en mi voz—. Si vamos ahora seguro...
—No sabemos hace cuánto se fue, Emma— me corta mi abuelo con suavidad.
—Eso no es razón para tomárselo con calma— escucho a mi padre aún furioso—. La cuestión no es cuánto haya podido avanzar hasta ahora si no...
Sus palabras se pierden como si las hubiese olvidado.
—Debemos salir ahora y encontrarla para evitar que pueda hacerse daño— termino por él apretando los párpados y los puños—. Si es que no ha ocurrido ya— murmuro y, por suerte, nadie parece escucharme. Sacudo la cabeza para alejar ese pensamiento y vuelvo a mirarles—. Iremos los tres, y Valerie y la abuela se quedarán cuidando de Vicky y por si a mamá se le ocurriese regresar.
Mi padre suspira y mi abuelo respira hondo, pero terminan asintiendo sin protestar.
Abrazo a Valerie con fuerza y ella deja un largo beso en mi cabeza.
—Seguro que todo irá bien— susurra antes de separarse y limpiar las lágrimas de mis mejillas—. Correré a buscarlos si regresa mientras no estáis.
Asiento besándola por unos segundos, volviendo a abrazarla y sintiendo la calidez que ahora me faltará por parte de mi padre.
Éste me mira cuando vuelvo a unirme a ellos y yo desvío la vista a mis manos enredadas en la falda de mi vestido, la cual levanto para poder avanzar más rápido hasta los establos.

ESTÁS LEYENDO
Royal Secret (Reales III)
Romance*Historia sin corregir* Emma ha crecido rodeada de joyas, vestidos preciosos y tiaras. Pero ninguna de esas cosas le corresponde a ella o a su familia. Viviendo bajo un protocolo que no le incumbe pero que intenta seguir lo mejor posible, a sus 15 a...