2. Reflejo por actitudes

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Así como en el agua se refleja el rostro, también en el corazón se refleja el hombre.
–Proverbios 27:19–

Capítulo 2:
Reflejo por actitudes.

   En la casa de Rafael lo que abunda son las peleas entre su familia, peleas en las cuales él también participa. Sus hermanos siempre tienen algo nuevo para discutir; y sus padres también tienen temas de discusiones diarios. Todo es un caos, y en todo momento Rafael lo recuerda. Con la mirada perdida recordaba los insultos y peleas de su familia, pensando que no tenían solución alguna. Ya todo se había convertido en un océano lleno de olas, donde una tras otra ahogaban a los que viven con él bajó el mismo techo.

   Recordar un momento agradable entre familia era muy difícil para el chico, ya que no recordaba el último momento agradable que haya pasado como familia. Ni siquiera en los fines de año podían celebrar con alegría, ya que por el alcohol en sus cuerpos siempre terminaban en peleas.

   Un pequeño papel hecho pelota cayó en el asiento de Rafael, haciendo que de esa forma él saliera de sus pensamientos y frunciera su ceño. Miró a su derecha, y a una distancia se encontraba sentada Raquel, quien le había lanzando dicho papel para que lo leyera. Rafael procedió a leer lo que decía, y al terminar de hacerlo rodó sus ojos y luego se llevó el pequeño trozo de papel a su boca para masticarlo y comérselo.

   El chico quería hacerle demostrar claramente su molestia a Raquel, así que haría todo lo posible para que ella aún se sintiera muy mal por el regalo que le había hecho a él.

—¿Quién está dispuesto a exponer lo que es la educación sexual a los colegios de primaria? —preguntó el profesor Renato, pudiendo cruzarse de brazos y apoyarse a la orilla de su escritorio para mirar a los estudiantes del salón, quienes empezaron a reír por su pregunta —. ¿Por qué se ríen? Esto es en serio. La charla es una actividad de esta materia, y creo yo que es necesaria en estos tiempos.

—¿Pretende llevarnos a los colegios de primaria para hablarle a los niños sobre lo bueno que es el sexo? —preguntó una chica, logrando que todos en el salón empezaran a reír.

—Eso es lo que quiero evaluar en ustedes, la forma en cómo llegan a comunicarse para poder transmitir un buen mensaje. ¿Creen que es correcto que lleguemos directamente a uno de los salones de primaria para decirle a los niños lo bueno que es el sexo? Yo más bien creo que hay que saberles decir con prudencia sobre lo importante que es protegerse, y también lo importante que es que puedan conocerse. Pero bueno, ya veo que ustedes necesitan tiempo para madurar y saber hablarle de educación sexual a unos niños, que de seguro son mucho más maduros que ustedes.

   Los jóvenes protestaron ante el comentario del profesor, quien luego les pidió que hicieran silencio para seguir hablando.

—No hace falta que armen un escándalo por una realidad. ¿Me van a decir que ustedes son más maduros que los niños de primaria?

—Claro que sí, profesor —contestó un joven.

—Okay, entonces demuéstrenmelo con la charla. ¿A qué le tienen miedo? Estoy seguro que muchos de esos niños saben lo que es el sexo, ya que poco a poco este mundo se está llenando de depravaciones. No es malo que lo sepan; lo malo es que tomen ese conocimiento para hacer cosas malas, como por ejemplo tener relaciones sexuales sin protección, o que tengan pensamientos sucios en sus mentes cuando apenas son unos niños.

—¿Nos dará tiempo para preparar la charla? —preguntó otro joven.

—Claro que sí. Tienen una semana para eso.

—¿Una semana? —preguntaron unos jóvenes al mismo tiempo.

—Sí, una semana. Reúnanse en grupos de tres o cuatro personas. Y de una vez les digo que quiero una charla bien preparada, estructurada y madura.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora