35. No más problemas

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Capítulo 35:
No más problemas.

   Jimena miraba todo a su alrededor con mucho detalle mientras movía impacientemente los dedos de sus manos sobre su regazo, esperando a la persona que vería.

   El lugar permanecía frío, y el olor a menta se podía olfatear sin tanto esfuerzo.

   Por la mente de Jimena empezaron a llegar muchos pensamientos negativos, los cuales de alguna manera hacían que ella dudara de continuar en el lugar donde estaba.

   No fue nada fácil convencerse de venir, pero al final terminó cediendo. Mucho más cuando ayer sufrió un desmayo en el colegio.

   Ya han pasado varios días desde aquella vez que se enfrentó con Kimberly y Merlina para defender a Cristina, justo el mismo día donde vomitó toda la comida que había ingerido esa mañana.

   Su situación ante el espejo ha ido empeorando, y mirar las fotografías de Merlina con Santiago no la han ayudado para nada.

   Realmente no sabe en qué momento de su vida llegó a esto; pero el compararse con muchas chicas le ha provocado un daño en su autoestima, repitiéndose día tras día que no es la más guapa entre todas las chicas que ha podido conocer.

   Cuando escuchó la puerta de la oficina abrirse tomó postura en su silla, y en cuestión de segundos la Doctora Beatriz se sentó del otro lado del escritorio mientras le regalaba una amistosa sonrisa.

—Ahora sí, Jimena, podemos hablar con más calma. Discúlpame, tuve que responder esa llamada porque era de un paciente que acaba de graduarse de Ingeniería industrial. Quiso que yo fuera una de las primeras personas en saber su logro.

—No se preocupe. Me alegra mucho por su paciente.

—No sabes la felicidad que siento en mi corazón cuando uno de mis pacientes se dedica a festejar sus logros conmigo. Creamos un vínculo de amistad que agradezco mucho. Ese paciente que me llamó por el celular no solía hablarme mucho en la primera consulta, ahora fíjate cómo comparte su logro conmigo.

—Eso es una buena señal.

—¿Buena señal?

—Sí. Me refiero a que le tienen confianza. Si eso llegó a pasar es porque usted de alguna manera es una persona de confianza.

—Soy psicóloga, Jimena. No puedo revelar intimidades de mi pacientes. Trato de que entren en confianza conmigo para que noten que soy una persona que los puede escuchar y orientar. ¿Qué te parece si empezamos la charla?

—Realmente debo de confesar que me negué varias veces a venir; pero pensé en que nada perdía con conocer este lugar.

—¿Y qué te ha parecido?

—Pues bien —respondió Jimena, encogiéndose de hombros.

—Muy bien, Jimena. ¿Cómo te has sentido en estos últimos días? —preguntó la psicóloga, tomando una pequeña libreta y un bolígrafo de su escritorio.

—¿Habla de la parte mental?

—De lo que sea. Sólo háblame de lo que según tú percepción ha sido malo hasta los momentos en tu vida.

—Bueno, pues... he llorado bastante.

—Interesante. ¿Y por qué has llorado? ¿Tienes algún dolor por algo en particular? ¿Recibiste una mala noticia?

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora