Capítulo 51:
ValentíaRafael no dejaba de reclamarle a Gregorio por no haber actuado de una manera más directa con Aurora en la noche de ayer. Caminando por los pasillos del colegio le mencionaba una y otra vez que había perdido una oportunidad de oro, algo que no todo el tiempo suele ocurrir cuando se está conociendo a alguien.
Gregorio, por su parte, sólo oía hablar a Rafael. No le estaba prestando tanta atención porque prefiere no discutir sobre el tema. Sabe muy bien lo que hizo, y en este momento no se arrepiente de nada.
Rafael no comprendía la calma de su amigo. Había perdido una gran oportunidad con Aurora y ahora actúa como si nada le afectara.
—De verdad que me he llevado una gran decepción contigo, Rodolfo —le dijo Rafael cuando ambos llegaron a un salón vacío para hablar.
La hora de recreo estaba avanzando, así que los estudiantes del colegio caminaban y hablaban por varios lugares del recinto para disfrutar de su hora libre.
—Ya deja el drama, Rafael. No es para tanto.
—¿No es para tanto? ¿Me acaba de decir que no es para tanto?
—Tú y yo no somos iguales. Mi forma de conquistar no es la misma que la tuya.
—Eso me queda clarísimo, no hace falta que me lo digas. Pero Rodolfo, te dejé en la sala por un buen rato con la chama que te gusta y sólo tomaste ese tiempo para hablar con ella sobre el futuro. ¿Qué rayos te pasa?
—Ya te dije, tú y yo no somos iguales.
—¿Para qué pediste mi ayuda desde un principio entonces?
—No lo sé, quizás pensé que me podrías orientar mejor. Ya noté que tu objetivo sólo se enfoca en sexo, nada más.
—¿Y en qué más me enfocaría? Eso es lo que se debe de buscar. Olvídate de la atención y la cursilería. Eso no aviva nada.
—Te equivocas, eso aviva el amor.
—Amor, amor, amor. ¿Qué rayos es eso? El punto aquí es el deseo, más nada.
—¿Alguna vez en tu vida te has enamorado, Rafael?
—Aquí estás, Rafael. Todo el equipo te anda buscando —dijo José, entrando al salón, interrumpiendo así la conversación entre el moreno y Gregorio.
—¿Qué sucede, primo? ¿Me pondrán como el nuevo capitán?
—Sueñas mucho, Rafael. Hoy hay reunión con el entrenador sobre el siguiente partido, el que se hará en tu antiguo colegio.
—Oh, cierto. Lo había olvidado —dijo Rafael, volteando luego para mirar a Gregorio y señalarlo con su dedo índice —. Esta conversación aún no acaba, Rodolfo. Luego seguiremos hablando.
En cuestión de segundos Gregorio quedó solo en el salón, pensando en las palabras que su amigo le había dicho. No se siente arrepentido de nada, así que llevaría todo con calma.
Lo que detuvo a Gregorio de ir al sexo con Aurora en gran parte fue el dejar avanzar las cosas para irse conociendo más, pero también fue por la saturación del nombre de Rafael en cada palabra que ella decía. Gregorio captó que ella siente de alguna forma atracción por Rafael, es por eso que no quiso involucrarse tanto con ella. Iba a ser incómodo, y lo mejor es que ella lo vaya conociendo poco a poco para que sienta agrado de conocerlo como la persona que es.
Cuando Rafael llegó a las gradas de la cancha todos voltearon a mirarlo, ya que estaban esperando a que él apareciera para así poder hablar mejor del siguiente partido a jugar.
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Tóxicos: Muy Dañinos
Novela JuvenilColocar a un gato y a un ratón en un mismo cuarto sin salida puede ser mala idea. Rafael y Kimberly son dos personas sumamente tóxicas, a tal punto de que no les importa dañar a los demás. Sus vidas se basan en lágrimas, gritos y diversión. Compa...