25. Corazones destrozados

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Capítulo 25:
Corazones destrozados.

   Samuel no se contuvo más, y en un rápido movimiento pudo tomar a Rafael por el cuello de su camisa para sacarlo del viejo cuarto hasta llevarlo contra la pared. En esa posición Samuel pudo golpearlo en el estómago varias veces con el puño; pero luego de varios golpes Rafael pudo empujarlo muy fuerte hasta poder golpearle la mejilla con su puño. Samuel quiso contraatacar, pero Rafael volvió a darle otro fuerte golpe para después también golpearlo en el estómago. Kimberly les pedía que se calmaran, pero los dos estaban cegados por la molestia.

   Las personas poco a poco estaban empezando a aparecer, y uno a otros se llamaban para que pudieran presenciar la pelea entre Rafael y Samuel.

   Cristina se extrañó por toda la trifulca de personas que corrían hacia un sólo lugar, así que detuvo a una chica por el brazo para saber por qué todos corrían por el pasillo.

—Samuel está peleando con Rafael porque lo encontró besándose con Kimberly en el viejo cuarto de servicio. Ven para que veas todo —le animó la chica a Cristina, quien no lo pensó dos veces para unirse a la carrera.

   Cuando Cristina llegó al pasillo pudo apreciar mejor la pelea entre Samuel y Rafael, sacando luego su celular para tomar fotos y grabar todo lo que estaba pasando.

—¡Eres un hipócrita! ¡Estás jugando con tu novia! —le gritó Samuel a Rafael mientras lo golpeaba en las costillas.

—¡Lo que yo haga con mi vida no es de tu incumbencia, estúpido! —le gritó Rafael cuando pudo empujarlo hasta lograr que Samuel cayera al suelo, soltando un poco de sangre por su boca.

   Cristina decidió alejarse poco a poco del lugar, pasando por en medio de las personas, para luego empezar a marcar el número de su amigo Luis.

   Luis estaba muy tranquilo comiendo de su pastelito con queso y bebiendo de su jugo de guayaba, sentando en el suelo de uno de los pasillos de su colegio mientras era la hora de recreo. Cuando recibió la llamada de Cristina no dudó en fruncir su ceño para luego contestar.

—¿Aló? —habló con la boca llena.

—Luis, qué bueno que me contestas.

—¿Dónde estás, Cristina? ¿Por qué se escuchan gritos a lo lejos? —le preguntó él después de masticar y tragar.

—Por eso precisamente te llamé. ¿Dónde está Raquel?

—Fue al baño, regresa en un momento para seguir hablando de Rafael. ¿Puedes creer que ella quiere volver con él hoy en la tarde? Según y que porque lo extraña mucho. Quiero convencerla de que...

—Luis, escúchame —interrumpió Cristina, ansiosa por la situación —. Te voy a encargar de que tú le cuentes en este momento a Raquel lo que está pasando, porque si se lo cuento yo por celular no será lo mismo.

—¿Qué cosa?

—En este momento estoy presenciado la pelea entre Samuel y Rafael. Aparentemente Samuel acaba de descubrir a su novia con Rafael en un cuarto viejo de limpieza de aquí del colegio, tal parece que estaban haciendo cositas.

—¿¡Qué!? —expresó Luis, ahogándose con el jugo de guayaba para después toser y tratar de respirar bien —¿Es en serio lo que me dices, Cristina?

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora