7. Mentiras que manipulan

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Capítulo 7:
Mentiras que manipulan.
 
 

   Faltaban minutos para que la mañana en el colegio acabara. Todos los estudiantes se encontraban en el patio central, cada quien en sus respectivas formaciones según su grado estudiantil y su sección. El director del colegio conversaba con unos tres profesores mientras los tres candidatos postulantes a la presidencia estudiantil se encontraban parados frente a todos los estudiantes formados. Muchos repetían el nombre de su candidato favorito con mucho ánimo, mientras que otros simplemente esperaban que todo acabara para poder irse a sus hogares.

   Kimberly podía ver a sus amigas apoyándola desde la formación, lo cual hacía que ella sonriera por dicho acto. Cuando posó su mirada en Samuel notó que su novio no sonreía, simplemente estaba allí formado detrás de otros compañeros de clases sin mostrar alegría alguna en su rostro.

   Era obvio saber para Kimberly que él seguía molesto por la discusión que habían tenido, cosa que no es la primera vez que pasa. Siempre han peleado por cualquier situación, y a la final terminan resolviendo todo bajo las sábanas.

   Una pequeña sonrisa se le dibujó a Kimberly en su rostro al saber que las reconciliaciones con Samuel son las mejores; pero cuando su mirada se posó en Rafael no dudó en borrar la sonrisa de su rostro. El chico la miraba con mucha diversión en sus ojos, a la vez que sonreía cuando agitaba su celular en su mano para que ella lo notara.

—Te odio —dijo ella entre dientes, mirando de mala manera a Rafael.

—Es una pena que me odies —comentó Frank, quien estaba parado a un lado de ella mientras le mostraba una sonrisa a todos los presentes.

—No te lo dije a ti, tonto. Aunque bueno, no niego que también siento algo de desagrado por ti.

—Esa es una manera bonita de decir que estás loca por mí.

—Quisieras tú, cariño —mencionó ella con una divertida sonrisa en sus labios.

—Muy bien, muchachos, les pido que hagan un poco de silencio —pidió el director por el micrófono cuando se encaminó hacia donde permanecían parados los candidatos —. Junto con algunos de los profesores pudimos contar los votos de esta mañana, y justo en mis manos tengo los resultados que tanto esperaran —informó él, mostrando el sobre blanco en su mano derecha.

—¡Diga rápido, tengo hambre! —gritó uno muchacho desde algunas de las filas, logrando que todos los presentes rieran por su comentario.

—Todos lo tenemos, joven. No hace falta que me lo recuerde —comentó el director mientras abría el sobre en sus manos para luego sacar la hoja que permanecía adentro —. Muy bien. Gracias a todos los que participaron con sus votos. El tercer lugar obtuvo un 15% de los votos, el segundo lugar obtuvo un 35% y el primer lugar obtuvo un 50% de los votos.

   Los estudiantes presentes empezaron a hablar todos a la vez. Los nombres de los candidatos volvían a ser mencionados en forma de apoyo, logrando que el resultado final sea cada vez más desesperante para los tres candidatos presentes.

—¡Ya dígalo! —gritó una muchacha desde algunas de las filas.

—Si hacen silencio podré decir quién es el presidente estudiantil de este nuevo año escolar; pero si no se callan estaremos aquí por largas horas —informó el director por el micrófono, logrando que poco a poco las voces fueran cesando.

—Ya diga mi nombre —pidió Kimberly en un murmuro mientras sentía si corazón acelerar en su pecho.

—Con un 15%, el tercer lugar es para el estudiante Fernando Rosado —dijo el director por el micrófono, lo cual hizo que algunas personas abuchearan por el resultado.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora