Capítulo 62:
Tratar de mejorar.Sentada en el borde de la fuente de agua en la plaza, Kimberly miraba a una pareja de enamorados sonriéndose con mucha alegría y dándose algunos que otros besos. Ambos mostraban su amor frente a toda la plaza, y se veía muy real y sincero.
Fue entonces cuando los recuerdos de su antigua relación volvieron a aparecer en la mente de Kimberly, llenando de más nostalgia su corazón ya que todo lo recordaba de buena manera.
Ahora es cuando comprende que Samuel siempre la quiso, haciéndola sonreír cuando ella más lo necesitaba, dándole abrazos y besos para hacerla sentir amada. Es una relación que aún le cuesta superar, pero está dispuesta a lograrlo.
—Aquí tienes tu barquilla, mugrosa —le dijo Rafael en cuanto llegó a su lado, ofreciéndole una barquilla de vainilla mientras él tenía la suya en otra mano.
—Gracias, mugroso.
—¿Qué sucede? ¿Por qué esa cara de tristeza?
—Mira aquella pareja. Se ven tan felices que no lo pueden ocultar.
Rafael miró a la pareja en cuestión, notando así que efectivamente se veía que la estaban pasando bien juntos.
—¿No se te hacen bonitos? Disfrutan tanto su noviazgo que se les nota.
—Tampoco exageres, mugrosa. Quizás son minutos de risas y más risas, pero dentro de unas horas se estarán peleando por cualquier cosa.
—¿Por qué lo dices? Tú no los conoces.
—Todas las relaciones son así.
—No todas. Quizás sí hayan algunas peleas, pero eso es normal. Malo es cuando sólo existen peleas y ya no hay amor.
—Andas muy nostálgica hoy.
—Creo que ya estoy empezando a entender cómo debe de ser una buena relación.
—¿Lo dices por lo obsesiva que fuiste con Samuel?
—Obvio. Quisiera devolver el tiempo para tratar de mejorar las cosas.
—Pues no se puede, ahora tienes un nuevo novio —dijo Rafael, lamiendo su barquilla con toda tranquilidad.
—¿Qué te parece si tú y yo tratamos de mejorar nuestra relación? Lo digo en serio.
—¿Por qué el afán de ponerle seriedad a lo que sentimos?
—Porque así deben de ser las cosas.
—Según tú opinión.
—¿Puedes por un momento dejar de ser tan patán?
—Haber, Kimberly. Entre tú y yo sólo hay sexo y diversión, nada más.
—Claro que no. Tú sientes algo más que deseo y diversión por mi.
—Mareo quizás.
—No seas payaso, Rafael —dijo ella, dándole un pequeño golpe en el hombro a su novio mientras él reía.
—¿Quieres que te invite a una cena y me comporte como todo un príncipe contigo?
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Tóxicos: Muy Dañinos
Novela JuvenilColocar a un gato y a un ratón en un mismo cuarto sin salida puede ser mala idea. Rafael y Kimberly son dos personas sumamente tóxicas, a tal punto de que no les importa dañar a los demás. Sus vidas se basan en lágrimas, gritos y diversión. Compa...