14. Hay que ser positivos

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Capítulo 14:
Hay que ser positivos.

   En la hora de la cena Raquel no dejaba de pensar en Rafael. A cada hora del día pensaba en él sin llegar a cansarse, ya que siempre ha asegurado que es lo mejor que le ha pasado en su vida.

   Raquel siempre recuerda aquellos momentos cuando Rafael empezó a conquistarla, logrando que ella se enamorara poco a poco de él. Son esos recuerdos los que hacen que ella sienta ese amor profundo por él, provocando que hasta pase por desapercibido los maltratos sufridos por su ahora novio.

   Las explicaciones no son totalmente claras para Raquel, referente al comportamiento de su novio; pero ella siempre lo defiende al saber por las cosas duras que él ha pasado en su infancia, y lo que aún vive hoy en día con su familia.

—Raquel.

—¿Ah?

—Estamos hablando contigo —avisó su papá —. ¿Te fuiste a Marte y viniste otra vez a la tierra? ¿Cómo están las estrellas desde aquella distancia?

—Muy gracioso, papá.

—Perdón, es que me resulta graciosa tu cara cuando estás pensativa.

—Y a mi también la tuya.

—Por eso somos padre e hija.

—¿Y en qué piensas, hija? —preguntó la mamá de la chica.

—En mi novio.

—¿Sucede algo con Rafael?

—Claro, sucede que nuestra hija no puede sacárselo de la cabeza porque está muy enamorada de él —comentó Julio, ocultando su sonrisa al beber de su vaso de agua.

—No puedo refutar a tu comentario porque es verdad, papá.

   Julio se encogió de hombros y luego continuó comiendo con mucha alegría.

—Rafael tiene varios días que no viene a la casa. ¿Acaso le pediste que no viniera más a visitarnos?

   El comentario de Raquel hizo que se ahogara por unos segundos con un trozo de arepa, pudiendo luego beber de su vaso con agua para calmarse.

   Justo el sábado en la noche pudo estar en su cuarto con Rafael, y de seguro sus padres no querrían escuchar esa historia que duró hasta cierta hora en la madrugada.

—¿Qué pasó? ¿Acaso le dijiste eso a Rafael? —le preguntó su papá, ocultando una sonrisa.

—Claro que no. Lo que pasa es que Rafael ha estado ocupado con las actividades del nuevo colegio donde está.

—Me alegra que se enfoque más en sus estudios —dijo la señora Grey —. No quiero que tu futuro esposo sea un bueno para nada.

—Mamá, no hables así de Rafael.

—Sí, amor. ¿Qué te hace pensar que Rafael será el esposo de nuestra hija?

—¡Papá!

—¿Qué? ¿Fui muy sincero?

—Nada más un poquito —dijo Raquel, logrando que su mamá soltara una pequeña risa.

   Unos golpes a la puerta principal de la casa llamó la atención de los tres, así que Raquel decidió por levantarse a abrir ya que quería calmarse después de los comentarios de sus padres referente a Rafael.

—¡Prima! —saludó Raquel a su prima Fiorella, recibiéndola con un abrazo y un beso en la mejilla para después dejarla pasar a la casa —¡Miren quien nos visita!

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora