57. Comienzo del reto

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Capítulo 57:
Comienzo del reto.

   Otra vez volvía a ser lunes por la mañana, lo cual implica un nuevo comienzo de semana en el colegio.

   Rafael mostraba toda su apatía mientras caminaba por los pasillos, y aún así muchas chicas volteaban a sonreírle y saludarlo.

   Los lunes nunca han sido sus favoritos, mucho menos cuando aprovecha el fin de semana para estar en fiestas y disfrutar por las calles.

   Cuando pudo llegar al salón de clases caminó hacia uno de los pupitres para sentarse, colocando sus piernas en un pupitre a su izquierda para luego cubrir su rostro con un pañuelo que llevaba en su mano. Habían algunos compañeros cerca del escritorio, pero él decidió ignorarlos para poder descansar antes de que empiecen las horas de clases.

   Rafael no pensaba en nada que lo perturbara, únicamente se concentró en descansar; pero cuando escuchó que alguien lo llamó sintió amargura en el momento.

—¿Rafael?

—¿Quién rayos eres? ¿Qué quieres? —preguntó él, aún con el pañuelo en su rostro.

—Soy Aurora.

—No tengo idea dónde pueda estar Rodolfo. Ve a buscarlo por otro lado.

—Es que no vine por Rodolfo —dijo ella, sentándose en un pupitre para luego colocar su mano sobre el muslo derecho de Rafael —. Vine por ti.

   Ese acto hizo que Rafael frunciera el ceño y luego se acomodara mejor en su asiento, quitándose el pañuelo para mirar a la chica frente a él.

   Aurora le sonreía, aún con su mano en el muslo del chico.

—Te estuve escribiendo el fin de semana y no me contestabas.

—No suelo contestar muchos mensajes —dijo Rafael, mirando la mano de la chica en su muslo.

—Te quería invitar a un evento de cómics que es hoy a las seis.

—¿Cómics? No lo creo —dijo Rafael, quitando la mano de la chica —. Dile a Rodolfo, él sí es muy fan de eso.

—Yo no quiero ir con Gregorio. Con quien quiero ir es contigo.

—Aurora, ya supérame. Lo que pasó hace días no debió de pasar, ¿de acuerdo?

—Fue el mejor beso que me han dado.

—Lo hice porque no te reconocí en esa fiesta.

—Pero te gustó, ¿no es así? —preguntó ella, volviendo a colocar su mano en el muslo de Rafael para así presionarlo un poco.

—Aurora...

—Lo de los cómics es sólo un rato. Después de eso podemos ir a tu casa, ¿qué dices?

—De niña buena no tienes nada.

—¿Y quién dijo que yo soy una niña buena? No te confundas por mis anteojos y mis buenas calificaciones.

—Vaya, hasta que te veo.

   La voz de Kimberly hizo que Rafael quitara inmediatamente la mano de Aurora, tragando grueso para luego tomar postura y fingir que nada estaba pasando.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora