60. Cansados

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Capítulo 60:
Cansados.

   Kimberly permanecía sentada en el sofá de la sala de su casa, escuchando música con los auriculares mientras pintaba las uñas de sus pies. Rafael, por otro lado, estaba absorto en sus pensamientos a un lado de ella. Su vida en este momento estaba pasando por sus ojos como una especie de película, como le pasa a cualquier persona que está teniendo muchos problemas en la vida.

   Tarareando la canción que sonaba en sus auriculares, Kimberly volteó su mirada por un momento hacia Rafael, notándolo totalmente pensativo. Fue por esa razón que ella bajó uno de sus auriculares para empezar a hablar con él.

—¿Sucede algo?

—¿Huh? ¿Qué?

—Te pregunté si sucede algo. Estás callado y pensativo.

—Sí, es que... estoy pensando cosas de mi vida.

—A todos nos pasa eso en algún momento. Justo así estuve el mes pasado. Entré en una crisis existencial, pero se me pasó al rato.

—¿No crees que ya es suficiente tratar de involucrarnos con Samuel y Raquel? Estoy cansado de darle tanta importancia a esos dos.

—De hecho... sí lo he pensado. También estoy cansada —dijo Kimberly, bajando su pie derecho con cuidado —. Ya no vale la pena estar detrás de esos dos. Después de lo que me dijiste sobre lo que pasó en el partido, y como hemos visto a Samuel estos días, no vale la pena seguir gastando energías con ellos.

—Desde ese viaje que hicieron a la montaña los veo más unidos. Estoy harto de ver las publicaciones de Raquel por todas las redes sociales, mostrando muy feliz su amor con el bobo de Samuel.

—Deberíamos concentrarnos en otra cosa, como por ejemplo nuestra relación.

—Una relación que sólo se basa en sexo, drogas y peleas.

—Pues así lo quisimos ambos. Además, pudiéramos no tener peleas si tú no fueras tan intenso y respondón.

—¿Ahora yo soy el culpable de nuestras peleas?

—Claro que lo eres. Pero da igual. Tenemos que poner de nuestra parte para que esto que está pasando entre los dos vaya a otro nivel, algo más serio.

—¿Tú realmente crees que esto que pasa entre tú y yo puede llegar a ser serio?

—Yo opino que sí. ¿Por qué lo dudas?

—Kimberly, tenemos temperamentos muy similares. Jamás podremos estar en paz. Lo mejor es dejar todo como está.

—Típico de ustedes los hombres. Sólo quieren sexo, comportándose como completos animales.

—No te hagas. Bien que lo disfrutas.

—Ay ya cállate, mugroso. Es más, vete de mi casa.

—¿Y así pretendes que esto entre tú y yo sea más serio?

—Tú lo haces complicado con tus comentarios estúpidos. Ya lárgate, nos vemos después.

—Bien, como quieras —dijo Rafael, dándole un beso rápido a Kimberly en su mejilla para luego levantarse —. Cuando se te pase el coraje puedes llamarme.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora