9. Más peleas y más coqueteos

66 1 0
                                    

Capítulo 9:
Más peleas y más coqueteos.

   Una mañana más había comenzado en el colegio. Por los pasillos se escuchaban las diversas opiniones acerca de la expulsión de Frank y el cargo que ahora Kimberly tiene como presidenta estudiantil. Muchos no estaban de acuerdo, pero los profesores y el director llegaron a la conclusión de colocar como presidente al segundo lugar de los votos.

   Kimberly caminaba por los pasillos con mucha alegría en su rostro, sin dejar de ocultar la sonrisa orgullosa en sus labios. La mirada de todos estaban sobre ella, lo cual hacía que Kimberly se sintiera más importante que los días anteriores. Sabía que algunos no les creían su historia; pero a eso no le demostraba tanta importancia alguna porque pudo conseguir su objetivo: ser la presidenta estudiantil del colegio.

   Rafael la pudo mirar pasar junto con sus amigas cuando caminaban por el patio central del colegio, creyéndose la más insuperable en este momento de su vida. La mirada de la chica se cruzó por unos segundos con la mirada de Rafael, y fue imposible que ambos no expresaran su molestia al mirarse. Una pequeña sonrisa terminó posándose en los labios de él, haciendo que ella rodara sus ojos y sonriera internamente.

—Se nota que te odia —le comentó Gregorio a su amigo, quien permanecía sentado a un lado de él en una banca.

—Yo también la odio —dijo Rafael, procediendo luego a beber de su vaso de refresco.

—Aún no puedo creer que el director haya expulsado a Frank. Por la foto que me enseñaste es obvio que Kimberly estaba disfrutando de ese beso.

—Según ella la violación fue después de eso.

—Una persona abusada sexualmente no actúa como lo está haciendo ella. Pareciera como que disfrutara todo lo que le pasó y le está pasando.

—Lo mismo pienso. Es por eso que necesito que me ayudes con mi plan de darle su merecido. Creo que es momento de que ella aprenda a no meterse con las personas.

—¿Y qué piensas hacer? Lo de la foto no funcionó.

—Hola, muchachos —dijo una chica, mostrando una divertida sonrisa cuando pudo colocarse frente a Rafael y Gregorio, dándole un rápido beso al último chico en su mejilla —. Perdón, es un juego —aclaró ella con una nerviosa sonrisa para luego encaminarse hacia su grupo de amigos, quienes riéndose la esperaban para seguir continuando con el juego que estaban haciendo.

—Vaya, Rodolfo. No me habías dicho que tienes tus conquistas en el colegio —comentó Rafael, alzando sus cejas en expresión de sorpresa —. Aprovecha, la muchacha no está nada mal.

—Ya te dije que me llamo Gregorio, no Rodolfo —le corrigió el chico al acomodar con disgusto sus anteojos —. Y esa muchacha no es mi conquista. Simplemente se está burlando de mi con sus amigos. Ellos, y más personas en este colegio, suelen hacerlo siempre conmigo.

—¿Y cómo sabes que son burlas?

—Los he escuchado. Algunas chicas se acercan para darme un beso en la mejilla por una apuesta de un juego. Las retan a besar al muchacho más feo o desagradable para ellas.

—Auch, eso es feo. Aunque debo de mencionar que yo también lo hacía con mis amigos y amigas del otro colegio.

—Se siente horrible ser el más tonto de todo el colegio —mencionó Gregorio, levantándose de la banca para así empezar a caminar a pasos apresurados.

—No te sientas mal, Rodolfo —le pidió Rafael, alcanzando los pasos del chico para llegar a su lado y pasar su brazo por encima de los hombros de su amigo.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora