56. Reconocer para crecer

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Capítulo 56:
Reconocer para crecer.

   Luego de haber pasado tan humillante situación, Raquel llegó a su casa con lágrimas aún corriendo por sus mejillas. Su mente no podía asimilar todo lo que había pasado, y su corazón de destrozaba poco a poco por el dolor de haber cometido lo que hizo.

   Sin darle explicaciones a su mamá caminó hacia su habitación, cerrando la puerta con seguro mientras su mamá le preguntaba del otro lado por lo que sucedía.

   Para Raquel fue de mucha sorpresa encontrarse a su prima Fiorella sentada en su cama, tomando una taza de avena que su tía le había regalado.

—¿Raquel? ¿Qué sucede, prima? ¿Por qué vienes en ese estado? —preguntó Fiorella, dejando la taza de avena sobre la mesita de noche.

—¿Desde cuándo estás aquí, Fiorella?

—Desde hace una hora. Te estaba esperando para hablar. ¿Pasó algo entre Samuel y tú?

—Pasó lo peor, prima —le dijo Raquel, soltando nuevas lágrimas para luego correr hacia los brazos de Fiorella y así poder llorar más.

   Luego de unas cuantas lágrimas más, Raquel se pudo calmar. Su mirada se perdía por varios segundos, pensando una y otra vez en lo que hizo con Rafael.

   Fiorella le dió tiempo para que se calmara más, y después de eso Raquel le empezó a contar lo sucedido.

   Raquel sentía más vergüenza al contar con detalle lo que había acontecido con Rafael, comentando desde aquellos días atrás donde Rafael la manipulaba con sus palabras y encantos hasta llegar al momento donde se marchó humillada de su casa.

   Fiorella salió de la habitación para buscar un vaso de agua, aprovechando para también calmar a su tía quien estaba angustiada por cómo había llegado Raquel. Fiorella le supo decir pequeñas cosas para que entendiera que todo tenía que ver con Rafael, lo cual hizo que su tía se llenara de más molestia hacia el ex novio de su hija.

   Grey quiso ir a hablar con Raquel, pero Fiorella la detuvo para que dejara a Raquel soltarse más con ella sobre el tema. Grey entendió, dándole su espacio a su hija, así que se devolvió a la cocina para prepararse un té y calmar su molestia.

   Cuando Fiorella volvió a la habitación le ofreció el vaso con agua a Raquel, quien bebió poco a poco para refrescar su garganta seca.

—Mi tía Grey preguntó por lo que te había pasado. Yo sólo le dije que había sido un problema con Rafael, pero no le di detalles.

—Después hablaré con ella. Es mi mamá, y la psicóloga dice que hay que abrir lazos de confianza entre las dos.

—Raquel, todo lo que me contaste es muy feo. Tengo ganas de tener a Rafael frente a mi para decirle unas cuantas cosas, pero no me puedo dejar llevar por la ira. Además, él no se merece más atención. Es una persona que necesita cambiar muchas cosas. No digo que yo sea lo mejor de este mundo, pero por lo menos trato de no dañar a los demás como él lo hace contigo.

—Rafael no me importa en este momento. Todo rastro de afecto que sentía por él ya se fue. Quien en este momento me importa es Samuel —comentó Raquel, volviendo a llorar por unos segundos —. No lo merezco, Fiorella. Le hice lo mismo que Kimberly le hizo a él. No tengo el valor de volver a verlo a los ojos.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora