55. Maltratos

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Capítulo 55:
Maltratos.

   Durante los siguientes días, Samuel iba olvidando el tema de los engaños que le hizo Kimberly mientras estaban de novios.

   Días atrás era un tema que no podía salir de su cabeza, pero ahora ya no le resulta tan abrumante.

   En los días del colegio, tanto Kimberly como Rafael trataban de armar más problemas con el tema de Samuel y Raquel. Su molestia aún permanecía, sobre todo cuando los veían muy sonrientes y felices por la redes sociales. La nueva pareja derrochaba amor a la vista de muchas personas, y eso hacía que la impotencia de Rafael y Kimberly creciera más y más.

   Samuel y Raquel no dejaban de compartir juntos, escribiéndose y llamándose por las noches, manteniendo salidas para distraer la mente, yendo de una casa a otra para compartir con sus familiares, y asistiendo en varias ocasiones a la iglesia.

   Todo estaba surgiendo tan bien que les agradaba, sin forzar ninguna sonrisa ni mucho menos las risas.

   Todo fluía de maravilla.

   Hasta que se cumplieron dos semanas de su noviazgo, trayendo una nueva sorpresa para ellos.

   Raquel salió de la cocina para dirigirse hacia la puerta principal de la casa, encontrándose inesperadamente con Rafael del otro lado.

   El chico le sonrió en cuanto ella lo miró, escondiendo sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

—Hola, Raquel.

—¿Rafael? ¿Qué haces aquí?

—Vine a hablar contigo, ¿puedo pasar?

—Lo que tengas que decirme puede ser aquí, rápido.

—Entiendo, desconfías de mi. Eso duele, pero me lo merezco después de como te he tratado durante todo este tiempo.

   Algo extraño pasaba.

   El tono de voz de Rafael era suave y calmado, manteniendo también una mirada llena de tristeza.

   Él rascó el puente de su nariz mientras pensaba en algunas palabras para decirle a Raquel, logrando encontrar las adecuadas.

—Quería decirte que te extraño. He respetado tu espacio desde que estás de novia con Samuel, pero de verdad que ya no puedo esperar más. Me haces falta, Raquel. Mucha falta.

—Lo lamento, Rafael. Entre tú y yo ya no puede pasar nada más.

—Sólo dame una oportunidad más —pidió él, acercándose más hacia ella.

—Te di suficientes, y al hacerlo me dañabas cada vez más.

—No te supe valorar, eso es verdad; pero aquí estoy para reparar todo ese error, el cual asumo con toda responsabilidad.

—Ya es tarde, Rafael. Ahora yo soy la novia de Samuel, y estoy bien con eso. Por favor vete antes de que venga mi mamá de la bodega y te encuentre aquí.

—¿Por qué me huyes, Raquel? —preguntó él, teniendo una distancia más corta con ella. Su mirada bajaba a sus labios, siendo detectado por Raquel —No sabes cuánto anhelo besarte.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora