16. Puntos de vista

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Capítulo 16:
Puntos de vista.

   Raquel se miraba al espejo una y otra vez para asegurarse que su atuendo era el correcto. En unos minutos vendría Rafael, ya que ella le había avisado que tendrían una cena con Fiorella y su nuevo novio.

   Todo estaba perfectamente preparado, y Raquel se encargaría de demostrarle a su prima que Rafael no es esa mala persona que ella piensa que es.

—Raquel, ya nos debemos de ir para la cena que tenemos con los amigos de tu papá —le informó Grey a su hija, mirándola desde un extremo de la sala —. Te ves muy bien esta noche.

—Gracias, mami.

—Es una pena que no podamos estar presentes esta noche para conocer al novio de Fiorella.

—Sí, es una pena. Pero no te preocupes, luego lo conocerán.

—Debiste de haberme notificado que la cena sería hoy. Hubiésemos preparado algo mejor, o hasta la hubiésemos rodado para otro día.

—Fue algo que surgió de repente. Además, no está mal cenar una pasta con carne molida y queso. ¿A quién no le gusta la pasta con carne y queso?

—Amor, hay que irnos para no llegar tarde —le informó Julio a su esposa, posando luego la mirada en su hija —. Vaya, deberían de haber momentos especiales todos los días para que te vistas así representable. Hasta pareces gente.

—Ja Ja, muy gracioso. Tú no hables mucho, papá. Estoy segura que mamá está agradecida de verte decente por una noche.

   Ese comentario de Raquel hizo que Grey soltara una pequeña risa, la cual rápidamente cesó cuando notó que su esposo la miraba.

—Sólo espero que no armen un desorden mientras nosotros no estemos, porque de ser así estarás castigada, piojita —le advirtió Julio a su hija, caminando luego hacia ella para darle un beso en su frente —. Y no finjas, porque sé que internamente estás feliz de que nosotros no estemos esta noche.

—Claro que no, papá.

—A mí no me engañas, piojita.

—Bueno ya, hay que irnos —informó Grey, acercándose hacia su hija para darle un beso y un abrazo —. Pórtense bien, por favor. Llegamos a las 10, y espero que para ese momento los platos y cubiertos estén bien lavados y organizados en la cocina.

—Te lo prometo, mamá. Ahora váyanse antes de que se les haga más tarde —dijo Raquel, guiando a sus padres hasta la puerta.

—¿Me estás corriendo de mi propia casa, piojita?

—Algo así, papá.

—Dios te bendiga, hija. No armen un escándalo —se despidió Grey al salir de la puerta.

—Es una simple cena, mamá. ¿Por qué abría de haber un escándalo?

—Buenas noches, suegros —saludó Rafael, quien acababa de llegar a la casa.

—Rafael, hasta que te volvemos a ver otra vez por aquí. Hacía días que no venías a visitarnos —dijo Grey, mirando desde la puerta al chico.

—Algo así, suegra.

—Justo iba a sacar el auto, así que llegaste en el momento indicando para ayudarme a abrir el portón —le informó Julio a su yerno, lanzándole las llaves de la casa para que pudiera abrir el portón del garage.

   Una vez que los padres de Raquel se marcharon, Rafael procedió a cerrar el portón y luego se acercó hacia su novia, para así darle un beso en sus labios y luego hacer que diera algunas vueltas para mirar su figura.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora