3. Directo al objetivo

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Capítulo 3:
Directo al objetivo.

   Kimberly estaba dispuesta a conocer mucho más a Merlina, así que sin detener sus pasos la seguía hasta el patio central del colegio. Por otro lado, Jimena y Soraya seguían a su amiga para tener cuidado de que no cometiera un error. Ambas conocen muy bien a Kimberly, por ende saben que cualquier cosa puede pasar si ella no calma su molestia.

   Merlina logró sentarse en una banca, sin quitar la mirada de la pantalla de su celular. Estaba tan concentrada escribiendo que no se percató cuando Kimberly llegó hacia ella.

—Hola, Medu... Merlina —saludó Kimberly, mostrando una falsa sonrisa.

   Merlina alzó su mirada para poder apreciar a Kimberly, quien con los brazos cruzados mantenía una posición de superioridad.

—Hola. Perdón, pero no recuerdo tu nombre.

—Mi nombre es Kimberly. Soy muy conocida en el colegio. No es por halagarme, pero todos quieren ser como yo.

—Okay... Creo que no todos —dijo Merlina, alzando sus cejas para luego volver a escribir en su celular.

   La actitud de Merlina hizo que Kimberly se molestara mucho más. Por un momento hasta pensó en tomarla por los cabellos para demostrarle que nadie le puede hablar así; pero pudo soportar sus deseos, así que siguió demostrando su falsa sonrisa.

—¿Y qué tanto escribes en tu celular?

—Cosas personales —respondió Merlina mientras seguía escribiendo.

—Quiero ver —dijo Kimberly, arrebatándole el celular a Merlina para saber lo que tanto escribía.

—Dame mi celular —le exigió Merlina, tratando de arrebatarle el celular a Kimberly.

—¿Estás escribiendo poesía?

—Es mí privacidad —le aclaró Merlina, pudiendo luego arrebatarle el celular a Kimberly.

—Perdón, no quise...

—¿En serio todos quieren ser como tú? ¿Una persona que invade la privacidad de los demás?

—No te permito que...

—Merlina, es un gusto conocerte —saludó Jimena, pudiendo llegar junto con Soraya para evitar que se formara un problema.

—¿Ustedes también vienen a invadir mi privacidad?

—Claro que no. ¿Por qué haríamos eso? —preguntó Soraya.

—Porque Kimberly lo hace. Ustedes son sus amigas. De seguro tienen esas mismas actitudes.

—Cuida bien tus palabras —le advirtió Kimberly —. No voy a permitir que...

—Ni pienses que le tengo miedo a tus amenazas —se defendió Merlina, mostrando dureza en su rostro.

—Bueno, creo que empezamos con el pie izquierdo —comentó Jimena mientras tomaba a Kimberly por un brazo —. Mi nombre es Jimena, y créeme que jamás podría invadir tu privacidad.

Tóxicos: Muy DañinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora