Descanso Obligatorio

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Espero que les guste~

MK se mueve con todo el sigilo y la habilidad que puede, saliendo de la habitación y moviéndose por el pasillo, sintiendo que la libertad esta tan cerca pero tan lejos. Ve la puerta, escucha los sonidos de la naturaleza que vienen de afuera y sabe, sabe que esta cerca. Extendió su mano, con el corazón acelerado y la boca seca por la anticipación. Sus dedos rozan la puerta y entonces...

-¿A donde crees que vas, niño?- se tensó ante la repentina voz, un sudor frio recorriendo su nuca. Se da vuelta lentamente, mostrando la sonrisa más grande que puede a pesar de que sabe que se debe ver forzado y nervioso.

-Hey...Monkie King...- rio ligeramente, sudando, acunando su brazos contra su pecho. -...yo solo...estaba...yendo al baño- es malo mintiendo, siempre lo ha sido.

-El baño esta del otro lado- se burlo. -Estabas yendo afuera, ¿no?- Sun Wukong se cruza de brazos, enarcando una ceja, viendo con una mezcla de diversión y cansancio a su alumno. -Estabas yendo afuera cuando específicamente te dije que debías descansar-

-¡Llevo días descansando!- reclamo. Se había encontrado con un demonio particularmente odioso y fuerte que solo quería golpearlo todo lo posible, rompiéndole varios huesos en el proceso. Logro dejarlo inconsciente (¿Como? Ni idea) pero estaba demasiado herido para si quiera irse, así que solo pudo estar acostado en el suelo, en medio de un gran cráter provocado por la pelea, agarrando firmemente su bastón y jadeando, lagrimas silenciosas saliendo de sus ojos por el dolor. Sun Wukong lo encontró de alguna manera y lo arrastro con pánico hacia su casa alejada de todo, confinándolo a una cama por tiempo indefinido. MK se aburrió en poco tiempo, sus heridas se curaban un poco más rápido de lo normal pero de igual manera, sentía que estaba tardando mucho. Sus huesos había sanado en su mayor parte pero aun tenía dolor en las extremidades y múltiples moretones por todo el cuerpo. -Por favor Monkie King, solo un rato- estaba rogando a estas alturas.

-No- fue directo y al grano, acercándose al menor. -A la cama, ahora- ordeno, apoyando una de sus manos en la espalda ajena y dándole un suave empujón, consiente de las heridas ajenas. MK hizo un puchero, molesto por su huida fallida, pero dejándose guiar por su maestro. -Podemos hacer maratón de películas, ¿quieres?- ofreció, sin querer ver al menor triste y abatido. Entendía su deseo de salir pero no podía dejarlo, no hasta que estuviera mejor.

-¿Con bocadillos?- lo miro de reojo y con ojos brillantes de esperanza.

-Con bocadillos- asintió sin dudar, sonriendo al ver como se dibujaba una pequeña sonrisa en el rostro de MK. Eso era un avance.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora