Esto era lo que originalmente quería que pasara en mi otro libro de "Monkie Kid: Arreglando el Pasado" pero el rumbo que dio la historia mientras escribía no me dio esa posibilidad. Tenia algunas notas escritas, así que decidí terminarlo y publicarlo aquí, como algo totalmente a parte :3
Espero que les guste~
MK vio con horror la pelea entre los monos, sintiendo su corazón acelerado y la boca seca por la ansiedad. Así no debían ser las cosas, se suponía que estaba para arreglar todo entre ellos pero la pelea era tan mala como la primera vez que la vio, con ambos gritándose y reclamándose cosas, golpeándose sin medir su fuerza, destellos de dorado y violeta ante cada golpe lleno de poder que se daban.
-No, no, no...- sintió lagrimas de impotencia que salían de sus ojos, sintiendo pánico, el resto del grupo parado con él y observando todo con expresiones en blanco, obviamente ninguno de ellos quería meterse en nada de eso.
-MK...- miro de reojo a su lado ante el llamado, encontrándose con la mirada seria y suplicante de la chica. -...no lo hagas- no necesitaba leer la mente ajena para saber lo que estaba cruzando por su cabeza.
-Lo siento...- y salió corriendo, poniendo algo de poder en sus piernas para poder hacerlo más rápido.
-¡MK!- escucho la voz de ella, llena de urgencia.
-¡Qi Xiaotian!- esa era la voz del monje, lleno de preocupación y miedo pero MK ignoro todo eso, concentrándose en el par de monos que aun peleaban, decidido a detenerlo...incluso si salía herido. Salto apenas estuvo lo suficientemente cerca y se interpuso entre ellos en medio de un ataque, recibiéndolo de lleno. MK jadeo, un grito ahogado saliendo de su boca ante el ataque y el dolor que de repente lo invadió, sintiendo como algo en su interior se rompía y como sus pulmones se llenaban repentinamente de lo que estaba bastante seguro era sangre. Cayo al suelo, jadeando y tosiendo, luchando contra la sensación de ahogo y sintiéndose aturdido. Todo quedo en silencio de repente, los monos mirando con horror al menor que se había interpuesto entre ellos, mientras que el resto del equipo de viaje jadeaba con sorpresa y miraba con miedo lo que había sucedido. El chico tosió, sangre saliendo de su boca, salpicando su rostro y el suelo.
-¡K-Kid!- Macaque fue el primero en reaccionar, arrojándose para arrodillarse al lado del chico, con pánico mientras miraba la herida y la sangre que tosía. Eso no era bueno, no era nada bueno. Coloco sus manos sobre la gran herida, sintiendo el cálido liquido rojizo escurriendo entre sus dedos y solo sintiendo el aumento de su miedo. -Lo siento, Kid...pero debo mantener la presión- se disculpo ante el quejido ajeno, sintiendo la culpa inundándolo cuando el menor empezó a llorar en medio de las toses. Alzo la vista, notando lo tieso que estaba su contraparte, con los ojos bien abiertos por el horror y las manos colgando flojamente en sus costados. -¡Wukong!- llamo, haciéndolo reaccionar.
-Xiao...- jadeo, dando pasos tentativos antes de lanzarse para arrodillarse también, viendo con pánico la situación. -¿Qu-Qué hacemos?- ninguno tenía poderes de curación y eso era lo peor en este tipo de situación.
-¡Y yo que rayos voy a saber!- gruño, molesto y nervioso, tenso y con miedo.
-M-Mac...K-King...- prestaron atención al escuchar lo que parecían ser sus nombres, viendo con tristeza y miedo como el chico luchaba para no ahogarse con su propia sangre. -...n-no...p-peleas...- jadeo con lagrimas saliendo de sus ojos. MK era tonto, se lo habían dicho mucho, y mientras sentía que se ahogaba y sentía uno de los mayores dolores de su vida, no pudo evitar recordar a sus amigos, deseando en su interior poder verlos nuevamente.
-E-Esta bien, sin peleas- asintió el de pelaje claro sin pensar, mostrando una temblorosa sonrisa en su rostro.
-S-Si Kid, no pelearemos pero debes resistir, ¿si?- el de pelaje oscuro asintió rápidamente, mordiéndose el interior de la mejilla para no empezar a sollozar.
-¡Qi Xiaotian!- alzaron la vista ante la voz, viendo al monje correr hacia ellos. Macaque gruño, mostrando los colmillos y dejando caer sus poderes, mostrando sus orejas atentas a todo, sin querer a nadie cerca de su amigo herido. -P-Puedo ayudar...- en realidad, no sabía si podía pero quería intentarlo. -...por favor- suplico y el mono lo vio fijamente, indeciso y desconfiado pero ocultando lentamente sus colmillos.
-Más te vale que lo salves...- bufo, no muy convencido pero dispuesto a dejarlo acercarse, alejándose y sin importarle sus manos manchados de rojo.
-Hare lo que pueda- el humano se arrodillo al lado del niño, sintiendo como algo apretaba su corazón ante el mal estado ajeno. El monje dudo un poco en que hacer y entonces, recordó lo que el menor le había contado. El reloj, pequeño pero con un ser poderoso al parecer. Se acerco y las manos de Tang rosaron entonces el pequeño reloj oculto entre las ropas ajenas y entonces, la escucho.
-Poder...- levanto la vista, sorprendido de verla allí de repente, arrodillada frente a él y del otro lado del herido, mirándolo con los ojos bien abiertos. -Necesito poder para salvarlo- Tang tardo un poco pero lo entendió.
-Te daré lo que necesites...pero sálvalo...- coloco sus manos sobre la gran herida que apenas se podía ver por toda la sangre y se concentro, acumulando todo el poder que podía controlar en la palma de sus manos y dejándolo salir. Celestia no perdió el tiempo en poner sus manos bajo las suyas, un poco más cerca de la herida, la energía dorada que salía de las manos del humano perdiéndose en las manos de ella. Al principio, no parecía que pasara nada y eso volvía a los presentes impaciente pero entonces, la sangre que salía empezó a disminuir. Todos quedaron en silencio, viendo fijamente, Calestia luciendo concentrada y Tang luciendo agotado pero ninguno se detuvo, no todavía cuando el menor estaba en problemas.
-Maestro...- llamo Wukong con preocupación, viendo el sudor que empezaba a correr por la frente del humano, notando como estaba jadeando un poco por el esfuerzo.
-Estoy bien- negó el humano, negándose a detenerse, a pesar de que podía sentir el agotamiento invadirlo y haciendo que su concentración empezara a fallar. Quería salvar a ese niño, quería ayudarlo y no iba a detenerse hasta que estuviera un poco más estable.
-Lo siento...- hablo ella, sin separa la vista de la herida, el símbolo de su frente y sus ojos brillando intensamente. -...hay mucho daño interno...- alzo la vista, preocupada ante lo cansado y pálido que se veía el hombre frente a ella. -...curare lo suficiente como para que este fuera de peligro...- la herida aun estaba allí, demasiado grande para curar tan rápido, pero sin sangrar tanto como antes. Se detuvo y Tang retiro las manos, jadeando con cansancio pero todos estaban prestando atención, viendo al menor, notando que MK tenía los ojos cerrados y estaba mortalmente quieto, sangre manchando y saliendo de su boca.
-¿Xiao?- todos esperaron, tensos y con el corazón en la garganta, con lagrimas silenciosas corriendo por sus mejillas al no recibir una respuesta inmediata. Esperaron, sintiendo como algo se rompía ante el silencio y la falta de respuesta. Justo cuando todos pensaron que todo había terminado de la peor manera posible, lo escucharon.
Un jadeo, la cabeza del menor inconsciente moviéndose a un lado, escupiendo toda la sangre que se había acumulado en su boca y empezando a respirar lentamente.
Todos dejaron escapar un largo suspiro, aliviados, el chico aun estaba vivo.
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~Monkie Kid~ 1️⃣
Fanfiction¡Libro cerrado! Si algo se me ocurre, aquí lo publicare ^_^ Nota: La imagen de portada no me pertenece, la encontré en Pinterest. Derechos a su respectivo creador Nota-2: Aceptó ideas~ Nota-3: Cuidado, hay Spoiler :3 Nota-4: No escribo shipp por el...