Niño #3

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Algo que se me ocurrió xD

Espero que les guste~

Macaque no podía recordar como o por qué había llegado ahí, eso era el misterio del día. Podía sentir las fijas y fulminantes miradas en su nuca, obviamente queriéndolo fuera pero los ignoro, mirando fijamente al pequeño niño de aspecto familiar parado frente él, el menor devolviéndole la mirada fija y con los ojos brillando de curiosidad.

-¿MK?- llamó sólo para comprobar, enarcando una ceja al ver al niño dar un pequeño salto en su lugar.

-¡Ese soy yo!- asintió, entusiasmado. -¿Quién eres tú?- preguntó, sólo confirmando el pensamiento del mono de que el niño no lo recordaba.

-Macaque- respondió con tranquilidad, escuchando los murmullos del pequeño grupo que los miraba. Lo querían fuera, lo querían lejos del niño, y él estaba gustoso de hacerles la contra solo para molestarlos.

-¡Eres un mono, Macaque! ¡Como Monkie King!- sonrió enormemente, feliz, viendo con ojos brillantes la cola negra que se movía lentamente tras el mono.

-No somos exactamente iguales- hizo un ligero gesto con la mano, aprovechando la suave iluminación para crear una sombra con forma de mono que se proyectaba en una de las paredes. Los ojos de MK se fijaron en la sombra, riendo al ver a la sombra moverse con habilidad, dando una ligera voltereta antes de que volviera a ser una simple sombra.

-¡Eso es genial!- salto, Macaque sonriendo ligeramente al verlo tan feliz por un simple juego de sombras. -¡Eres un mono de las sombras!- chillo y de repente se detuvo en seco, mirando al mono. -¿Arriba, por favor?- extendió sus brazos hacia el mayor con expresión suplicante, moviendo ligeramente las manos. El de pelaje oscuro sonrió, escuchando como Wukong murmuraba "Ni se te ocurra, bastardo".

-Claro~- se inclino, posando sus manos bajo los brazos del pequeño y alzándolo con facilidad, acomodándolo para sostenerlo con un brazo. Sintió las pequeñas manos del niño acariciando sus mejillas y lo dejó solo porque era suave y delicado, sonriendo con diversión al sentir los dedos del niño rozando su oreja. Movió las orejas, dejando que su poder se desvaneciera solo por un segundo, mostrando sus orejas reales.

-Tienes mas~- observó con asombro como, por un segundo, el mono tenía tres orejas de cada lado. Fue solo por un segundo pero no pudo evitar sonreír enormemente. Volvió a pasar sus dedos por el pelaje ajeno y luego se apoyo en su hombro, acomodándose. -Eres suave...- tarareo. -...pero no hueles a durazno- olfateo ligeramente, curioso. Wukong olía a durazno pero Macaque olía a fruta.

-No vivo solo de duraznos- contestó con tranquilidad.

-Me gusta la gelatina- dijo de repente, quería gelatina ahora que lo pensaba bien. Se separo un poco para mirar al mono. -¿Te gusta la gelatina, Macaque?- recibió un ligero sentimiento como respuesta y sonrió. -¡Eres mi amigo ahora!- declaró con entusiasmo.

-¿Soy tu amigo ahora?- enarco una ceja, divertido. El niño seguía siendo raro pero de una buena manera. -¿Tengo opción?- movió ligeramente la cola, las miradas en su nuca y los murmullos haciéndose más fuertes.

-Nop- negó y volvió a acomodarse en el hombro ajeno, sonriendo al escucharlo reír ligeramente.

-Muy bien, somos amigos ahora- acepto su destino por el momento.

-¡Si, gelatina de celebración!- sonrió el niño, mirando entonces a Pigsy, quien cambió su expresión de enojo y tensión por una ligera sonrisa cuando sus ojos se encontraron con los del menor. -¿Podemos tener gelatina, Pigsy?- preguntó, emocionado. -¿Por favor?- se acordó de agregar.

-Claro, chico- asintió después de compartir una mirada con el resto de su grupo. Camino hacia la cocina, sin separar su vista del mono con el niño en brazos hasta que no tuvo más opción que desviar la vista para buscar en la heladera.

-Muy bien...- Wukong entonces se acercó, con una sonrisa tensa y extendiendo sus manos hacia el niño. -...es hora de la gelatina, Kid~- miró de reojo a Macaque, atento a lo que sea que pudiera hacer, desconfiado.

-¡Si, gelatina!- se inclino con una sonrisa, dispuesto a ir a los brazos del dios.

-¿Quieres ver un show de sombras, MK?- ofreció Macaque de repente, llamando la atención del menor. El mono sonrió, notando de reojo la expresión de frustración que cruzaba el rostro de Wukong por un segundo cuando el niño lo miró con asombro.

-¿Puedes hacerlo? ¿Aquí?- se acomodo en los brazos del mono de pelaje oscuro, sonriendo con emoción al pensar en poder ver aquellas sombras nuevamente. -¡Por favor, haz un show!- Macaque sonrió ante la emoción ajena, acomodándolo en sus brazos mientras sentía la mirada fija del dios en él. Estaba molesto y eso era una ventaja más en todo eso, aparte de disfrutar de emoción infantil de MK. -¡Uno con monos y demonios! ¡O con dragones y caballeros!-

-Veremos que se me ocurre, Kid- sonrió, empezando a caminar para buscar un lugar más cómodo para instalarse con el menor, Wukong y Mei siguiéndolo de cerca, obviamente vigilantes de sus movimientos. Se instalaron entre un montón de mantas y almohadas, con las luces apagadas y con sólo la iluminación de su fiel lámpara, con los integrantes del extraño grupo a cada lado suyo y con el niño en su regazo, sosteniendo en sus pequeñas manos un gran pote con gelatina de frutilla y una pequeña cuchara. Empezó una historia, inclinándose para aceptar las pequeños bocados de gelatina que el niño le daba, extrañamente satisfecho con ese día tan raro.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora