Consumido #6

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Espero que les guste~

Hablar con los demás fue fácil (¡mentira! Había tenido un par de ataques de pánico) pero sólo le quedaba hablar con alguien, una charla que había estado atrasando hasta lo imposible. Así que estaba dando vueltas en lo que era su habitación, retorciendo sus dedos con nerviosismo y murmurando posibilidades entre dientes.

-Ho chico...- Macaque suspiro y se acercó, deteniéndolo y agarrando sus manos para que no se lastimara a sí mismo. -...no tienes que hablar con él si no quieres- dijo por quinta vez en el día.

-¡Pero debo hacerlo!- el menor hizo una mueca. -Todo es mi culpa porque deje que ella hiciera lo que quisiera conmigo y no la enfrente como debía...- apretó los labios, tembloroso.

-No dejaste que te hicieran nada- gruño el mono con el ceño fruncido. -Lo que sucedió no fue tu culpa y tampoco dejaste que te pasara- no era la primera vez que le recordaba eso al chico. -Todo fue culpa de solo una loca que decidió que manipularte y molestarte era su siguiente acción. Ella decidió robarte el bastón, tu no se lo entregaste- lo miró a los ojos, serio, esperaba que algún día el chico le creyera. LBD había dejado muchas inseguridades a flor de piel y mucho daño en general pero Macaque, y estaba seguro que todos los demás, harían todo lo posible para reparar lo que esa maldita había roto. -Ahora, repítelo- fue una orden.

-N-No...No fue mi culpa- el niño no parecía seguro de sus palabras, tampoco parecía creerlas, pero se estaba apenas se estaba curando, solo era cuestión de tiempo.

-Bien- asintió, dándole un suave apretón a las heladas manos entre las suyas. -Ahora, ve y habla con ese mono tonto...- lo guio hacia la puerta. -...y si te dice algo estúpido, solo llámame y le daré una lección- eso logro sacar una pequeña risa en el menor, quien sabia que el mono estaba dispuesto a cumplir con sus palabras.

-Esta bien, gracias Mac- le dio un rápido abrazo al mono, juntando todo el valor posible, y salió de la habitación, caminando a paso lento hasta afuera, estremeciéndose, pero saliendo al ver a quien buscaba. Ahí estaba Sun Wukong, sentado en el borde de la aeronave, mirando a la nada y dándole la espalda, su larga cola moviéndose lentamente. -¿Monkie King?- se acomodo su abrigo y metió las manos en los bolsillos, caminado hacia el mono.

-Hola Kid- se volteo y sonrió al verlo, bajando se de donde estaba sentado. -¿Todo bien?-

-Yo...- la mente de MK quedó en blanco, no tenía ni idea de cómo comenzar. Un viento soplo y tembló.

-Cielos, debes estar congelado- el mayor se acerco rápidamente, preocupado. -Ven aquí...- abrió los brazos de repente. -...no soy Macaque pero somos igual de cálidos, ventajas de ser un mono- y a pesar de la sonrisa confiada en su rostro, MK podía ver la cola de su maestro moviéndose de un lado al otro y con el pelaje algo erizado, obviamente nervioso. El menor sonrío y se acerco, dejándose rodear por los brazos ajenos, permitiéndose a si mismo apoyarse en el hombro del mono y aferrarse ligeramente a su ropa. El mono tenía razón, era cálido pero con un fuerte olor a durazno que era extrañamente reconfortante. Se mantuvieron así por un tiempo, ambos disfrutando del abrazo.

-Lo siento, Monkie King- soltó antes de pensarlo mejor. -Deje que ella se metiera en mi mente, deje que me lastimara, deje que tomara el bastón...- apretó la tela ajena con fuerza, negándose a mirar a su maestro a la cara. Estaba tan avergonzado. -...y ahora estamos huyendo porque no la detuve antes....- sintió como el mono se tensaba. -...soy un pésimo sucesor y...-

-Detente- Wukong lo interrumpió bruscamente, tomando el rostro de su estudiante para mirarlo con seriedad. -Eres un gran sucesor, el mejor de todos, pero tienes un pésimo maestro- hizo una pequeña mueca. -Yo sabía que ella estaba de vuelta y aun así me fui porque confié en que estaría tan débil que no te haría nada. Confié en que tenía el tiempo suficiente para buscar como eliminarla antes de que pudiera hacerte daño o algo pero...- suspiro con tristeza, acariciando ligeramente las mejillas del menor y sintiendo su fría piel, sintiendo una punzada de tristeza. Eso era una prueba de como había fallado. -...pero te lastimo y yo estaba demasiado confiado para querer ver que estabas en problemas...- apoyo su frente contra la ajena. MK solo pudo mirarlo con los ojos bien abiertos, estremeciéndose ligeramente. Su maestro sonaba sincero, arrepentido y triste, tan diferente a su usual diversión y confianza. -...soy el que debería estar disculpándose aquí, Kid- suspiro. -Lo siento, chico. En serio que lo siento-

-Monkie King...- sollozo, abrumado. La culpa aun estaba ahí pero ahora también había algo de alivio y felicidad, junto a otras emociones que no podía identificar. Lloro, ocultando su rostro en el hombro de su maestro, quien lo abrazo con fuerza y le susurro palabras de consuelo. No estaba recuperado y aun se sentía frío como el hielo pero ahora había algo cálido rodeando su corazón. Era un principio, ¿no?

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora