MK Mono

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Espero que les guste~

Nota: ¿Cómo creen que reaccionaran los demás?

Idea de: SulienPrime

MK se había sentido extraño durante unos cuantos días, con una extraña sensación de picazón en todo su cuerpo, con molestia en las encías y un dolor en la parte baja de su espalda, por no mencionar lo largo y grueso que había crecido su cabello, incluso cuando lo cortaba volvía a crecer rápidamente. Lo tacho como una anomalía de tener poderes pero un día, despertándose después de una horrible e inquieta noche, se levanto medio dormido y fue al baño, lavándose los dientes y enjuagándose la cara para despertarse un poco más. Cuando levanto la vista y se vio al espejo, se dio cuenta de que no estaba del todo equivocado.

-Ho cielos...- su cabello ahora era más pelaje que otra cosa, castaño oscuro y despeinado por haberse despertado apenas. Abrió la boca, notando que tenía colmillos afilados ahora. Las palmas de sus manos se sentían algo más blandas, como si tuviera almohadillas de algún tipo y sus uñas ahora parecían más garras, cortas pero garras. También había una mancha rojiza ahora en su rostro, tal y como tenía Macaque. -Por favor, dime que no tengo una...- se volteo lentamente y allí lo vio, abriendo los ojos con algo de horror. Una cola larga y flexible, que se movía sin su consentimiento, del mismo color castaño que el resto de su pelaje. Miro lentamente hacia el frente, arrodillándose en el baño, sintiendo en esos momentos el horrible dolor de su cuerpo entero y la incomodidad. Quería comodidad, quería un abrazo y consuelo. Apretó los labios, tembloroso, abriendo la boca lentamente para llamar a quien quería en esos momentos.

... ... ... ...

-Tang, te juro que si me volteo y estas sentado, te echare de mi negocio a patadas- gruño Pigsy con molestia, barriendo, sin necesidad de voltearse para saber que su amigo estaba sentado cómodamente.

-Pigsy, soy un cliente- sonrío Tang con diversión.

-¡Eres un abusivo, eso es lo que eres!- gruño, agitando la escoba. El humano abrió la boca, dispuesto a responder pero una voz se le adelanto.

-¡PAPA!- el grito resonó por el pequeño lugar, con un tono lleno de miedo.

-¡MK!- Tang se movió rápidamente a un lado, viendo como Pigsy soltaba rápidamente la escoba y corría escaleras arriba para llegar al departamento, azotando la puerta para abrir y mirando a su alrededor. -¡MK!- llamo, sin verlo a simple vista pero escuchando el llanto ajeno, sonido que siguió sin pensar hasta el baño y entro sin llamar, quedando tieso al ver el aspecto del menor.

-Papa...- miro al mayor con lagrimas en sus ojos, abrazándose a si mismo, su nueva cola rodeándolo. -...me duele todo, papa- y el demonio reacciono, adentrándose, arrodillándose en el suelo para abrazar su hijo, quien se apoyo en el toque y sollozo contra su hombro, su cola rodeando la muñeca del mayor inconscientemente. Pigsy abrazo al menor, sin molestarse por la extremidad que apresaba su muñeca, acariciando la espalda ajena con su mano libre y murmurando palabras de consuelo, confundido pero sin preguntar, más preocupado por los sollozos del menor. Después de unos minutos, cuando los sollozos se calmaron, Pigsy se quejo entre dientes. La posición le hacía doler las piernas y estaba bastante seguro que se le habían dormido ambas.

-Vamos chico...- sujeto bien al menor y empezó a levantarse, recibiendo quejas. -...si, si. Tendrás todos los mimos que quieras pero en otro lugar mas cómodo que el piso de tu baño- el menor se levantó, tembloroso y se aferro a su papá, quien lo ayudó a caminar hasta la cama, donde lo dejo recostado, soltando con todo el cuidado la cola que rodeaba su muñeca. -Dame unos segundos para prepararte algo de té, estoy seguro de que ayudara- tenía algunos que el mismo Sandy le había dado, uno de ellos siendo para calmar el dolor. -¿Quieres que envié a Tang?- MK asintió, acurrucándose. Pigsy asintió y se fue, caminando a paso rápido para llegar al restaurante, ya sabiendo que no iba a abrir en ese día, no con el estado actual de su hijos.

-Pigsy...- Tang suspiro, luciendo aliviado, acercándose con preocupación. -...¿él esta bien?- se animo a preguntar, jugando con las mangas de su ropa, ansioso.

-No precisamente- coloco agua a calentar y rebusco entre las cosas de la cocina, encontrando el té que estaba buscando. -El niño quiere mimos en este momento...- miro al humano con seriedad. -...se trasformo en mono...- el de anteojos jadeo, sorprendido. -...así que no comentes ni reacciones hacia eso, no se siente muy bien en estos momentos- Tang no dudo en asentir, decidido, dejando al chef solo para subir las escaleras y abrazar al menor, sin comentar nada sobre su aspecto actual, sintiendo como MK se aferraba a él y ocultaba ligeramente su rostro en su hombro. Estar con él hasta que se sintiera mejor era todo lo que podían hacer por el momento.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora