~Monkie Kid~ 1️⃣

Triste

Espero que les guste~

Cuando Sun Wukong se despierta después de una noche llena de extraños sueños, sintiéndose más cansado, con lágrimas secas en sus mejillas y con un horrible sensación de vacío en su interior, sabe que va a ser uno de esos días. Se siente melancólico, triste, pero sucede de vez en cuando. Usualmente, se deja hundir en su propia depresión, en pijama y enredado en sus sábanas, abrazando a sus pequeños amigos monos pero ahora no puede porque tiene un alumno al que tiene que entrenar, por no mencionar esa pequeña cena que se volvió una cosa de una vez a la semana desde que su unió al pequeño grupo del niño. Así que se levanta y se prepara para el día, sentado en su nube de piernas cruzadas, esperando.

-Hey chico...- mostró una pequeña sonrisa al ver a su alumno pero fue lo mejor que pudo mostrar, no tenía fuerzas de mostrar su sonrisa de siempre.

-Monkie King...- MK se ve preocupado ahora, el bastón entre sus manos desapareciendo con un simple movimiento y sacándose la mochila de la espalda, dejándola en el suelo. -...¿Estas bien?- es una pregunta tonta. Su maestro se ve cansado y abatido, sin mencionar esa ligera aura de tristeza que parece rodearlo.

-Si...solo...uno de esos días- es la mejor contestación que se le ocurre, bajándose de un salto y acercándose al chico. -Escucha, hoy...- para su sorpresa, es interrumpido.

-¿Quieres un abrazo?- soltó antes de siquiera pensarlo bien, sonrojándose ligeramente con algo de vergüenza al darse cuenta de lo interrumpió y de que el mayor lo está mirando con expresión en blanco. -Quiero decir...un abrazo no te hará sentir mejor al instante, porque así no funciona todo, pero por lo menos te hará sentir acompañado porque sentirse solo cuando estás triste es horrible y nadie debería sentirse así nunca...- divaga por los nervios pero quiere ayudar.

-Ho chico...- la ligera sonrisa del mono se vuelve más real, viendo como su alumno mueve las manos en un gesto nervioso y escuchándolo divagar de cómo los abrazos ayudar. -¿Sabes que, niño?- llama con diversión, sintiendo que si lo deja, el menor seguirá hablando. -Un abrazo suena bastante bien en este momento- porque no ha tenido uno en años. MK tropezó un poco con sus palabras, sorprendido, pero recomponiéndose rápidamente.

-¡Un abrazo a la orden!- y se lanza hacia el mono. Lo rodea con sus brazos y se apoya en el hombro ajeno, un fuerte olor a duraznos inundando su nariz. Mientras tanto, Sun Wukong está tenso por unos segundos pero se obliga a sí mismo a relajarse, rodeando a su estudiante con sus brazos en un agarre suelto al principio pero algo en su interior se estremece y de repente, su agarre se hacer más fuerte, hasta el punto en el que está aferrado al niño, sin querer soltarlo. No llora porque pone mucho esfuerzo en no hacerlo pero se inclina un poco para enterrar su rostro contra el hombro ajeno, el suave olor a colonia y fideos siendo sorprendentemente reconfortante. Se quedan así por un tiempo, hasta que el mono decide que es suficiente y se obliga a soltar su fuerte agarre, retrocediendo lentamente.

-Gracias- aún se siente triste y la sensación de vacío en su interior es persistente pero se siente un poco mejor.

-De nada~- sonrió. -¿Quieres que me quede?- pregunta porque a pesar de que no quiere dejar al mayor solo, tampoco va a obligarlo a tener compañía.

-Haz lo que quieras- a pesar de sus palabras, su cola se mueve para rodear la muñeca del menor con firmeza, mostrando su deseo de no estar solo.

-¡Genial!- sonrió enormemente, animado. -¡Podemos hacer una maratón de tu serie y de tus películas! ¡Podemos comer muchos bocadillos, traje muchos!-

-¿Y la cena?- no tiene ganas de salir de su pequeño hogar, tampoco tiene ganas d estar entre mucha gente.

-Avisaré y podemos hacerlo otro día- ya está sacando su teléfono para enviarle mensaje a sus amigos, sonriendo ante las respuestas llenas de preocupación y acuerdos para reunirse en otro momento. -¡Vamos Monkie King!- agarro la mano ajena y empezó a caminar, el mono dejándose guiar. No mucho después, el gran Sun Wukong, está vestido con un suave pijama, acurrucado en un fuerte de almohadas con mantas y con su alumno acurrucado contra su costado. Están comiendo, con la primera temporada de sus serie reproduciéndose en el televisor. El mono deja escapar un largo suspiro, relajándose, esto era mucho mejor que su plan original.