Silbato #5

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Este capitulo es para dayronroque6 porque ella quería un abrazo de reconciliación xD

Espero que les guste~

Wukong respiro profundo, juntando todo el valor posible y abrió la puerta, entrando lentamente. Estaba nervioso y ansioso al mismo tiempo, cualquier discurso de disculpas borrándose de su mente al ver a su alumno. Estaba sentado en la cama, apoyado contra unas almohadas y mirando su teléfono, alzando la vista para mirarlo. Se veía mejor, menos pálido y los moretones descoloridos.

-¡Monkie King!- MK sonrío enormemente al ver a su maestro, una ola de alivio inundándolo al ver los ojos ajenos. Eran dorados, como siempre, sin el brillo blanco que lo había asustado antes.

-Hey Kid- sonrío ligeramente al verlo, dejando la puerta arrimada y acercándose a paso lento. -¿Como te sientes?- se sentó lentamente en el borde de la cama, atento a cualquier signo de incomodidad pero MK parecía tranquilo, aliviado y contento de verlo.

-Mucho mejor~- sonrío, para después bostezar ampliamente, parpadeando un par de veces. -Aunque aun me siento cansado- toco ligeramente su ojo, recordando no rascarlo.

-Eso es genial- eso era un alivio de escuchar. Un silencio algo incomodo se instalo entre ambos, ningún sabiendo que decir a continuación.

-Monkie King, yo...- el menor empezó a hablar, nervioso.

-Lo siento- lo interrumpió sin poder evitarlo, queriendo sacar aquello de su pecho. -Yo...por todos los cielos niño, te debo muchas disculpas. Soy un pésimo maestro- hizo una mueca. -Lamento haberme ido en primer lugar. Sabía que ella había vuelto, sabía que estaba en la ciudad pero me confié...pensé que tenía tiempo suficiente para lidiar con ella sin que te hiciera nada- movió la cola, ansioso. -Lamento no haberte dicho sobre el cuarto anillo que estaba en tu amiga. No espere que las cosas fueran tan mal en ese momento- MK lo miro fijamente, sorprendido, eso era información que no sabía. -Lamento haberme ido la segunda vez. Lamento haberme enfrentado a ella. Lamento...Lamento mucho haberte hecho daño bajo su control, nunca quise...- fue interrumpido por el menor.

-Wow...metiste muchas veces la pata- soltó antes de pensarlo, asombrado. El mono parpadeo un par de veces, para después bufar, esa era la cruda verdad.

-Eso parece- rio ligeramente. -Lo siento, chico. Lo repetí muchas veces pero en serio quiero que entiendas cuanto lo siento-

-Lo entiendo- hizo una mueca, pensativo. -Te perdono pero...tienes que prometerme que intentaras ya no hacer estas cosas, por favor- lo miro a los ojos, serio y casi suplicante. -Si me dejas otra vez, yo...no te perdonare- porque no podía soportar ser abandonado nuevamente, ya no podía con esa sensación y no quería volver a sentirlo.

-Te prometo que lo intentare con todas mis fuerzas- asintió sin dudar, entendiendo. Debía dejar de meter la pata, debía ponerse un poco más serio y cuidar mejor de su sucesor, dejar de volar por si solo sin decir nada.

-Bien- asintió, satisfecho. -Monkie King, ¿te importaría...?- extendió sus brazos hacia el mono, ansioso. Quería una abrazo, necesitaba un abrazo, quería asegurarse de que su maestro ya no fuera el frio títere de ese demonio. El dios solo sonrío, acercándose un poco más y rodeando a su alumno con los brazos, abrazándolo con suavidad por miedo de lastimarlo. Mientras tanto, MK se aferro a su maestro, aliviado de sentir su calidez y el fuerte olor a duraznos que él siempre tenía. Ambos se aferraron al otro, sintiendo que una sensación de alivio y comodidad los inundaba. Estaban bien, todo iba a estar bien, podían lograr ganar todavía.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora